domingo, 4 de noviembre de 2018

Científicos de la Universidad de Harvard confirman que el asteroide Oumuamua es una sonda espacial extraterrestre


Los asteroides son objetos rocosos que orbitan alrededor del sol y son demasiado pequeños para llamarse planetas. También son conocidos como planetoides o planetas menores. Hay millones de asteroides, que varían en tamaño desde cientos de kilómetros hasta varios metros de ancho.

 Esta es la definición de un asteroide, pero también son los testigos de la historia del universo. Pero si tenemos que hablar de asteroides, ningún ha llamado tanto la atención que Oumuamua, un misterioso objeto interestelar en forma de cigarro que navegó más allá de la Tierra a 156.428 km/h en octubre del pasado año.

El 19 de octubre de 2017, el telescopio Pan-STARRS-1, ubicado en Hawái, detectó el asteroide Oumuamua el 19 de octubre, y fue observado 34 veces diferentes en la semana siguiente. Fue bautizado como Oumuamua, que en hawaiano significa el mensajero de lejos que llega primero, y pasó cerca de la Tierra a aproximadamente 85 veces la distancia a la luna. 





Los astrónomos quedaron completamente desconcertados ya que fue el primer objeto interestelar visto en nuestro sistema solar. En un principio se pensó que el misterioso objeto podría ser un cometa, sin embargo, no mostraba ningún comportamiento esperado de un cuerpo celeste, como una cola de partículas de hielo y polvo.

Se calculó que Oumuamua tenía hasta 400 metros de largo y 10 veces más largo que ancho. Estos datos confusos provocaron todo tipo hipótesis en la comunidad científica, incluso los investigadores del Breakthrough Listen, un programa financiado por el fallecido físico Stephen Hawking, anunciaron que no encontraron evidencias de que se tratara de origen extraterrestre

Sin embargo, ahora un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard ha sugerido que el visitante interestelar Oumuamua podría ser una sonda alienígena.

Confirmado: Oumuamua es de origen extraterrestre

Según afirma un estudio reciente, el misterioso asteroide Oumuamua podría ser una gigantesca vela solar extraterrestre enviada para buscar signos de vida. 

Los astrónomos del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA por sus siglas en ingles) analizaron la extraña forma de cigarro del objeto, el inesperado aumento en la velocidad y cambio en la trayectoria a medida que pasaba por el sistema solar interior el pasado año. Han llegado a la conclusión de que el extraño asteroide podría ser una vela luminosa de origen artificial.

El estudio titulado ‘¿Podría la presión de radiación solar explicar la aceleración peculiar de Oumuamua?’, ha sido realizado por Shmuel Bialy, investigador postdoctoral del Instituto de Teoría y Computación (ITC) de CfA, el profesor Abraham Loeb, director de ITC, y el profesor de ciencias Frank B. Baird Jr. de la Universidad de Harvard y el presidente del Comité Asesor de Breakthrough Starshot.

Los investigadores dicen que la extraña aceleración podría ser el resultado de la radiación solar empujando una vela solar gigante. 

Explicaron que una vela de tan solo una fracción de milímetro de espesor (0,3-0,9 mm) sería suficiente para que una lámina de material sólido sobreviviera el viaje a través de toda la galaxia. 





Las velas solares con dimensiones similares han sido diseñadas y construidas por humanos, incluido el proyecto IKAROS, una sonda espacial lanzada por la agencia espacial japonesa en 2010, y el proyecto Breakthrough Starshot.

“Considerando un origen artificial, una posibilidad es que ‘Oumuamua es una vela luminosa, que flota en el espacio interestelar como un escombro de un equipo tecnológico avanzado”, han escrito los investigadores.

“Alternativamente, otra teoría es que Oumuamua puede ser una sonda totalmente operacional enviada intencionalmente a las proximidades de la Tierra por una civilización alienígena”,agregaron.

Otra opción, que explicaría la falta de cualquier tipo de señal, podría significar que el objeto gigante es en realidad los restos de una nave extraterrestre. El profesor Loeb escribió en la revista de divulgación científica Scientific American que Oumuamua podría ser el primer caso conocido de una reliquia artificial que entró en nuestro Sistema Solar desde el espacio interestelar.

“Esta oportunidad establece una base potencial para una nueva frontera de la arqueología espacial, a saber, el estudio de las reliquias de civilizaciones pasadas en el espacio”, explicó Loeb en el articulo publicado el pasado mes de septiembre. 

“Encontrar evidencia de basura espacial de origen artificial proporcionaría una respuesta afirmativa a la antigua pregunta’ ¿Estamos solos? ‘. Esto tendría un impacto dramático en nuestra cultura y agregaría una nueva perspectiva cósmica a la importancia de la actividad humana.” 


