Hace miles de millones de años la unidad original del Cosmosdes apareció y ello dio lugar a la dualidad que dividió aquella armonía primigenia y que condujo al caos y el desorden.
Este dualismo se manifiesta en la naturaleza y en la historia y en las vidas de los hombres. A través de esta escisión, las entidades rebeldes y caídas, actúan.
Algunos creen que el Diablo o Satanás es el soberano de la Tierra y que el infierno es de algún modo nuestro mundo terrenal.
El mundo material sería el soporte por el que el mal (de origen ancestral y espiritual) corrompe a las criaturas humanas. Sin embargo otros no creen en Dios y por lo tanto tampoco en la existencia de Satán, aunque hay quienes creen en Dios y piensan ingenuamente que no puede existir un antagonista con el poder y la jerarquía del demonio, posiblemente, entre otras razones, por un miedo instintivo a reconocer la existencia de un ser con un nivel tal de malignidad.
El mundo material sería el soporte por el que el mal (de origen ancestral y espiritual) corrompe a las criaturas humanas. Sin embargo otros no creen en Dios y por lo tanto tampoco en la existencia de Satán, aunque hay quienes creen en Dios y piensan ingenuamente que no puede existir un antagonista con el poder y la jerarquía del demonio, posiblemente, entre otras razones, por un miedo instintivo a reconocer la existencia de un ser con un nivel tal de malignidad.
El príncipe de las tinieblas combate contra el dios creador y el género humano, sembrando la destrucción por todas partes, consumiendo todo bien, como el fuego a la madera. El Diablo, y sus jerarquías se mantienen atentos para convertirnos en sus servidores.
Si sentimos que el mal nos envuelve o nos dirige la mirada lo apropiado es pensar, sentir y pedir a Dios, y en Dios. La oración, el rezo, es el esfuerzo de comunicarse con Dios, un santo o un difunto, ya sea para ofrecer obediencia, hacer una petición o simplemente expresar los pensamientos y las emociones personales.
La existencia del mal fuera de las personas, del demonio y los demonios, no exime de responsabilidad moral a la conducta del ser humano, que en su libre albedrío decide qué camino y que decisión tomar. Pero las acciones que resulten dañinas para los demás o para nosotros mismos son el caldo de cultivo, el agujero por el que se cuela la neblina negra del mal para hacerse dueña de nuestras almas. Las debilidades, la falta de ánimo y los pecados cometidos entre otras circunstancias son también puertas de acceso del influjo maligno.
En la Iglesia católica y entre sus fieles se ha debilitado la idea de la existencia del diablo y de sus servidores y en consecuencia, ha venido disminuyendo la cantidad exorcismos practicados a pesar de las manifestaciones de las entidades o energías malignas en los individuos y en ámbitos más amplios, desasistiendo a las personas afectadas y sus familias. Evidentemente excluimos de estos planteamientos las patologías psicológicas que puedan confundirse con estos asuntos.
Aumenta la demanda de exorcismos
Hace pocos días El Arzobispado de Madrid anunciaba que está estudiando formar a sacerdotes exorcistas para cubrir el vacío que existe en Madrid y ante la demanda creciente de estos servicios. En la actualidad, oficialmente, no hay sacerdotes formados para practicar exorcismos en la Comunidad de Madrid, facultad para la que deben estar autorizados por el obispo de su diócesis.
La diócesis contaría con sacerdotes preparados para atender los casos en que se precise la ayuda de la Iglesia. Según el compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, tiene lugar un exorcismo cuando la Iglesia pide con su autoridad, en nombre de Jesús, que una persona o un objeto sea protegido contra el influjo del Maligno y sustraído a su dominio.
Además, precisa que el exorcismo solemne, llamado gran exorcismo, puede ser efectuado solamente por un sacerdote autorizado por el obispo.
La diócesis contaría con sacerdotes preparados para atender los casos en que se precise la ayuda de la Iglesia. Según el compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, tiene lugar un exorcismo cuando la Iglesia pide con su autoridad, en nombre de Jesús, que una persona o un objeto sea protegido contra el influjo del Maligno y sustraído a su dominio.
Además, precisa que el exorcismo solemne, llamado gran exorcismo, puede ser efectuado solamente por un sacerdote autorizado por el obispo.
Relato en formato terror. Sobre la acción diabólica. Iinfluencia y posesión maligna. Orígenes ancestrales. El combate celestial. Este vídeo ha sido realizado con la intención de prevenir el mal.
ADVERTENCIA. El contenido de este vídeo puede herir la sensibilidad de algún se espectador, si es el caso abséngase de verlo.
Parece ser que hay una gran demanda de ciudadanos para liberarse deposesiones demoniacas, o de influencias maléficas (amarres, magia negra de brujas, esoterismo, etc).
Según las fuentes del arzobispado, "los ochos sacerdotes confirmados por el cardenal para el ministerio de exorcistas están en un periodo de formación acelerado". Los nuevos exorcistas están estudiando intensamente el "Ritual renovado de Exorcismos", aprobado por Juan Pablo II en 1998 y otros rituales y libros sobre la materia.
Para siempre o después de haber visto el vídeo y en el caso de que éste te perturbe, Poderosas oraciones de ruego, petición, salvación y ayuda divina.
ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO
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