En el año 2009 se produjo un sorprendente descubrimiento en la isla de Lazaretto Nuovo, en Venecia.
Los arqueólogos dieron con una fosa común, en cuyo interior, uno de los cuerpos había sido sometido a un suplicio inhumano.
El motivo: que era un “vampiro”. Este es el argumento principal de la primera novela de nuestro director, que ahora ve la luz. Un trabajo basado en insólitas historias reales, de un tiempo intransigente que ahora la arqueología está redescubriendo…
En la Baja Edad Media, e incluso antes y después, la superstición ha sido un mal peor que cualquier enfermedad, porque incluso la peste tuvo su tiempo y al cabo de los años se logró vencer; pero la superstición se introduce en la razón, y como un gusano que agujerea el interior de una manzana la acaba horadando hasta que el individuo se ve incapaz de disociar que determinados actos no se justifican en base a las creencias que se tengan…
Porque no se puede matar porque se crea que esa verruga, o esa extraña mancha son síntomas de posesión demoníaca. Las enfermedades se erradican, pero la superstición es como una metástasis que se extiende a lo largo y ancho de los siglos.
Esta es la terrible historia de una mujer que fue brutalmente asesinada en el siglo XVI, porque los teólogos estaban firmemente convencidos de que el mal se apoderaba de las almas sin distinción de sexo, raza o posición social, y que como la niebla que toma la madrugada se introducía por las bocas de los durmientes. Era entonces cuando comenzaba la transformación… y entonces, poco se podía hacer.
El comienzo
En marzo de 2009, un buen número de revistas de divulgación científica e histórica se hicieron eco de un sorprendente hallazgo: el de una tumba del siglo XVI que contenía los restos de una mujer “vampiro”. Según Matteo Borrini, de la Universidad de Florencia, ésta fue una de las numerosas víctimas de la peste que asoló a la ciudad de Venecia en aquellos difíciles años.
Pero había un detalle que la diferenciaba del resto de cadáveres descubiertos en la fosa común de la isla de Lazaretto Nuevo: alguien había introducido un gran ladrillo en la boca del cadáver, supuestamente con la intención de evitar que la epidemia, que en aquellas fechas se atribuía a criaturas similares a los vampiros, se siguiera propagando.
La noticia, distribuida a los medios por los compañeros de la Agencia EFE, decía así: “El antropólogo forense italiano Matteo Borrini ha hallado en una fosa común de 1576, en Venecia, el cadáver de una mujer considerada por su coetáneos como una vampiresa, ya que tenía incrustado un ladrillo en la boca para evitar que siguiera ‘mordiendo’ desde la ultratumba.
Según dijo a EFE el propio Borrini, en 2006 desenterró una fosa común en la isla de Lazaretto Nuovo en la que encontró el cadáver de una mujer ‘con un trozo de ladrillo dentro de la boca’. En la Edad Media, Venecia fue azotada por diversas plagas que llevaron a la población a enterrar a miles de personas en fosas comunes como la que investigó el antropólogo italiano. La investigación de Borrini apunta a que en la época se pensaba que los vampiros, una figura a la que leyendas ancestrales culpaban de plagas como la peste, se alimentaban de ‘masticar las mortajas de los muertos’.
Por eso había que introducir una piedra en la boca del vampiro para que dejara de alimentarse y muriera definitivamente.
Por Lorenzo Fernández Bueno
Última actualización 20/11/2013@09:47:09 GMT+1
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