Loeb dijo al portal de astronomía Universe Today que Oumuamua podría ser una pieza activa de tecnología alienígena que vino a explorar nuestro Sistema Solar, de la misma manera que esperamos explorar Alfa Centauri utilizando Starshot y tecnologías similares.

“La alternativa es imaginar que Oumuamua estaba en una misión de reconocimiento”, dijo Loeb. “La razón por la que contemplo la posibilidad de reconocimiento es que la suposición de que Oumumua siguió una órbita aleatoria que requiere la producción de ~10^{15} de objetos por estrella en nuestra galaxia. 

Esta abundancia es hasta cien millones de veces más de lo que se espera del Sistema Solar, según un cálculo que hicimos en 2009. Una sobreabundancia sorprendentemente alta, a menos que Oumuamua sea una investigación específica en una misión de reconocimiento y no sea una pieza de una población aleatoria de objetos.”





Sin duda se trata de una revelación increíble, que los científicos reconozcan la existencia de vida extraterrestre inteligente en algún punto del universo. Y como era de esperar, los números creyentes y teóricos de la conspiración consideran este hallazgo como una prueba auténtica de que los extraterrestres envían naves de exploración a la Tierra para preparar una invasión a nuestro planeta. Entonces Oumuamua habría detectado nuestra presencia sin que nosotros hiciéramos nada.

¿Crees que Oumuamua es una sonda espacial extraterrestre, los restos de una nave de una civilización avanzada o se trata del comienzo de invasión alienígena?


Por MEP
Publicado el 03/11/2018
https://www.mundoesotericoparanormal.com/cientificos-universidad-harvard-confirman-asteroide-oumuamua-sonda-espacial-extraterrestre/

Las asombrosas predicciones de Julio Verne que se han hecho realidad

Su carácter visionario le permitió imaginar artilugios que hoy forman parte de nuestra tecnología, desde el submarino o el helicóptero pasando por el metro e incluso Internet. 

En 1863, JULIO VERNE escribió la novela ‘París en el siglo XX’, acerca de un joven que vive en un mundo donde hay rascacielos de vidrio, trenes de alta velocidad, autos a gas, calculadoras y una «red mundial de comunicaciones». 

Verne habla de algo parecido a un telégrafo mundial, que si lo extrapolamos a la actualidad podría parecerse a INTERNET. La novela tenía un tono pesimista, de modo que Pierre Jules-Hetzel, el editor de sus escritos, rechazó publicarlo. 

El manuscrito quedó guardado hasta que fue encontrado por su bisnieto en 1989, y publicado finalmente en 1994. Julio Verne (1828-1905), pionero en el género literario de la ciencia ficción, fue el primero en convertir al científico en el héroe de sus novelas. 





A lo largo de su vida escribió casi un centenar de novelas —de hecho, su obra es la más traducida tan solo superada por Agatha Christie—, las cuales eran un reflejo de los grandes descubrimientos geográficos y de los avances e innovaciones tecnológicas de su época. En 1863 publicó la novela París en el siglo XX, en donde se narra la historia de un joven que vive en una ciudad con coches de gas, trenes de alta velocidad y rascacielos de vidrio.

 En esta novela, Verne habla de una red internacional de comunicaciones que conecta distintas regiones para compartir información. 

«Con el submarino ya no habrá más batallas navales, y como se seguirán inventando instrumentos de guerra cada vez más perfeccionados y terroríficos, la guerra misma será imposible». Julio Verne, ‘Veinte mil leguas de viaje submarino’. 

Pero posiblemente la mejor creación de Verne fue el submarino Nautilus, que describió en «Veinte mil leguas de viaje submarino» (1870). Aquella máquina debió fascinar al marino español Isaac Peral, ya que dieciocho años después de la publicación hizo realidad la construcción del primer submarino eléctrico. Océano subterráneo 

En su Viaje al centro de la Tierra (1864) Julio Verne imaginó un océano en el interior de nuestro planeta. Aunque no en forma de agua líquida, como lo visualizó el escritor francés, el agua podría estar «atrapada» en minerales de la corteza terrestre, en la llamada zona de transición entre los mantos superior y el inferior, a una profundidad de entre 410 y 660 kilómetros.

 Así se confirmó en 2014, cuando investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá), identificaron una muestra de «ringwoodita» dentro de un diamante hallado en Brasil. 

El diamante, que se encontró enterrado en el lecho de un río, habría sido «empujado» a la superficie de la Tierra por una roca volcánica llamada «kimberlita», la más profunda de todas las rocas volcánicas. Se cree que la «ringwoodita» existe en grandes cantidades bajo altas presiones en esa zona de transición entre el manto superior y el inferior. 

En su novela ‘Viaje al Centro de la Tierra’, el autor Julio Verne describe la existencia de un gran océano interior navegable.

