Los sacerdotes Mayas astrónomos utilizaban un ordenador astronómico visual para realizar complejos cálculos astronómicos de forma sencilla y precisa.
Sus observaciones se registraron en libros jeroglíficos, en los cuales se desarrollaron tablas para predicciones. Tres libros – Los códices de Dresde, París y Madrid – contienen dichas tablas, con las explicaciones y aplicaciones específicas.
Desde alrededor del año 300 dC al 900 dC, la civilización maya floreció en Guatemala, El Salvador y la Península de Yucatán en México produciendo maravillas de la arquitectura y sin lugar a dudas uno de los sistemas más enigmáticos del mundo de escritura.
El enigmático sistema de escritura es tan diferente de cualquier otro en la historia humana, que sin duda requiere técnicas de criptoanálisis para sacar el simple texto de la mezcla maya de la doble función de ideogramas, jeroglíficos y fonogramas.
El círculo es fundamental para su religión y filosofía de vida. Es la básica de sus calendarios y tablas de eventos celestes. Ellos veían el universo y todo dentro de él como un círculo sin fin y en expansión de tiempo y espacio.
Los sacerdotes astrónomos mayas, en su obsesión por el tiempo, demostraron una gran habilidad para enfrentar sus calendarios entre sí para lograr una precisión extraordinaria a través de un sistema de corrección mutua y llegar a los lugares comunes de “reposo” cuando dos o más eventos celestes coinciden.
Todo se registró en sus libros jeroglíficos, en los cuales ellos desarrollaron tablas de predicción.
El documento ‘La Computadora Astronómica Maya’ fue clasificado como ‘alto secreto’ pero ahora es revelado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario