Es un auténtico genio para los negocios. Sin embargo, el ‘pequeño Nicolás’, el chaval de 20 años que fue detenido la semana pasada por presuntos delitos de estafa y falsedad en documentos públicos, es uno de los peores estudiantes matriculados en el prestigioso y elitista Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef). Los resultados académicos de este alumno, a los que ha tenido acceso en exclusiva El Confidencial, chocan frontalmente con la visión que la propia Universidad proyecta del adolescente. En un folleto universitario para promocionar el curso 2013/2014, Cunef ponía como ejemplo para futuros estudiantes de Administración y Dirección de Empresas a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, un joven madrileño que en tres cursos únicamente ha sido capaz de aprobar cuatro asignaturas.
El presunto estafador, cuyas hazañas han sido portada de todos los medios nacionales, y algunos internacionales, de los últimos días, aterrizó en este exclusivo centro educativo en el curso 2012/2013. Meses antes, el actual secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, a quien conoció en FAES, le firmó una carta de recomendación para que pudiera presentarla en el Instituto de Empresa, una escuela de negocios muy elitista donde en un principio pretendía estudiar. Pero el joven finalmente se decantó por matricularse en otro centro de la misma categoría, Cunef, donde no ha sobresalido nunca precisamente por las calificaciones de sus exámenes.
Según consta en su expediente académico, el primer año que cursó Administración y Dirección de Empresas, el alumno Gómez Iglesias no aprobó ni una sola asignatura. De hecho, sólo se presentó a tres exámenes y en ninguno consiguió una nota más alta de un 4. Excepcionalmente, el centro educativo deja a alumnos con estas desastrosas calificaciones volver a matricularse en otros estudios. Son casos muy puntuales, cuando el estudiante ha podido estar enfermo durante bastante tiempo o ha sufrido problemas graves.
El perspicaz Francisco Nicolás consiguió el beneplácito del tribunal académico que valora estos casos para seguir mostrando como carta de presentación que es estudiante de Cunef. En los dos cursos que lleva matriculado en Derecho, el chaval que consiguió que algunos empresarios le adelantaran miles de euros a cambio de futuros negocios que nunca llegaron, únicamente ha superado 28 créditos de los 120 necesarios para cerrar el primer ciclo. Las cuatro asignaturas que ya tiene aprobadas son Derecho Constitucional I y II, Derecho Civil I y Derecho Romano e Instituciones. En las dos primeras materias, de seis y ocho créditos, sacó un 5 raspado; en Civil, de seis créditos, llegó al 6, y la mejor nota de todo su expediente, un 7, la consiguió en Romano, de ocho créditos.
Recibos sin abonar
El estudiante, que procede de una familia humilde del barrio de Prosperidad, optó por abonar los miles de euros que cuesta un curso en Cunef intermitentemente, pero de momento no ha pagado ni un solo euro del año en curso. El Centro Universitario le reclama ya dos recibos pendientes de abono: uno que vencía el 1 de octubre, donde debía entregar el 20% del coste total de la matrícula, y el primer pago fraccionado del año, que debía haber abonado antes de este viernes. Los próximos recibos de su expediente tienen como fecha límite de pago el 21 de noviembre, el 15 de diciembre, el 13 de febrero y el 13 de marzo. Si no se pone al corriente de pago, Cunef puede echar al alumno del centro. De momento, el chaval, que está escondido en casa de unos familiares ante la presión mediática que ha alcanzado su caso, tiene tiempo para ponerse al corriente con las deudas contraídas en la universidad, a las que deberá añadir los intereses de demora.
Sus elitistas clases en Cunef no son las únicas cuentas que dejó sin pagar antes de ser detenido por la Policía. Como adelantó este diario el jueves, el ‘pequeño Nicolás’ debe unos 5.000 euros a una empresa de alquiler de coches de lujo donde solía recoger vehículos de alta gama para después impresionar a sus clientes. El presunto estafador también se comprometió apagar los 5.100 euros que costaba mensualmente el chalet de lujo desde el que operaba en el exclusivo barrio de El Viso y que alquilaba, en su nombre, una constructora. Pero nunca abonó ni un solo céntimo.
http://www.elconfidencial.com/espana/2014-10-26/el-pequeno-nicolas-un-lince-para-los-negocios-un-zoquete-en-la-universidad_409653/
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