 Este tipo de minerales tienen un alto contenido en agua —en concreto en la muestra encontrada el agua representa el 1,5 % de su peso—, por lo que el hallazgo viene a demostrar que hay una gran cantidad de ella en lo profundo de la Tierra: se calcula que toda el agua de los océanos juntos. El autor principal de la investigación, Graham Pearson, así lo aseguró: 

«Esa zona en particular en la Tierra, la zona de transición, podría tener tanta agua como todos los océanos del mundo juntos». Mucho más que coincidencias En cualquier caso, las más sorprendentes anticipaciones de Verne se remontan a otros océanos, los océanos cósmicos. Por ejemplo: en el primer viaje experimental de la novela De la Tierra a la Luna (1865) hay tripulación animal.

 Y en la realidad, el primer ser vivo que viajó al espacio fue la perra Laika. «Amados oyentes míos, si nos dejásemos convencer por ciertos talentos limitados (no quiero calificarlos de otra manera), la humanidad estaría encerrada en un círculo de Pompilio del que no podría salir, y quedaría condenada a vegetar en este globo sin poder lanzarse nunca a los espacios planetarios. 

No será así. 

Se va a ir a la Luna, se irá a los planetas, se irá a las estrellas, como se va actualmente de Liverpool a Nueva York, fácilmente, rápidamente, seguramente, y el océano atmosférico se atravesará como se atraviesan los océanos de la Tierra. La distancia no es más que una palabra relativa, y acabará forzosamente por reducirse a cero».

 ‘De la Tierra a la Luna’ (1865), de Julio Verne. Pero hay más coincidencias: la nave de Verne que llegó a la Luna se llamaba «Columbia», fue fabricada en aluminio y estaba tripulada por tres hombres. 

El módulo norteamericano Apolo XI (1969) se llamó «Columbia» y también llevó tres astronautas al espacio. Ambos tenían forma cónica y medían 3,65 metros; el Apolo XI pesaba 5.621 kilogramos, mientras que el diseño de Verne tenía un peso de 5.345 kilogramos. Un lugar de lanzamiento óptimo incluso en literatura 





Lo esperable en el siglo XIX era que el lanzamiento se hubiera realizado en las dos grandes potencias del momento —Francia e Inglaterra—. Sin embargo, el escritor francés prefirió Estados Unidos. Además, optó por lanzar la nave en Cabo Town, a unos cien kilómetros de distancia de Cabo Cañaveral (Florida), el lugar por el que optó la NASA para su misión. La elección no fue casual.

 Verne calculó que para que un cohete sea lanzado al espacio, hay que contar con la rotación terrestre, velocidad de escape y su propia velocidad inicial. Cuanto más cerca nos encontremos al ecuador terrestre, menos energía se necesitará y, por tanto, la misión tendrá un menor gasto. 

Cabo Town, al igual que Cabo Cañaveral, está al sur de los Estados Unidos. «No sé si los mundos están habitados, y como no lo sé, voy a verlo». Julio Verne, ‘De la Tierra a la Luna’. Además, contó con que, si el proyecto salía mal, el combustible caería en tierra, poniendo en peligro la vida de seres humanos. 

Sin embargo, al lanzarlo desde un punto costero, los restos caerían al océano, evitando poner en peligro vidas humanas. Verne calculó, además, que la velocidad necesaria para que el cohete pudiese vencer la fuerza gravitatoria terrestre tenía que ser de unos once kilómetros por segundo, un cálculo bastante aproximado. 

Continúan los paralelismos 







La velocidad que alcanzó el Apolo XI fue de 40.000 kilómetros por hora, un poco superior a la de la ficción del escritor francés (38.720 kilómetros por hora). 

También fue muy similar el tiempo del viaje hasta el alunizaje, en el caso de la ficción fue de 83 horas y en el del Apolo XI se prolongó hasta las 97 horas. Julio Verne. 

En ambos casos, el alunizaje se produjo en el mar de la Tranquilidad. Aunque, cuando los astronautas de Verne llegaron a la Luna no encontraron selenitas, tal y como había imaginado Edgar Allan Poe. 

Por último, el amerizaje de la cápsula en el regreso a la Tierra del Apolo XI se produjo en el océano Pacífico, a tan sólo cuatro kilómetros de lo previsto por Verne. Para finalizar, me quedo con una de las máximas de Julio Verne: «Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad». Por Pedro Gargantilla.


Miles de soldados y un "bonito" alambre de púas: EE.UU. se prepara para la "invasión" de migrantes

Washington no pierde tiempo y mientras miles de migrantes centroamericanos atraviesan México, refuerza su frontera para prevenir el ingreso ilegal en su territorio.


