Vivían en un remoto punto en el medio del océano Pacífico, a 3.700 kilómetros al oeste de América del Sur y 1.770 de la isla más cercana, en donde levantaron enormes figuras de piedra que aún se alzan enigmáticamente desde las colinas.
Pero los antiguos polinesios que poblaron la Isla de Pascua, o Rapa Nui, no estaban tan aislados como se pensó durante mucho tiempo. Científicos que realizaron un estudio genético, aparecido esta semana la publicación Current Biology, hallaron que estos antiguos habitantes tuvieron un importante contacto con poblaciones indígenas del continente cientos de años antes de que los primeros occidentales llegaran a la isla en 1722.
El pueblo Rapa Nui creó una cultura única más conocida por las 900 estatuas de cabeza y torso llamadas «moais», erigidas por toda la isla. La cultura prosperó alrededor del 1200 y comenzó a declinar en el Siglo XVI.
La información genética de 27 nativos de la Isla de Pascua indicó que ocurrió un cruce genético entre habitantes de Rapa Nui y pueblos de América del Sur entre los años 1300 y 1500. «Hallamos evidencias de un flujo genético entre esta población y las poblaciones nativas americanas, lo que sugiere una ruta antigua de migración oceánica entre Polinesia y América», dijo la genetista Anna-Sapfo Malaspinas del Centro de GeoGenética de la Universidad de Copenhague, que encabezó el estudio.
Las pruebas genéticas indican que o los Rapa Nui viajaban a América del Sur o que nativos del continente se aventuraban hacia la Isla de Pascua. Los investigadores dijeron que probablemente eran los isleños quienes realizaban los azarosos viajes oceánicos. «Parece ser más posible que ellos viajaran desde Rapa Nui a América del Sur y llevaran sudamericanos a Rapa Nui y se mezclaran con ellos», dijo Mark Stoneking, un genetista del Instituto de Evolución Antropológica Max Planck en Alemania, que colaboró en un estudio relacionado de los indígenas Botocudo de Brasil. «Por lo que sería interesante ver si en otros estudios se puede hallar algún rastro de ancestros polinesios y Rapa Nui en sudamericanos», agregó.
En sus viajes de ida y vuelta, los Rapa Nui habrían pasado semanas peligrosas en el océano en canoas de madera. Los investigadores concluyeron que la mezcla de razas ocurrió hace entre 19 y 23 generaciones y que los Rapa Nui no se habrían comenzado a mezclar con los europeos hasta mucho tiempo después, en el siglo XIX. Malaspinas dijo que el ancestro genético de los actuales Rapa Nui es casi un 75 por ciento polinesio, un 15 por ciento europeo y un 10 por ciento indígena americano. Un segundo estudio, también publicado el jueves en la edición de Current Biology, ilustra otro caso de polinesios aventurándose hacia América del Sur.
Dos cráneos humanos antiguos de los indígenas Botocudo, conocidos por los discos grandes de madera que usan en labios y orejas, pertenecían a habitantes genéticamente polinesios, sin rastros detectables de nativos americanos. «Cómo dos individuos polinesios de los Botocudos llegaron a Brasil es la pregunta del millón», dijo el genetista Eske Willerslev, también del centro de la Universidad de Copenhague, quien encabezó el estudio sobre los Botocudos.
Las conclusiones sugieren que estos polinesios llegaron a América del Sur y siguieron su ruta hasta Brasil, ya sea por la costa oeste del continente y hasta el interior o viajando por el extremo sur de Tierra del Fuego y subiendo por la costa este, dijo Stoneking. «En cualquier caso, es una historia asombrosa», comentó.
Artículo publicado en MysteryPlanet.com.ar: E http://mysteryplanet.com.ar/site/estudio-genetico-prueba-antigua-relacion-entre-sudamerica-y-la-isla-de
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