La operadora de la central no descarta otra filtración de agua contaminada
El nivel seguro de exposición anual a radiación es de 50 milisieverts
La semana pasada se filtraron 300 toneladas de agua contaminada al mar
Tepco, la operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima, anunció hoy que ha detectado altos niveles de radiación en tres tanques de almacenamiento de agua contaminada y una de las tuberías que lo conectan, lo que podría significar nuevas filtraciones.
La radiación detectada es de entre 70 y 1.800 milisieverts por hora, un nivel de radiactividad 18 veces mayor que el registrado en el mismo lugar la semana pasada, informó Tokyo Electric Power (Tepco).
La ley nipona ha situado el nivel seguro de exposición anual a radiación en 50 milisieverts, lo que supone que los detectados este sábado por Tepco serían altamente peligrosos.
El operador no descarta que esta situación se produzca por una nueva filtración de agua contaminada de los tanques aunque de momento no se ha visualizado ninguna.
Un portavoz de la operadora explicó que los altos niveles hallados se pueden deberse también en parte a que ahora se están utilizando instrumentos de medición capaces de detectar cantidades de radiación mucho mayores.
Los tanques afectados están construidos de láminas de acero y ensamblados al igual que el que la pasada semana se detectó que había filtrado 300 toneladas de agua contamina al mar.
Tepco reveló entonces también que además de la filtración de agua radiactiva de uno de sus tanques se descubrieron altos índices de radiación en la parte inferior de otros dos.
En estas cisternas, de las que hay cerca de 1.000 repartidas por toda la central, se almacena parte del agua altamente radiactiva acumulada en los sótanos de los reactores, que se incrementa a diario por la filtración de líquido procedente del sistema de refrigeración y de los acuíferos bajo la planta.
En estos momentos Tepco está en proceso de analizar los cerca de 350 tanques que son del mismo modelo que el defectuoso, fabricado en cuando se produjo la crisis nuclear de forma más económica y rápida, al haberse usado resina para unir sus juntas en lugar de soldarlas.
Tras el inicio de la crisis nuclear, la peor de la historia junto a la de Chernóbil en 1986, el Gobierno nipón y la operadora de la central iniciaron las labores de limpieza y decretaron una zona de exclusión de 20 kilómetros en torno a la central por la alta radiación, que ha sido parcialmente levantada, aunque mantienen evacuadas a decenas de miles de personas.
Fuente: El Mundo
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