Miembros del Ejército de EE.UU. erigen alambre de púas cerca del puente entre EE.UU. y México, Donna (Texas), el 3 de noviembre de 2018.
Eric Gay / AP





Más allá de darles a entender a los migrantes de Honduras, El Salvador y Guatemala ―que huyen de la miseria y la violencia de sus países en busca de una vida mejor en EE.UU.― que no son bienvenidos, el Gobierno de EE.UU. no escatima esfuerzos en fortificar su frontera con México con alambre de púas y el despliegue de miles de soldados, reforzados con drones y helicópteros.



El viernes los militares comenzaron a colocar alambre de púas en el puente fronterizo de McAllen-Hidalgo-Reynosa, en Texas, que se extiende a lo largo del río Bravo. El intensivo refuerzo fronterizo también se observa en otras partes del estado, así como en Arizona y California.





Troops setting up barb wire under the Hidalgo Reynosa bridge -Miltares colocan cerca alámbrica en la frontera vid @AntonioNewsT40

El mandatario estadounidense aseguró este sábado que observó "el bonito alambre de púas" que estaban colocando. "El alambre de púas utilizado de manera apropiada puede ser una escena hermosa", señaló Trump en Belgrade (estado de Montana) durante una campaña de apoyo al candidato republicano Matt Rosendale en vísperas de las elecciones.



Eric Gay / AP

Como dijo esta semana en una rueda de prensa el general Terrence O'Shaughnessy, jefe del Mando del Norte del Ejército estadounidense, EE.UU. tiene "suficientes concertinas para cubrir hasta 22 millas [35 kilómetros]" de su territorio fronterizo, y encima tiene concertinas adicionales con las que se puede cubrir más de 150 millas más (241 kilómetros).


Eric Gay / AP

La Administración de Donald Trump ordenó el despliegue de unos 5.200 soldados en la frontera para finales de esta semana con el objetivo de prevenir el ingreso ilegal de la caravana de migrantes que están atravesando México.



Las tropas se unen a unos 2.000 miembros de la Guardia Nacional y para el viernes llegaron a ser 3.500, entre ellos, unos 1.100 marines en California, según Stars and Stripes. El miércoles Trump aseveró que en la frontera podrían ser desplegados hasta 15.000 militares para frenar a los migrantes.





Ver imagen en TwitterVer imagen en TwitterVer imagen en TwitterVer imagen en Twitter

U.S. Army troops, part of “Operation Faithful Patriot” arrived to the U.S. border with Mexico, deployed by President Trump ahead of midterms. Soldiers spread out barbed wire along the Rio Grande in south Texas.

Si finalmente Washington despliega 15.000 efectivos en la frontera, el número superará el de militares estadounidenses desplegados actualmente en Afganistán, que son 14.000.





El precio a pagar por el despliegue militar podría alcanzar 200 millones de dólares para finales de este año y aumentar aún más el año que viene si el Gobierno continúa haciéndolo, según cálculos de The Washington Post.



La ONU estima el número de migrantes que se dirigen a EE.UU. en unas 7.000 personas. Según la Secretaría de Gobernación de México, alrededor de 5.347 centroamericanos han transitado en las últimas semanas por la frontera sureña con Guatemala, con aproximadamente 1.000 personas registradas en Oaxaca y otras 4.347 en Veracruz.

Publicado: 4 nov 2018 13:31 GMT

sábado, 3 de noviembre de 2018

Los Siete Sabios sumerios: ¿Simple mito o seres reales? (IV)

CONEXIONES ENTRE LOS DOGONES Y EL ANTIGUO EGIPTO


Existen extrañas y apasionantes correlaciones entre los misterios en posesión de la cultura Dogon y algunos elementos del antiguo Egipto, así como a su vez con la antigua Sumeria, como veremos a continuación. Estas correspondencias tienen relación con ese abismo primordial de las aguas subterráneas (el reino del dios Enki), con el principio de los tiempos y con esos misteriosos seres Abgal…

Empecemos con algunas reflexiones/averiguaciones/hipótesis de Anton Parks al respecto. Porque el controvertido autor traza un puente entre las antiguas Sumer y Egipto en algunos de sus libros. Un punto de partida importante lo tendríamos en que este autor establece una identificación bastante probable entre Enki/Ea y el Osiris egipcio.

Tenemos la palabra sumeria “Engur”, que generalmente designa a las aguas subterráneas del Abzu, el mundo subterráneo, y que fue a menudo empleada como sinónimo. Ahora es el momento de retroceder hasta el mismísimo principio de este artículo y rescatar una afirmación: Eridu era la ciudad donde estaba el primigenio templo de Enki o “E-engur-a”.

