Ahora Washington agiliza la aprobación de un acuerdo comercial que cuenta con
un amplio rechazo
© Javier Muñoz
Durante un tiempo nos parecía que el acuerdo comercial entre La Unión Europea y Estados Unidos, ese acuerdo que supone un extraordinario aumento de poder para la Corporaciones, estaba lejos de una aprobación rápida por parte de Estados Unidos, y su marcha parecía lenta, e incluso estancada. Incluso los senadores Demócratas pusieron freno a la firma de este tratado, el TTIP, (y el no menos polémico TTP, Asociación Trans-Pacífico), alegando que estos acuerdos comerciales podían suponer una disminución de los salarios de los estadounidenses y una pérdida de puestos de trabajo.
Pero los Demócratas parece que finalmente han cambiado de opinión.
El Presidente Obama se ha puesto manos a la obra para acelerar la firma del TTIP por vía rápida, minimizando las supervisiones democráticas, y tan pronto como hoy mismo (viernes).
Desde esta perspectiva, se puede considerar un escándalo la decisión de la Presidencia de la UE de cancelar la votación e impedir que los diputados del Parlamento Europeo votasen sobre el TTIP esta misma semana.
Una votación sobre un acuerdo que cuenta con un amplio rechazo, y suponía la primera gran prueba para todos los Diputados en la aprobación o no del TTIP.
En los últimos días, un rechazo al TTIP parecía posible
Los grupos socialista y conservadores están sometidos a la presión de la gente que muestra su rechazo. Una red de 170 organizaciones europeas de la sociedad civil han denunciado el acuerdo porque supone una amenaza a la Democracia y por ser un intento de poner los intereses de las Grandes Empresas por delante de los intereses de los ciudadanos, los trabajadores y el medio ambiente. Casi dos millones de personas han firmado la petición de la Iniciativa Ciudadana contra el TTIP, y se han producido abundantes y mayoritarias manifestaciones en toda Europa.
Durante la última semana, los Eurodiputados, incluida yo misma, hemos recibido miles de correos electrónicos cada día, en un nivel sin precedentes en cuanto al interés por parte de la gente, que normalmente no se ocupa de los asuntos de la UE.
La gente insta a los Eurodiputados a que presenten una enmienda (con el apoyo de los Verdes, la Izquierda y algunos socialistas) para que muestren su inequívoca oposición a unos de los aspectos más polémicos del TTIP, el ISDS, Solución de Diferencias entre Estado e Inversor, que implica la creación de Tribunales Especiales para permitir que las Corporaciones demanden a los Gobiernos si estos aprueban leyes que limitan los beneficios o la actividad de una Empresa, incluso las posibles ganancias en un futuro pudieran tener.
Los Partidos Políticos se empezaron a asustar
Se veía como posible que el Parlamento de la UE mostrase su oposición a cualquier tipo de Tribunal Especial, o incluso un rechazo al TTIP en su conjunto.
Tal derrota en Bruselas, aunque no sería definitiva, habría puesto las cosas muy difíciles a Washington a medida que se acerca la etapa más decisiva, e incluso podría ocurrir que descarrilase todo el proceso.
Pero entonces, en una medida inusual, se canceló en el último minuto la votación en el Parlamento Europeo
La razón esgrimida para la cancelación de la votación es que se presentaron más de 200 enmiendas, de modo que la votación se aplaza para que el Comité de Comercio examine las enmiendas antes de su presentación en un futuro pleno.
En realidad, se trata de un escándalo al eliminar el derecho de los Diputados a votar, o incluso a hablar en el Parlamento, sobre este importante Informe sobre el TTIP, en una situación crítica a ambos lados del Atlántico. Así que vuelve a la Comisión de Comercio para una nueva redacción, y no está claro si los Eurodiputados podrán votar antes de este verano.
Mientras tanto, en Estados Unidos hay un intento de ganarse a los Republicanos para que acepten este acuerdo comercial, prometiéndoles que el Gobierno de Estados Unidos impedirá que se tome cualquier tipo de medida sobre el cambio climático.
La Presidencia de la UE está impidiendo que los Eurodiputados ejerzan el derecho efectivo de representación de sus electores. La defensa de los derechos de los trabajadores, la protección del medio ambiente, de los servicios públicos y los derechos de los animales, están ahora amenazados por la armonización de las normas entre la EU y Estados Unidos, con una merma en el nivel de exigencia de las mismas. Y el derecho de oponernos a los Tribunales de Inversores (ISDS).
El TTIP es un buen ejemplo del déficit democrático existente en la UE y cómo puede ser aprovechado por las Empresas para promover sus intereses a expensas de los derechos de los ciudadanos. Debido a que la UE no es un Estado-nación, los representantes democráticos de los países miembros no tienen acceso a la supervisión de la negociación del Tratado. En el caso del TTIP, la negociación se delega a los funcionarios que trabajan en la Comisión. Ninguna de las personas involucradas lo hacen por un mandato democrático.
Es cierto que el Tratado que se negocie finalmente tendrá que ser aprobado en el Parlamento Europeo y puede ser vetado por el Consejo de Ministros de cualquier Estado miembro. Pero mientras que Obama tiene que agilizar el proceso, en la UE, la Comisión cuenta con una vía rápida permanente. El rechazo que muchas personas en Europa muestran al TTIP y las amenazas que se ciernen, no puede ser utilizado para presionar a sus representantes electos, que tienen muy poco que decir en este proceso. Los lobbies corporativos, por el contrario, se sienten libres para ejercer presión sobre los negociadores comerciales y funcionarios de la Comisión, que nunca rinden cuentas ante los ciudadanos de sus actos.
Los grupos de interés privados dominan mayoritariamente las negociaciones sobre el TTIP en la Comisión Europea. Nueve de cada diez contactos de pasillo en la fase preparatoria de las negociaciones fueron con las Empresas y grupos corporativos, que han redactado con eficacia el orden del día del TTIP. Y está claro que se están ignorando las voces de los ciudadanos. Los datos de la consulta, que fue promovida por la propia comisión, sobre la Solución de Diferencias entre Estado e Inversor, mostró un rechazo del 97% entre los encuestados, algo que ha intentado por todos los medios ocultar la Comisión. Ahora sólo hablan de qué tipo de Tribunal de Inversores queremos, sin entender que no queremos ningún Tribunal, ni de un tipo ni de otro.
Aquellos de nosotros que apoyamos el proyecto de la UE en su conjunto, pero que nos mostramos críticos con el TTIP, debemos desafiar las afirmaciones de los Gobiernos que dicen que con el TTIP los ciudadanos, tanto de aquí como de Estados Unidos, saldrán ganando. El debate que hay en Estados Unidos muestra que se trata de premisas falsas. Tenemos que defender la Democracia europea y nuestros valores, uniéndonos a aquellos que hacen frente a los grandes intereses comerciales.
La Unión Europea ha supuesto una mejora en muchos aspectos para sus ciudadanos y el resto del mundo; pero las negociaciones secretas en las que está envuelto el TTIP están minando nuestra confianza. Para restaurar la confianza de los ciudadanos en los representantes del Parlamento Europeo, único órgano electo de la Unión, debe dárseles una voz real en este tipo de negociaciones, y divulgar el texto completo de la negociación. Esto permitiría a los ciudadanos y sus representantes juzgar si el TTIP es positivo para unos y otros, según lo prometido por sus defensores, o si el acuerdo es de hecho una amenaza para la salud, el bienestar y las normas ambientales, como temen muchos opositores.
Molly Scott-Cato
vie, 12 jun 2015 20:36 UTC
Existe una razón por la que el TPP está siendo ocultado del público
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