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La decisión tomada por la Oficina Europea de Patentes (EPO) de conceder al gigante Monsanto la patente del brócoli derivado del mejoramiento convencional ha desatado críticas entre numerosas organizaciones que exigen su anulación.
Seminis, una compañía propiedad de Monsanto, recibió la patente sobre el cultivo convencional de brócoli denominada EP 1597965 el pasado mes de junio. Dicha patente incluye, entre otras, una variedad de plantas de brócoli y sus semillas.
El anuncio ha enfurecido a decenas de organizaciones que luchan por la prohibición de las patentes relativas a semillas convencionales. Numerosas de estas agrupaciones integran actualmente una coalición llamada No a las patentes sobre semillas (No Patents On Seeds), que denuncia que esta decisión perjudica a los agricultores y otros actores de la cadena de suministro de alimentos ya que los obliga a ser todavía más dependientes de las grandes multinacionales.
Según Christoph Then, miembro de No a las patentes sobre semillas, la EPO y Monsanto están camino de confrontarse con la sociedad europea. "No vamos a dejar que nuestra comida sea monopolizada", agregó.
Las organizaciones instan a que los políticos europeos tomen el control de la EPO y modifiquen la interpretación de la ley actual de patentes. Estas agrupaciones han recogido ya dos millones de firmas a favor de la prohibición de las patentes sobre la cría convencional.
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