Enki, el dios sumerio, era conocido como “Señor de la Tierra” y acabaría convirtiéndose en el dios acadio Ea y declinándose “É-A” [(Amo del) Templo del Agua] en acadio. Parks muestra un cilindro mesopotámico representando a Enki-Ea, solitario, en su santuario acuoso de Engur-Abzu…





Ea se convertiría en el señor de ese abismo primordial, el reino de las aguas. Algunas fuentes describen a Ea como un ser de apariencia anfibia, y muchas otras con aspecto de reptil o serpiente. Enki-Ea era, a los ojos de los sumerios, el gran doctor, la serpiente sanadora de los “dioses”. Y además esta deidad se considera el señor y creador de esos misteriosos seres Abgal, como hemos explicado.

Y a su vez podemos establecer una interesante relación con el Osirión u Osireion situado en Abidos (o Abydos) en Egipto. Parks encuentra un papiro denominado “Salt 825”, en el que se refleja el plano de dicha construcción. Aparece Osiris en el centro, y a su derecha la cruz del Ankh o símbolo de la vida. La semejanza con la anterior imagen de Ea en el centro de su acuoso dominio es evidente. Pero observemos…

(A la izquierda, el papiro reseñado por Parks. A la derecha, plano del Osirión según la wikipedia)

¿Y qué era, o qué es el Osirión u Osireion de Abidos, para aquéllos que no estén familiarizados? Se trataba de una construcción que se extendía más allá -como prolongación o extensión- y más abajo -a un nivel inferior en cuanto a los cimientos y profundidad- del templo de Seti I.

Fue descubierto accidentalmente a principios del siglo XX por los arqueólogos Flinders Petrie y Margaret Murray cuando excavaban dicho templo de Seti I…

Fue construido originalmente a un nivel inferior en el terreno a dicho templo, pese a que los egiptólogos se empeñen en considerar ambas construcciones como contemporáneas.

 El Osirión era conocido como La Tumba de Osiris, mientras que dicho templo de Seti era conocido como El Templo de Osiris. Abidos era el principal lugar de adoración de esta deidad, el señor del inframundo.

Se accedía al Osirión desde un pasillo transversal que empezaba en la parte trasera del templo de Seti, pero hoy en día esta parte es inaccesible, y el público debe ascender para contemplarlo desde el nivel actual del terreno…

(Diversas vistas del Osireion en Abydos)

¿Qué se nos dice sobre esta construcción en la Wikipedia?

“El Osireion u Osirión es el nombre dado al cenotafio (tumba vacía, monumento funerario en honor a un personaje, de carácter simbólico) que el faraón egipcio Seti I mandó construir en Abidos. Se encuentra en la prolongación del eje longitudinal del templo del faraón, y se realizó con piedra caliza, arenisca rojiza, y granito en la cámara central.

Su estructura consta de: un corredor abovedado, que partiendo del templo de Seti I llega hasta la antecámara, un corto pasaje, que comunica con la gran cámara central, rodeada por 17 nichos, y una última cámara, paralela a la antecámara.

Se cree que el Osireion buscaba, con su organización interna, la evocación de la creación según la mitología egipcia, representando la colina primigenia que emergió de las aguas primordiales.

La tipología edificatoria, sus elementos y los materiales empleados (granito) guardan semejanza con el templo del valle de la pirámide de Kefrén, en Guiza.”

Pero ahondemos en esas conexiones. Cito de la web cronicasdelgirku.blogspot.com.es, escrito por Xentor Xentinel en el 2010:

“ENGUR: El Osirión de Abidos. El Abdju (Abidos), la Ciudad Sagrada de Osiris-Saam, era lo suficientemente importante como para que cada egipcio hiciera un peregrinaje allí, por lo menos una vez en su vida.

 La palabra sumeria Abzu es muy similar al jeroglífico egipcio Abdju(en egipcio no existe la Z).

El santuario principal de Enki-Saam estaba situado en Eridu, en Mesopotamia. Este templo acuático que simbolizada las aguas primordiales, llevaba el nombre de ÉABZU (La Casa del Abzu).





Según la tradición, cuando él no estaba en el propio Abzu (el mundo subterráneo), Enki usualmente vivía en este tipo de templos con su esposa, en donde eran acompañados por los Abgal (Seres Anfibios), que más adelante se convirtieron en Sacerdotes/Purificadores.”

(Extrañas representaciones pictográficas en Abidos)

“El término Abzu llegó a servir para designar partes de ciertos santuarios asociados con extensiones de masas de aguas naturales o artificiales, en forma de estanques y matorrales de rosas y árboles sagrados.

En Egipto, el templo acuático de Osiris en Abdju (Abidos) nos da solamente una pequeña idea de los «Santuarios del Abzu» mesopotámicos de los cuales sólo permanecen muy pocos vestigios hoy en día.

Pero es sin lugar a dudas la primera de una serie dedicada a Enki-Osiris.

Abydos era una necrópolis donde todos los soberanos egipcios tenían sus sepulcros. Su divinidad local era Khentamentiu, «El Primero de los Occidentales», es decir el primer dios venido de «Occidente».

