Mientras los Estados occidentales entonaban su letanía de que «¡Bachar tiene irse!» y presentaban el derrocamiento del régimen sirio como algo inevitable, diferentes jefes militares estuvieron vendiendo a los «rebeldes» sus alijos de armas antes de huir hacia Europa o Estados Unidos.
Ante el carácter ya evidente del fracaso occidental, la dirección del flujo de armas se ha invertido.
A finales de junio de 2013 y principios de julio, el Hezbollah libanés realizó dos importantes transacciones con varios jefes del Ejército «Sirio Libre». La Resistencia libanesa adquirió por esa vía cohetes antitanque y RPG de fabricación rusa que Arabia Saudita había entregado a los «rebeldes».
La segunda transacción se realizó a precios muy bajos, un millón de dólares, antes de que los «rebeldes» huyeran a Occidente con el fruto de su venta.
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