El papa Francisco ha demostrado ser un estadista muy astuto y un orador carismático, por lo general, sus palabras suelen transmitir mensajes ocultos.
En este sentido vale la pena analizar que el sumo pontífice siempre ha insistido en sus continuas alocuciones, en hacer alusiones al diablo, a quien personifica no como un mito ni una idea abstracta, sino como un ser real que “comanda las huestes del mal, contra quien estamos en guerra”.
Sin embargo lo que más nos llama la atención, es que últimamente ha habido una variante considerable en la terminología usada por el jerarca católico para referirse al maligno, a quien ahora llama “el gran dragón, la serpiente antigua…” dando a entender que Satanás pudiera ser un reptil o mejor dicho un reptiliano.
Cuando de Francisco se trata, nada es fortuito ni casual, cada una de sus palabras, gestos y acciones responden a un fin premeditado.
Cuando de Francisco se trata, nada es fortuito ni casual, cada una de sus palabras, gestos y acciones responden a un fin premeditado.
Desde su llegada a la silla de San Pedro ha insistido en plantear una guerra entre el bien y el mal, en términos bastante básicos para que todo el mundo entienda, simplemente él como “representante de Cristo en la tierra” es el general del ejército del bien, cuyos militantes son todos aquellos que escuchan su palabra y obedecen su voluntad. Mientras todo aquel que se le opone es militante de las huestes del mal, comandadas personalmente por Satanás, a quien insiste en identificar como la “serpiente antigua…”.
El principio es bastante elemental y conocido, pero de igual forma efectivo: divide y vencerás.
El papa ha resuelto dividir a la sociedad humana entre buenos y malos, y solo él tiene la autoridad para juzgar a cuál bando pertenece cada uno de nosotros, no hay terceras vías ni términos medios, o estás con él y le obedeces o estás en su contra y eres catalogado un sirviente del maligno.
En este orden de ideas es un hecho que Francisco conoce de la existencia de los reptilianos y de los planes que tienen ellos de dirigir un mensaje masivo a la humanidad, en el cual revelan importantes verdades que mejorarán nuestra comprensión sobre el universo y nos brindará la sabiduría necesaria para no dejarnos manipular por las tácticas persuasivas de control mental de la élite.
Este asunto tiene muy preocupado al obispo de Roma, puesto que están involucrados seres de inteligencia superior a los cuales no puede controlar, y con quienes no funcionan las tácticas represivas de disuasión, que le han producido tan buenos beneficios con la humanidad durante miles de años.
Por esta razón el papa prepara el terreno enviando mensajes subliminales, para que cuando los reptilianos aparezcan públicamente, la población los identifique como los hijos de la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás. Comparte este artículo entre tus amigos a través de tus redes para que ellos también estén al tanto de la gran controversia que se aproxima y sepan colocarse del lado correcto de la historia.
Mayo 11, 2017
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