Occidente era considerado por los egipcios como el lugar de origen de sus ancestros. Ésta era la tierra de A’amenptah (Atlántida), el país de Ptah.

Este «Primero de los Occidentales» no era otro que Saam-Enki, antes de que le fuera atribuida la designación de Usir (Osiris) en el momento de su muerte.

Parks encuentra una forma egipcia de Engur en el jeroglífico En-Khu-Ur («Para el Orgullo del Príncipe»), que resulta ser el plano del Osirión en Abdju.

¡El jeroglífico En-Khu-Ur y el signo cuneiforme Engur son muy parecidos!”

(Reconstrucción del Engur original, según las indicaciones de Parks)

Más adelante, Xentor Xentinel comenta: “¡Se encontraron conchas!

Pero no hay crustáceos en el Nilo (que es de agua dulce), por lo tanto, esta imagen indica que el Osirión estuvo cubierto por el mar en algún momento. Y eso significa que el Osirión es anterior a la última gran inundación mundial que tuvo lugar hace más de 12.000 años.

Al menos, esto es una prueba complementaria.” En otras palabras, estaríamos en un caso muy semejante al de la Gran Esfinge, supuestamente sumergida durante milenios. Acabaremos estas explicaciones añadiendo que la polémica y el misterio envuelven al Osirión, como no podría ser de otra forma:

Aparte de su enorme antigüedad, podríamos estar ante bloques creados con piedra moldeada, y además tenemos algunos de ellos pesando más de 100 toneladas.

Pero siguiendo con las conclusiones de Parks, este autor señala que los significados ocultos del Engur de Enki, tales como “el lugar donde uno restaura el corazón” o “lugar absorbido en descanso” corresponden perfectamente con los diversos templos egipcios, tales como el Osirión, en el cual estaban abrigadas las tumbas en honor de Osiris.

El escritor franco-alemán prácticamente identifica a Ea con Osiris, pero también ve correlaciones con Oannes, los Abgal y los Nommo, todos ellos seres anfibios procedentes de Sirio.

Además señala que Horus (sucesor o versión posterior de Osiris) tendría relación con Venus, con el planeta Mulge y con Neb-Heru, tal como expliqué en un anterior artículo. Así argumenta que “el término egipcio Abdju (Abydos) posee un vocablo homófono (distinta forma, pero suena igual) cuyo sentido es “pez”. Este pez sagrado sería como piloto a la barca solar de Râ. Su función era advertir a los pasajeros de la barca de los enemigos enviados por Seth.

 Se puede identificar al pez Abkju con el simbólico Hour (Horus), o incluso mejor con el reencarnado Osiris, mientras que la contraparte sumeria de Osiris es Enki, quien poseía él mismo el símbolo del pez. Este pez que precede a la barca solar es evidentemente el planeta Venus, el cual hoy guía [por lo menos lo hace ocasionalmente] el curso del sol (Râ).

Sabemos que el pez igualmente representa a Sirio, la otra estrella sagrada de los egipcios, y el hogar de los seres anfibios. Por supuesto, esto nos recuerda a los seres acuáticos llamados Nommos.

 Los Dogones afirman que los Nommos restauraron el mundo varias veces, y que ellos trasmitieron a la humanidad tales dones como el habla y el grano. Para los sumerios, los Nommos son los famosos Abgal, quienes siguen las órdenes de Enki.”


[“Anubis, el dios embalsamador, encargado de la momificación de Osiris y del rito de KRST (funeral). Osiris fue el primer “dios” en ser enterrado y traído de regreso de los muertos. Tumba de Khaberknet, 19ava dinastía.”]

Hay que decir que Parks encuentra correspondencias y asombrosas similitudes entre Horus y la figura de Jesucristo, mezclando conceptos tales como el sacrificio, la resurrección, la purificación en agua y el bautismo cristiano, por ejemplo.





Desarrollarlo por completo sería muy extenso (y no dejan de ser sus hipótesis personales). Pero se nombra en la anterior imagen el concepto de KRST: También escrito KIR-IŠ-TI, tendría varios significados: “Resplandeciente hijo de la vida; pez de las estrellas/vida; Egipto: ritual de entierro; sarcófago o ataúd del rey.” Y hace razonamientos como los siguientes:

“Había un concepto oculto egipcio que consideraba a Osiris, el primer ministro muerto y “dios” resucitado, como ser simbólicamente transmutado a estrella de la mañana antes de reencarnar como Horus.”

“El ritual de iniciación en el templo de Osireion de Abdju es evocador del sumerio más temprano que condujo a los “dioses” al Engur de Enki-Ea en el Abdju, el mundo subterráneo.”

