lunes, 27 de octubre de 2014

Niños Tailandeses que Recuerdan Sus Vidas Anteriores… y Cómo Fue Su Muerte


Los budistas prefieren decir “renacer” a “reencarnarse”, ya que no creen en el alma. (GTRES) Muchas son las historias de niños que relatan a sus padres cómo fueron sus vidas anteriores… incluso recuerdan su muerte. 

Se trata de una creencia budista arraigada sobre todo en las zonas rurales. Algunos muestran supuestas pruebas (como marcas corporales) que les relacionan con la persona que dicen haber sido en vidas pasadas. Según los lugareños, estos niños sólo rememoran sus vidas pasadas hasta los siete u ocho años por lo general y, después, van perdiendo los recuerdos hasta que los olvidan por completo.

Muchos niños tailandeses vienen al mundo con algo más que un pan bajo el brazo, se traen los recuerdos de sus vidas pasadas, una creencia budista arraigada sobre todo en las zonas rurales. El caso de Nopporn Jairaew

Como todos los niños, Nopporn Jairaew nació inocente, al menos hasta que a los dos años de edad reveló a sus padres que en su existencia anterior murió de un disparo tras entrar a robar en la casa de un vecino.

Al principio, sus progenitores se resistieron a creer al niño, que insistía incluso en que en aquella vida se llamaba Teep, porque no querían enfrentarse al mal ‘karma’, las retribuciones o castigos que cada uno recibe por las buenas y malas acciones.

Recordar las vidas pasada es algo normal”Para probar si Nopporn era la reencarnación de Teep, lo llevamos al médico. Entonces, descubrimos que tenía tres marcas en los mismos lugares donde el disparo había entrado y salido en la mandíbula y la cabeza”, explicó su madre, Po Jairaew.

El pequeño, que no quiso contar quién había matado a Teep, visitó finalmente a sus padres de su anterior vida, unos ancianos con canas que vivían cerca y que lo recibieron como si fuera su propio hijo. La historia de Nopporn, que ahora tiene 22 años, fue acogida con absoluta normalidad en Khao Takro, una pequeña aldea ubicada entre campos de arroz en provincia tailandesa de Nakhon Sawan, cerca de 250 kilómetros al norte de Bangkok. Bom, la reencarnación de Monkhol Jaikaew

En 2006, otro vecino llamado Monkhol Jaikaew falleció a causa de un rayo cuando realizaba sus labores en el campo y, en el funeral, sus familiares le hicieron una marca en la frente y el pecho para poder reconocerlo en caso de que renaciese. Unos años más tarde, los padres del campesino fulminado por el rayo recibieron la visita de una madre con su hijo, Bom, quien aseguraba ser la versión renacida de Monkhol.

“Me paraba por la calle y me invitaba a comer y me preguntó por los perros que tenía antes de morir”, relata sin ocultar su satisfacción Arun Jaikaew, el padre de Monkhol. “Recordar las vidas pasada es algo normal”, afirma el progenitor, sosteniendo el retrato de su vástago fallecido frente a su hogar, un humilde chamizo de madera con un pequeño huerto donde corretean los polluelos. Arun y su esposa, actualmente enferma, se consideran afortunados por poder volver a ver a su hijo, aunque fuera renacido en un niño de seis años, los que tiene ahora Bom.

Poco a poco olvidan Según los lugareños, estos niños sólo rememoran sus vidas pasadas hasta los siete u ocho años por lo general y, después, van perdiendo los recuerdos hasta que los olvidan por completo. Así le ocurrió a Moowan, que en sus primeros años de vida se reveló a su vecina como su abuela renacida y le contó detalles personales sobre su pariente fallecida, como dónde guardaba sus vestidos y hasta detalles de sus propiedades.

