El nivel de corrupción al que se ha llegado hace imposible salir de la ciénaga en la que nos encontramos, el país entero se hunde por la perversión de los partidos políticos en acaparar poder, la cúpula que los dirige se ha empachado de trapicheos.
Los casos de corrupción se acumulan a lo largo de los años uno encima de otro: van desde el gobierno central a los 17 Reinos de Taifas donde miles de políticos están encausados judicialmente por toda la geografía hispana. No se salva nadie de los que han tocado poder o han servido como bisagra como Convergencia Democrática de Catalunya (CDC).
La ciudadanía mira atontada lo que está pasando, se le informa, con desventaja, por los medios de comunicación que se han acostumbrado a definir los sobornos más descarados como la financiación ilegal de los partidos políticos, considerada, si es de su patrocinador, como una chorrada que no va a ningún sitio. La señora Justicia tampoco ayuda, la venda en los ojos le impide apreciar la realidad ya que a toda una procesión de políticos pillados con el carrito de los helados le encuentra un eximente, un pito o una flauta para que a los encausados no se les moleste más y se vayan a su casa con el dinero afanado y lo mantengan a buen recaudo.
Así, con esta benevolencia la porquería ha ido quedando al fondo de la ciénaga, no voy a hablar de la corrupción que no conozco suficiente, me voy a referir a la que impera y está instalada en Cataluña y durante años he investigando. Una buena parte de las pesquisas ha quedado plasmada en dos libros Jaque al Virrey y Las mil caras de Jordi Pujol (ver en la barra del blog: Mis libros) Es tan férreo el control de los medios y tan extensa la red de complicidades tejida durante los 23 años de gobierno de Jordi Pujol que se consideró, por los acólitos, como el oasis catalán donde nada ocurría.
La formula era sencilla, se satanizaba a cualquiera que se atreviera a denunciar la corrupción instalada: Pujol se confundía con el partido, y el partido con el gobierno de la Generalitat, y todos con la bandera se confunden con Cataluña.Tan simple como ésta concatenación que parte de un sujeto y, enlace tras enlace, presupone unir a la nación catalana. Este es el palo del pajar con que sustenta Convergencia su hegemonía maximizando su catalanismo mientras su sector de negocios navega en un océano de tiburones. Una lucrativa distracción.
El sector de negocios se puso en marcha desde el mismo momento que Jordi Pujol entró por la puerta de su despacho en el Palau de la Generalitat.Tampoco puede extrañar esa obcecación por los negocias cuando el partido político Convergencia Democrática de Catalunya fundado por Pujol se constituyó en la planta noble de un banco: Banca Catalana, así esa fascinación por los negocios formaba parte del pedigrí que se disfrazaba como una obsesión nacionalista de cara a la galería. Desde entonces, la cúpula de CDC, no ha perdido el tiempo y envueltos en la bandera se confunde la gestión política con decisiones escandalosamente en perjuicio de quienes representan.
Cientos de negocios se podrían traer a colación pero sirva el que está más a mano y tratado en el blog Las autopistas catalanas en manos de estafadores insaciables … Sigue leyendo → para poner de manifiesto que el amor por Cataluña queda superado por el amor al dinero que les proporciona, a unos pocos, expoliando los bolsillos de los catalanes. La obra pública, y las concesiones, es el maná que enriquece a estos patriotas en imagen y semejanza a los que aman España sobre todas las cosas.
Con diferencia de un día, 31 de julio y 1 de agosto, Artur Mas y Mariano Rajoy han tenido que dar explicaciones en sede parlamentaria por la sospecha de que ambos partidos se han financiado por empresas constructoras a cambio de concederles obra pública. El juez Josep María Pijuan ha concluido la instrucción del caso Palau poniendo en un brete a CDC, junto con el fiscal acusan al partido de recibir fondos de la constructora y concesionaria Ferrovial disfrazada de mecenas al Palau de la Música Catalana.
Dejo para más adelante el marrón de Rajoy del que tengo algo que decir, pero ahora toca centrarme en la corrupción en el oasis catalán. No hay nada mejor que tirar de antecedentes, si se disponen, para poner entre la espada y la pared a aquel que se le acusa.
En la comparecencia de Mas sus señorías llevaron pólvora mojada en sus argumentos y prescindieron de afrentar al presidente de la Generalitat de Catalunya al no hacer referencia al caso Casinos como último episodio de financiación “ilegal” de CDC. Los antecedentes ayudan a comprender como estos desalmados le echan mano a la caja.
