Una epidemia de una enfermedad sin identificar se ha cobrado la vida de más de 100 personas, en su mayoría niños, en la localidad de Dekín, Benín, desde que se detectó por primera vez hace un mes.
Fiebre, vómitos, hemorragia nasal, extraños zumbidos y finalmente una insuficiencia cardiaca que termina con la vida del enfermo son los síntomas visibles del mal que se ha convertido en una verdadera angustia entre la población de este país africano, informa el medio La Nouvelle Tribune.
De acuerdo con los familiares de las víctimas, decenas de niños, adolescentes y jóvenes, de 4 a 20 años, mueren cada semana, incluso en las primeras 24 horas después de la detección de los síntomas mencionados y que aún no consiguen llamar la atención de las autoridades sanitarias públicas del país africano.
Varios infectados continúan luchando por sobrevivir en los centros de salud locales, que no tienen suficiente personal ni los medios necesarios para tratar a los enfermos.
Además, debido a la falta de agua potable, se ven obligados a compartirla con los animales.
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