Moowan, que actualmente tiene cerca de 7 años, ya no recuerda con claridad su supuesta vida pretérita, aunque mantiene una relación muy estrecha con la familia de su vecina, a los que visita regularmente y considera su segundo hogar. Su caso llegó a salir en programas de la televisión nacional e incluso en un libro sobre los numerosos casos de renacimientos en la aldea. Los budistas prefieren decir “renacer” a “reencarnarse”, ya que no creen en el alma. Expertos occidentales atraídos por estos casos La afluencia de casos de niños que alegan recordar sus vidas pasadas en Tailandia atrajo entre los años 1970 y 1980 a un psiquiatra estadounidense, Ian Stevenson, quien recorrió en varias ocasiones el país para catalogar testimonios.

El psiquiatra, que murió en Estados Unidos en 2007, recabó cerca de 3.000 supuestos casos de renacimientos en varios continentes y dedicó un libro a los casos que había documentado en Tailandia y Birmania: Twelve Cases in Thailand and Burma. Stevenson, que con sólo 38 años llegó a ser el responsable del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Virginia (Estados Unidos), consideraba la reencarnación o renacimiento como la “explicación más plausible” de muchos de los casos que estudió.

En su opinión, muchos problemas fisiológicos tenían su explicación en las vidas pasadas, como la fobia al agua de las personas que, en su vida pasada, murieron ahogadas.

El psiquiatra se topó con el escepticismo y el rechazo de muchos de sus colegas, pero su tenacidad y una donación del inventor de la fotocopiadora, Chester Carlson, le permitió crear en 1967 la División de Estudios Perceptivos en la Universidad de Virginia, quizá el primer departamento de parapsicología en el mundo.

 Un año antes de su muerte, Stevenson escribió un artículo titulado Media carrera con lo paranormal en la que instó a sus colegas a seguir investigando este campo sin importar las incomprensiones que (precisó) también padecieron en su día científicos como Galileo, Wegener o Jenner.


Cómo Recordar Vidas Pasadas

Método 1: Hazlo Tú Mismo

Prepara la habitación. Asegúrate de que la temperatura no sea ni muy calurosa ni muy fría. Cierra las cortinas, apaga la televisión, el radio y el teléfono. Si tienes un generador de ruido, ajústalo para no percibir los sonidos del exterior. Prueba con una de estas configuraciones:

Ruido blanco. Suena como una televisión que no está sintonizada a ningún canal.

Ruido rosa. Recuerda el sonido de una cascada.
Ruido marrón. Evoca el sonido distante de las olas del mar.

Relaja tu mente y busca un lugar tranquilo. Siéntate o acuéstate en un cuarto silencioso y oscuro. 

Escoge un momento en que estés alerta y tu cuerpo y mente estén calmados. Si tienes hambre o estás distraído, te costará trabajo concentrarte.


Relaja tu cuerpo. Acomódate en la cama o en el sitio que hayas elegido para conducir tu sesión de auto hipnosis y relájate por unos minutos para prepararte para el viaje.

Prepárate. Cierra los ojos y ponte cómodo. Acuéstate sobre tu espalda, coloca las manos a los lados y envuélvete en una luz protectora:

Imagina una luz blanca que te envuelve por completo. Visualízala brillando sobre tus pies, tus piernas, tus rodillas, tus caderas, tu torso, tus brazos, tu cuello, tu cara y tu cabeza. Esta luz blanca te protege de toda influencia negativa. Representa amor, bienestar e iluminación en forma de una bruma deslumbrante que te envuelve, que te ampara con su brillo, protegiéndote de cualquier mal.

Imagínala. Siente su calor e invítala a que se derrame sobre ti. Repite en tu mente o verbalmente: “Estoy inhalando una energía protectora poderosa. Esta energía está creando un aura de protección a mi alrededor. Esta aura me protege todo el tiempo contra todo”.

Repite esto cinco veces por cada cinco inhalaciones. Luego, concéntrate en visualizar y sentir la energía, haciéndola cada vez más brillante y poderosa. Repítelo con cualquier otro color que te venga a la mente hasta que te sientas listo para el siguiente paso.