En este post, con el número (1) dejaré un par de esquemas, uno para cada operativa. Se puede comprobar que se parecen como dos gotas de agua en su modus operandi.El caso Palau es una fotocopia de su antecesor el caso Casinos. Tienen como base primordial que el sobornante, ya que de eso se trata: de sobornos, quede desvinculado, en la medida de lo posible, del sobornado, por lo que es necesario la intervención de un tercero: el Grupo Casinos, empresa concesionaria de las loterías catalanas y el juego en casino, o el ya más sofisticado método aplicado con la intervención del Palau de la Música Catalana como puente entre el sobornante disfrazado de mecenas cultural y CDC. Se hace necesaria una simplificada descripción de ambos casos de la que a continuación aporto referencia. Pero antes un matiz de suma importancia: todos los partidos políticos que han tocado poder se han mimetizado unos de otros y el dinero que circula por debajo de la mesa no se apunta en una libreta, (Ver A propósito de Barcenas: “no me consta” … Sigue leyendo → más bien se ingresa a través de empresas filiales por los propios donantes en cuentas bancarias a nombre de sociedades radicadas en las islas del Caribe para después pasar a otras sociedades con cuenta en bancos suizos y aplicar esos fondos en bonos del Estado (español, francés, alemán …) para diluir el importe en líquido que pueda llamar la atención. Montar una escapatoria en los paraísos fiscales es de lo más fácil y sin dificultad, dando algunas vueltas entre sociedades pantalla y fundaciones, el dinero llega blanqueado al santuario de Suiza a nombre de un testaferro. Esta vía de escape es otra historia y volvamos al dinero de bolsillo, es decir aquel que se necesita para los gastos del día a día e imprevistos.
Como anticipo, el caso Casinos es una historia del esperpento judicial cuando desde la cúpula es teledirigida la justicia por un poder político que todo lo devora. En síntesis el episodio es el siguiente. Jaume Sentís, director financiero de Casinos de Catalunya se querella contra el dueño de los casinos catalanes, Arturo Suqué, a quien acusa de aceptar facturas falsas para financiar a CDC.
El método para movilizar tan abultado capital -unos 3.000 millones de las antiguas pesetas- y hacer que llegara a la caja convergente se disfrazaba de supuestos servicios prestados por empresas instrumentales de CDC que nunca se habían realizado. A esto había que añadir la variante de que los casinos catalanes pagaban las facturas que el partido de Pujol les remitía para que alegremente fueran saldadas eliminando la deuda de los nacionalistas. Durante unos días la querella dormitó en el Juzgado de Instrucción número 6 de Barcelona hasta que el diario El País en su edición del 11 de enero de 1990 informaba de una supuesta “financiación irregu1ar”.
El titular: “Casinos de Catalunya acusada de desviar ‘dinero negro’ hacia Convergencia”. El escándalo estaba servido, no obstante convergentes y adjudicatarios del monopolio del juego -casinos y 1oterias- no encontraron mejor salida que pactar con Sentís unas retribuidas vacaciones. El director financiero de los casinos desapareció durante un par de años, residiendo en Canadá con una buena bolsa, pero reapareció en 1992 y aporto todo tipo de pruebas que demostraban que medios de comunicación y empresas vinculadas a CDC habían girado durante los años 80 facturas por conceptos inexistentes contra Casinos, y era la empresa de Suqué quien pagaba a los responsables del aparato financiero del partido de Pujol. Se supone que las discrepancias por las eternas vacaciones de Sentís tuvieron un origen pecuniario. A pesar de tan ingente cantidad de documentos probatorios que Sentís aporto al procedimiento judicial, el juez titular Ramón Gomis se lo tomo con parsimonia.
E1 caso ya ha pasado a la historia judicial como referente de parálisis aguda con algún que otro sobresalto. De repente, e1 29 de noviembre de 1994, la fiscalía, a instancias de Hacienda, se querella contra Sentís por un presunto delito fiscal; y coincidiendo con esto su colaboración en la instrucción del sumario Casinos se vuelve todavía mas pasiva. Sentís será condenado -por delito fiscal- en primera instancia como recordatorio de que quien tiene el poder de la fuerza la utiliza.
El 30 de junio de 1997, el juez archiva definitivamente el caso Casinos, tras más de siete años de instrucción y después de la decisión del Supremo de condenar a los responsables de Filesa por la que los socialistas visitaron la cárcel por financiar, con falsos estudios, el PSOE.
En el Palau de la Música, a pesar que el patronato gestor lo integran 22 personas, no se enteraron que el ex presidente Félix Millet y su lugarteniente Jordi Montull llevaban años saqueando sus finanzas. Un saqueo histórico cifrado en 26,5 millones de euros desaparecieron como por arte de magia. Tan atontados han quedado estos patronos, plagado de miembros nacionalistas, que se resisten a pedirle cuentas a uno de los presuntos beneficiarios del expolio: Convergéncia Democrática de Catalunya (CDC) a pesar que el juez y el fiscal les acusan de la descomunal mangancia, ellos erre que erre que no ven indicios de financiación ilegal de CDC a pesar de que el juez Josep María Pijuan en julio de 2012, impuso a CDC una fianza de 3,2 millones en concepto de responsabilidad civil; como aval, el partido puso su sede central de la calle Corcega. Los saqueados que si sí que si no, daban a entender al juez que renunciaban a ejercer acciones legales contra Convergencia porque no había “indicios” que acreditaran los pagos irregulares. E1 ambiguo documento añadía que no había “créditos” contra CDC, por lo que no tenia sentido reclamarle nada. En ningún momento hacen alusión a los 5,1 millones que, según el juez y el fiscal, se embolso la formación nacionalista a cambio de adjudicar obra pública a Ferrovial.
