Os dije hace tiempo que Hervé Falciani era un “caballero blanco” y en realidad no trabajaba sólo sino que formaba parte de un equipo mayor, de una conspiración positiva alrededor del mundo.
El hacker infiltrado en la banca suiza reveló ayer que recibió ayuda de la CIA para hacerse con los ficheros del HSBC que están teniendo derivaciones en buena parte de los países del mundo, exponiendo a su élite corrupta, conectada con el narcotráfico… y el terrorismo.
Sería interminable señalar las conexiones de los datos aparecidos en la Lista Falciani pero como más destacados tenemos esa conexión con el narco mexicano y las altas esferas argentinas que, como consecuencia, han hecho que ¡la DAIA sionista amenace, de forma poco velada, con ataques a la Argentina! (La Lista Falciani fue la verdadera causa del asesinato del fiscal Nisman).
Como digo, si estáis atentos las informaciones y sabéis correlacionarlas, os daréis cuenta de que todo está siendo perfectamente coordinado por las Fuerzas del Bien.
El día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una resolución para cortar los flujos de financiación del Estado Islámico/Al Qaeda, se revela que varios de esos integrantes son los que proveían de fondos al terrorismo islámico. Por supuesto, podéis/debéis unir este dato con las 28 páginas del informe de la Comisión 11-S que hablan de la conexión Arabia Saudita-11s y por ahí, claro, desembocaréis en el sionismo, que cada vez se está haciendo más presente en Estados Unidos, impidiendo que se ofrezcan conferencias sobre ataques de bandera falsa (ver Veterans Today).
La Lista Falciani es el hilo que desembrolla el ovillo de la conspiración internacional y por lo pronto ya nos está llevando hasta los banqueros judíos, en concreto un libanés llamado Edmond Safra, que quiso vender su banco al HSBC… antes de ser asesinado en 1999. De aquella sospechosa venta se ha derivado, al parecer, la famosa lista.
Pero la conexión sionista lleva hasta, nada más y nada menos, que el patriarca de la comunidad judía española, Mazin, y eso sí que son palabras mayores.
Ante todo esto, lo único que podemos hacer es relajarnos y comprar palomitas para ver, en directo y día a día, cómo caen los cimientos de la corrupta Babilonia.
No, no va a ocurrir de repente, como los más impacientes esperábamos sino a cámara lenta, para disfrutarlo más.
Así pues, paciencia, como cuenta Juan Luis Guerra en esta canción.
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