Comienza tu viaje. Imagina que estás en un pasillo largo con una puerta grande al final. Visualiza la mayor cantidad de detalles posibles, cualquier cosa que te venga a la mente.

Tu pasillo puede estar adornado con filigrana de oro, o puede ser como una catedral gótica, toda hecha de piedras preciosas, o como un bosque frondoso: lo que tú escojas.

Cualquiera que sea el pasillo que crees en tu mente, úsalo cada vez que vayas en busca de una vida pasada. 

Imagina este pasillo con la expectativa de que cuando llegues al final, cuando alcances la puerta grande y gires la perilla, descubrirás una vida pasada.

Camina por tu pasillo. Haz que cada paso que tomes tenga un propósito. Imagina que tus pies tocan el suelo, visualizando todos los aspectos de tu viaje a medida que te acercas a la puerta grande: los sonidos de tu entorno, el color de la luz, incluso el “olor” de lo que te rodea.

Cuando llegues al final (cuando sientas que estás listo, ni un minuto antes) agarra la perilla de la puerta. Visualízate haciéndolo, sintiendo la textura de la perilla y el sonido del mecanismo cuando la giras. Cuando se abra el cerrojo, respira hondo y empuja la puerta con suavidad.

Dale la bienvenida a una vida pasada. Acepta lo primero que veas al otro lado de esa puerta como algo de tus planos de existencia anteriores.

Puede ser algo tan abstracto como el color amarillo, o tan claro y vívido como un niño muy querido acunado en tus brazos. Considera cualquier cosa que veas como la base. Construye sobre ella. Siéntela. 

Aférrate a las imágenes en tu mente y ábrete a ellas, aceptando cualquier cosa que surja en tu mente.

Puede que descubras que el color amarillo se convierte en una alfombra, o que es la luz del sol que se derrama sobre una alfombra. A lo mejor de pronto te das cuenta que esa alfombra está en una casa en Londres… y así sucesivamente.

Puede que dudes sobre lo que estás viendo, pero ten por seguro que estás recordando una vida pasada.

Ten paciencia. Si no ves nada, trata de pensar en algo que siempre hayas disfrutado, como un hobby favorito o un país de destino. Puedes preguntarte: “¿Por qué me gusta esto? ¿Estará relacionado con una vida anterior?”

Si todavía no sientes nada, prueba con el “método del zapato”: Mira tus pies y escoge el primer par de zapatos que te visualices usando, y sigue a partir de ahí. Puede que veas sandalias, y entonces te des cuenta de que estás vestido con una túnica. Puede que veas zapatos puntiagudos, y te des cuenta que estás vestido con una gran bata de seda.

Si te encuentras en una casa hermosa, con una bella esposa y te preguntas cómo llegaste allí, te has deslizado en una canción de “cabezas hablantes”. Sonríe y continúa explorando.

Cuando recuerdes algo, aunque solo sea un par de zapatos, y si estás bastante seguro de que tiene algo de cierto, puedes comenzar tu siguiente meditación desde ese punto. Comienza siempre cada sesión con algo que ya hayas visto. Ve siempre de lo conocido a lo desconocido.

Acepta lo que ves. Te puede parecer que te estás inventando estas imágenes. A veces es así, y debes aceptar eso como parte del proceso de tratar de recordar una vida pasada.

Casi siempre hay algo de cierto en el fondo de estas visiones. Solo lo podrás saber con certeza cuando hayas meditado muchas veces sobre vidas anteriores, y empezarás a ver patrones y detalles que se repiten una y otra vez.

Mientras tanto, debes optar por creer que lo que ves es genuino. Si no lo haces, nunca llegarás a ninguna parte. Tu mente analítica simplemente se cerrará a todas las imágenes, considerándolas producto de una imaginación demasiado ansiosa.