La lealtad tiene un precio y el riesgo que toman los componentes del patronato del Palau parecen desconocer que si no acusas a quien se te ha robado, es evidente que el dinero estaba bajo su responsabilidad y custodia, pueden acabar como cómplices necesarios del saqueo y tienen la responsabilidad de devolverlo y algo más (por su complicidad). He hecho énfasis en este episodio de no reclamación, por el dinero robado, de los responsables del Palau de la Música ya que es la misma estrategia jurídica que la empleada en el caso Casinos. Por más evidencias que puedan existir se sobrepone la negación absoluta de quien tiene que reclamar no reclama, y aquí se acaba la historia.
La realidad muestra algo bien distinto: CDC llegó a un “acuerdo” con Ferrovial para recibir suculentas comisiones ilegales a cambio de la adjudicación de grandes obras públicas, como la 1ínea 9 del metro o la Ciudad de la Justicia. Mientras a la investigación se le ponen todos los palos en la rueda la maquinaria del partido nacionalista se apresta a maniobrar para eliminar pruebas en colaboración con las entidades financieras que niegan al juez la información que disponen y están obligados a guardar a buen recaudo y a disposición judicial. Dejaré para el próximo post los tejemanejes de estos fontaneros convergentes y las vicisitudes de los responsables de finanzas de CDC Francesc Gordó en la época del caso Casinos como el ex tesorero Daniel Osacar en su implicación en el caso Palau.
Visto por encima ambos casos se puede comprobar que la operativa entre uno y otro esquema es similar.
El Grupo Casinos como empresa concesionaria de la Administración estaba en falso ya que la Ley de Financiación de los partidos políticos prohíbe cualquier donación por lo que se hizo necesario establecer un tercero, el Palau de la Música era perfecto: sin ánimo de lucro y posible receptor de patrocinios por cualquier empresa aunque fuera concesionaria de la Administración. Salvado este aspecto el mecanismo, como se ha dicho, es el mismo, el grueso de los fondos no llegan directamente a CDC sino que, desde el grupo Casinos o desde el Palau de la Música, se cancelan las deudas que puede tener el partido político con proveedores o acreedores. Para ser más concreto: un tercero salda las deudas a causa de la campaña electoral tomando ventaja sobre sus adversarios políticos al obtener en fraude una ventaja en la busca de votos. El delito electoral está tipificado.
En el caso Casinos la agencia que tramitaba las campañas electorales de CDC, Tiempo BBDO recibió fondos de Casinos para saldar facturas de la campaña. En el esquema del caso Palau, las empresas implicadas son proveedoras de propaganda electoral, incluso en la sociedad Altraforma figura el portavoz en el Senado de CiU, Jordi Vilajoana, que posee el 12% de las acciones de la empresa.Vilajoana era el máximo responsable de Tiempo BBDO.
Dejo a parte, en el esquema del caso Casinos, los inconfesables pagos (emitiendo facturas falsas) a los medios de comunicación: Avui, El Correo Catalán y La Vanguardia que trataré en el próximo post señalado con 2). Por último, se sustituyó la sociedad Faig S.A. como emisora de falsos estudios cobrados a precio de oro y otras vías de recaptación de fondos para CDC por una fundación. Faig S.A. era una copia exacta de la controlada por los socialistas con el nombre de Filesa que acabó con destacados socialistas en la cárcel. Sorprende que la Ley de Financiación de los partidos políticos acepta las fundaciones vinculadas a estos, por lo que se puede decir que hecha la ley hecha la trampa. La fundación Trias Fargas y nuevamente rebautizada como Catdem se adaptó a que todo cambie y todo continúe igual.
No es de extrañar que la ciudadanía se quede atontada con los tejemanejes de los partidos políticos, unos se espían a otros y todos, los que tienen la oportunidad le echan mano a la caja y se devoran sin piedad por un puñado de votos. Tal como se refleja en los esquemas expuestos, en ambos, se acreditó en los sumarios instruidos que desde la agencia responsable de la campaña de CiU y empresas auxiliares de buzoneo y propaganda fueron terceros los que cubrieron los gastos facturados.
La Ley de financiación de los partidos políticos tipifica como delito electoral el fraude en la desviación de fondos para las campañas electorales. En conclusión, el delito electoral se daba en el momento que Casinos de Cataluña SA había pagado facturas de las campañas electorales de Convergencia Democrática de Catalunya que ascendían a varios millones de pesetas. La agencia de publicidad que había realizado las campañas electorales de CDC fue la agencia Tiempo BBDO.
¿Cómo es posible que quien se le contrata para llevar a cabo la propaganda del partido se le nombre después director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (Catalunya Radio y TV3)? Jordi Vilajuana pasó de consejero delegado de la agencia propagandista a responsable de la radio y televisión pública y de ahí al Senado. De oca a oca y tiro por qué me toca. Una evidencia más de cómo funciona el tinglado.
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