“El abismo de Osiris-Enki es, sin duda alguna el abismo del mundo, el lugar de morada del “dios” del agua, en miniatura. El iniciado es llevado a lo profundo de la Tierra, a través del túnel conduciendo al Osireion subterráneo, y es sumergido en el agua sagrada antes de subir a la sagrada isla (plataforma) y al encuentro del sarcófago y el relicario conteniendo la cabeza de Osiris.”

¿Extrañas conclusiones? Parece claro que hay enormes semejanzas entre lo expuesto y el ritual del bautismo. Por no mencionar el enorme simbolismo del pez en el cristianismo, o que los mismos apóstoles eran “pescadores de hombres”.

Si en la anterior imagen, veíamos a Anubis, el dios embalsamador, ocupándose de un gran pez…

…podemos ahora leer una descripción exenta de sospechosos tintes iniciáticos:

(El animal en cuestión es la perca del Nilo o Lates nilóticus): “Los egipcios le denominaron Abdu. Por su apariencia extraña y por el tono azulado de su piel lo vincularon al lapislázuli, lo que le añadió unos poderes especiales.

El abdu fue también una manifestación del dios Osiris, cuando comenzaba en la noche a regenerarse bañado en las aguas regeneradoras, acontecimiento que algunos autores han definido como la “gestación antes del renacimiento”.

También era el protector y conductor de la barca nocturna de Ra, el que cuidaba de que no quedara encallada y el que avisaba de la presencia de los genios maléficos o de la dañina serpiente Apofis. En algunos textos se le denomina “Ba de Ra”.

Como símbolo del renacimiento lo encontramos en la tumba de Ja-bejent, en la ciudad de obreros de Deir el-Medina. Allí podemos observar la típica representación de Anubis momificando a Osiris, pero en este caso, Osiris ha sido sustituido por un gran pez posado sobre una cama.” (Las coincidencias en las descripciones son muy evidentes. Fuente: artehistoriaegipto.blogspot.com.es)

Para concluir este estudio sobre Enki, Osiris, dominios de las aguas y peces, aquí va una imagen que aún puede aumentar el misterio y las preguntas (o despejar ambos en buena medida): Osiris en esa barca de Ra haciendo el tránsito nocturno por el inframundo.

Obsérvese cómo aparece “encapsulado” en un receptáculo rectangular y aparentemente rodeado de agua, al igual que veíamos a Ea en ese grabado sumerio. Pero ese flujo de agua en realidad es una gran serpiente. ¿De dónde procede este relieve? Del Osirión en Abidos, ni más ni menos…


Olvidémonos ahora de Enki y Osiris, pero la “conexión egipcia” sorprendentemente aún no puede darse por zanjada. Tenemos que irnos hasta el Reino Antiguo de Hermópolis, o lo que es lo mismo, hasta la XI dinastía y el siglo XXI antes de Cristo, y hablar del dios Amun o Amen.

Repasemos antes que nada la figura de esta deidad. Fue originalmente una deidad tebana, cuyo culto se popularizó cuando la ciudad de Tebas pasó a ser una de las más influyentes de Egipto, tras la expulsión de los hicsos a manos de los príncipes tebanos que darían origen a la Dinastía XVII.

El nombre más popular que se le conoce es el de Amón, que es la helenización del nombre egipcio Imn o Imen. Pero también se le conoce por muchas otras transliteraciones y denominaciones: Amun, Amun-Ra, Amun-Re, Amon, o Amen.

Muchas son también las representaciones gráficas de esta deidad: Originalmente fue representado como un hombre de piel rojiza o azul (para simbolizar su invisibilidad), o en numerosísimas formas humanas con cabeza de animal:

De carnero, de rana, de Uraeus (cobra real), de cocodrilo o de serpiente que podía regenerar su piel. Como humano solía portar un tocado de dos largas plumas segmentadas, el cetro uas y la cruz ankh…

Amen acabaría adquiriendo una importancia trascendental y convirtiéndose en la deidad suprema egipcia, al fusionarse su identidad con la del dios Sol Ra (siendo así Amun-Ra o Amun-Re), en el período que va de los siglos XVI al XI a. C.

 Se le consideró una deidad trascendental, autocreado y el Rey de los Dioses, llegándose a un punto prácticamente de monoteísmo.

También son numerosas sus asimilaciones con otras deidades con el correr de los siglos: Amun-Ra-Atum, Amun-Re-Montu, Amun-Re-Horakhty o Amun-Min. Se le edificaron los famosos templos de Luxor y Karnak en Tebas, para venerarle.

Pero los orígenes de esta deidad en esta ciudad pueden remontarse como hemos dicho hasta el siglo XXI a. C., donde tomaría los atributos de la deidad Montu hasta asimilarla y sustituirla. Y son estos orígenes de Amun los que nos interesan…

Porque Amun fue una de las ocho antiguas deidades de Egipto, formando lo que se conoce como Ogdoad (Ogdóada en castellano) de Hermópolis. Pero Hermópolis no era otra que la ciudad de Hermes para los griegos, la ciudad de mayor culto a la deidad Thoth (que ellos asociaban a su dios Hermes), aunque dicha ciudad para los egipcios era Khmunu, “La ciudad de los ocho”.