Regresa al presente. A menos que hayas tenido que desconectarte de un recuerdo desagradable, lo que sucede normalmente es que perderás el impulso. Ya no te vendrán imágenes, o tu mente analítica se ha activado sin darte cuenta por algo que has visto… y hasta ahí llegaste. No te quedará más remedio que abrir los ojos.

Si esto no ocurre y estás listo para regresar a tu vida presente, simplemente imagina la puerta donde comenzaste. Abre la puerta y camina por el pasillo que visualizaste, y repítete que cuando llegues a ese punto de partida te sentirás renovado, y que recordarás tu vida pasada con todo detalle y claridad.

Método 2 de 3: Hipnoterapia

Visita a un hipnoterapeuta. A veces la regresión a vidas pasadas necesita herramientas que no podemos dominar, por ejemplo, la autohipnosis. Los hipnoterapeutas certificados que se especializan en regresión a vidas pasadas han recibido entrenamiento en los campos necesarios. Aquí te mostramos lo que puedes esperar si acudes a ellos:

Puede que pongan música para relajarte, haciéndote sentir seguro y cómodo. Déjate llevar y alcanza tu paz interior.

Despoja tu mente del pensamiento dirigido, y deja que todo ocurra con naturalidad.

Relaja los músculos de tu cuerpo, especialmente tu cuello y hombros, y libera la tensión.
A medida que te vas relajando más profundamente, puede que te hablen sobre la luz, dejándola fluir a través de ti, alcanzando cada parte de tu cuerpo hasta que te rodee.

Cuando ya estés preparado y totalmente relajado, te abrirán las puertas a tus múltiples vidas pasadas, guiándote a través del tiempo.

Te animarán a que explores tus recuerdos con tantos detalles como puedas recordar.

Pueden regresarte hasta el vientre de tu madre y llevarte a volver a nacer en una vida pasada.

Cuando descubras tu vida anterior, te guiarán a través de ella, animándote a sentirla tal y como la recuerdas, solo que esta vez, cuando te despiertes, tendrás pleno conocimiento de tu pasado.

Cuando tu sesión esté a punto de terminar, el hipnoterapeuta te regresará lentamente a tu realidad presente y tu vida actual.

2 ¡Felicidades! Acabas de experimentar tu vida pasada.

Consejos

Si descubres en tu vida pasada algo muy perturbador, siempre recuerda esa aura que te envuelve. Puedes irte tan pronto como quieras. No tienes que quedarte y observar cada momento espantoso.

No te esfuerces demasiado. Esto debe ser algo simple y natural. No deberías forzarte.

No realices estos ejercicios en días consecutivos o con mucha frecuencia. Esforzarte mucho puede crear recuerdos falsos de vidas pasadas. Además, si dejas que pase tiempo entre estas sesiones (semanas o meses) puede que hayas recordado lo mismo dos veces, lo que será una clara señal de que lo que has visto es real.

Mientras descanses o después de que hayas escrito tus pensamientos e ideas, piensa en cosas con las que hayas tenido “conexión”. Estas pueden ser idiomas, música (muy común), lugares y olores. Puede ser que hayas tenido un gusto o disgusto por estos elementos. Te ayudarán a desenmascarar una parte de ti que es distante pero familiar, como tus vidas pasadas.

Prepárate para reconocer la verdad de lo que ves (o sientes, o hueles, o escuchas). Conocerás la verdad cuando la encuentres. Experimentarás un recuerdo de la reencarnación, y de pronto tendrás una revelación relacionada con algo de tu vida presente.

La regresión a vidas pasadas tiene que ver con recuerdos del alma y viajes del alma. Freud, Jung, y otros psicólogos están de acuerdo en que es difícil acceder a la mente inconsciente (donde se guardan los recuerdos y la información), pero no es imposible.

Es posible que no funcione inmediatamente, así es que síguelo intentando hasta que logres recordar algo.

Podrías encontrar buenos resultados empleando la técnica el mejor yo (Best Me) de autohipnosis, paraenvolverte completamente más fácilmente en el contenido de una experiencia de reencarnación.
Usa siempre las mismas palabras y visualización para protegerte.

Para dejar que tus procesos mentales se vuelvan lo más sensibles posible a los recuerdos de una vida pasada, quizás prefieras utilizar una inducción ultra-empírica, basada en sugerencias específicas de atención, expansión de la mente, y mayor conciencia y sensibilidad.

Advertencias

No confundas la verdad con lo que quieres ver, o como dijo Bob Dylan: “No vayas confundiendo el paraíso con esa casa justo al lado del camino.”

Ten en cuenta que algunas veces pueden suceder cosas extrañas mientras haces esto. El fenómeno más común es similar al viaje astral. Es una sensación de volar sobre tu cuerpo como si fueras un espíritu observando tu cuerpo recostado.

A pesar de que no es una experiencia de una vida pasada, te vuelve más sensible espiritualmente y más apto para recordarla. Esta experiencia normalmente viene acompañada de un aumento del ritmo cardíaco y movimientos rápidos de los ojos mientras observas la escena.

Ha habido un número de reportes de niños que recuerdan eventos, nombres y lugares de vidas pasadas. Estos niños pueden ser tan pequeños como de 2 años de edad.

Si te encuentras con un recuerdo desagradable de una vida pasada, date cuenta que puedes desconectarte de él inmediatamente y despertar de tu autohipnosis. Aunque te hayas protegido con la luz blanca protectora, todavía podrías toparte con una escena muy difícil de soportar.

Simplemente abre los ojos. Si decides continuar viendo los aspectos desagradables de tu vida pasada, asegúrate que sólo los vas a ver, pero no los revivirás, y que estás libre de tristeza o terror dentro de tu caparazón protector de luz protectora.

Verás la vida como si fuera una película recreada por actores profesionales en escena. Repítete que no te puede lastimar, y no te molestará.

Hay un antiguo proverbio chino que dice: “No importa que un gato sea negro o blanco, siempre y cuando cace ratones”. Desde un punto de vista estrictamente psicológico, no hay ninguna diferencia si las regresiones a vidas pasadas bajo hipnosis son realmente verdaderas o si son una forma de teatro experimental. Siempre que algunas personas reporten que su problema se ha aliviado con la regresión, una cura es una cura, no importa cuál sea su explicación.

Como pasa con otras formas de experiencia religiosa, necesitamos permanecer abiertos (o al menos tolerantes) a la exploración de recuerdos de una vida pasada, siempre y cuando nos ayuden a encontrarle sentido a nuestra existencia actual.

Otro fenómeno común que puede ocurrir es la “fragmentación”. Tus recuerdos se volverán más intensos, el ritmo de tu corazón aumentará, y comenzarás a experimentar la sensación de que eres muy, muy pequeño, como si todo tu cuerpo fuera una partícula minúscula de conciencia asomándose desde donde deberían estar tus ojos.

Las imágenes se volverán fragmentadas, como un panel de vidrio roto. Puedes comenzar a ver cosas abstractas, figuras y formas, como sacadas de un sueño extraño. Poco a poco los recuerdos de vidas pasadas se verán remplazados por esta fragmentación. Esta experiencia puede ser desconcertante, pero es algo normal. No te preocupes. Simplemente desconéctate de las imágenes y detente. Pensar en tu cuerpo (y estar dentro de él) te hará regresar a él automáticamente.

Mucha gente en la cultura occidental moderna es escéptica ante las experiencias de vidas pasadas ya que no se ha podido probar científicamente en un laboratorio que la reencarnación existe, a pesar de que la mitad de la población mundial cree en ella. (Nadie ha traído de vuelta una moneda romana antigua de una sesión hipnótica de reencarnación, por ejemplo).

http://despiertacordoba.wordpress.com/2014/10/26/como-recordar-vidas-pasadas/

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