Y esta Ogdóada era un sistema de ocho dioses primigenios, formado por cuatro dioses masculinos y sus consortes femeninas.

Es decir, venían por parejas, estando las deidades masculinas representadas como humanos con cabeza de rana y las diosas con cabeza de serpiente…

(Templo de Hathor en Dendera que muestra las cuatro parejas de la Ogdóada de Hermópolis)

Juntos, personifican la esencia del caos líquido primigenio existente antes de la creación del Mundo.

La primera pareja la forman Nun y Naunet, “las aguas primordiales”, “el océano primordial” o “el caos”; la segunda, Heh y Heket, “el espacio infinito” o “lo ilimitado” (simbolizada por el agua que se estanca y busca su camino); la tercera, Kuk y Kauket, “las tinieblas” o “la oscuridad” y la cuarta, Nia y Niat, “la vida”, “la indeterminación espacial” o “la que se separa”, a veces sustituidos por Tenemu y Tenemet, “lo oculto” o, más tarde, por Amón y Amonet (es decir, Amen y su consorte Ament), “el principio de lo misterioso” o “el oculto”.

Juntos, los cuatro conceptos representan el estado primordial, lo que no se ve ni se toca, la antítesis de la vida, pero por su concepción de parejas de ambos sexos, representan al tiempo lo que puede ser, el estado fundamental del comienzo.

En el mito, sin embargo, su interacción en última instancia resultó ser tan desequilibrada que produjo un cataclismo y dio como resultado el surgimiento de un montículo primigenio, en cuyo interior había un huevo cósmico. (Fuente: Wikipedia).





Es decir, que de su interacción se derivó una explosión o un estallido de energía (¿reminiscencias lejanas del Big Bang?) y esa montaña primordial (que una vez más, menciona Parks) surgió de las aguas. Hay que decir que existen 4 versiones distintas del mito, aludiendo aparte de ese huevo cósmico al ave ibis (símbolo de Thoth), a una flor de loto o a un escarabajo…

Se considera que la Ogdóada había llegado mucho antes que el sistema religioso egipcio reconocido actualmente y que se ocupaba de la preservación y la prosperidad del mundo celestial, y tiempo después (también de manera indirecta), de la formación de la raza humana.

Sea cual sea la versión, el dios Ra juega un papel preponderante. Ya sea surgiendo de ese huevo cósmico (de ese huevo surge el mundo, invisible, y el dios solar aparece portando la luz) o de la flor de loto, la deidad Ra es una de las únicas deidades egipcias que superó las leyes del tiempo para ser aceptada por los seguidores de la Ogdóada y la religión posterior.

(Ra es el dios sol de Heliópolis en el antiguo Egipto)

Aunque la Ogdóada finalmente desapareció como el panteón oficial en el antiguo Egipto, sus nombres siguieron vivos en leyendas orales y escritas, mientras que los habitantes de Hermópolis defendían que esta teoría de la creación era más antigua que cualquier otra en Egipto.

¿Por qué es importante este mito, y qué relación tiene con la cultura de los dogones? Ésta es la gran pregunta. Recordemos al dios primigenio de los dogones, Amma.

La similitud del nombre con el de Amun, Amen o Amón ya es notoria.

Además, según el mito dogón, hubo ocho seres primordiales, que se convertirían en Nommo y en creadores de los humanos, y además venían también por parejas.

Se menciona asimismo el huevo cósmico, y se hace alusión de las aguas primordiales de las que surge todo (como en los mitos sumerio y acadio, una vez más).

Todos estos elementos, junto con la extraña fascinación que sentían los egipcios por la estrella Sirio (así como el culto, y los asombrosos conocimientos) hacen que tengamos asombrosas similitudes entre ambas culturas.

Las preguntas y las reflexiones que se suscitan quedan aquí apuntadas. Aunque hagamos una reflexión final:

Todos estos elementos que conectan con creencias y hechos del antiguo Egipto hay que tomarlos con el máximo rigor y la máxima cautela.

Aunque pudiera estar muy bien fundamentada la relación entre el sumerio Enki y el egipcio Osiris (como apunta Parks), una supuesta vinculación con los seres anfibios abgal no queda en absoluto demostrada, entre otras cosas porque la simbología del pez en Egipto (como la de innumerables animales) podría tener otros significados.

 En cuanto a las creencias implícitas en esa primigenia Ogdóada, aunque sean muy interesantes y pudieran relacionarse con los mitos dogones, un planteamiento similar podría aplicarse (semejanzas lejanas no significan equivalencias).