Un grupo de científicos italianos ha presentado su hipótesis acerca de la causa del desastre que devastó la isla de Cerdeña, en el extremo oeste del Mediterráneo, hacia el 1175 a.C.
La explicación dada no solo establece el impacto de un cometa y posterior maremoto como responsable de la destrucción, sino que afirma que el evento fue la inspiración de Platón para la mítica Atlantis. «Estamos hablando de un gran volumen de agua, 500 metros de altura.
Solo el impacto de un cometa cerca de la costa pudo provocar semejante elevación de las aguas», declaró el escritor e investigador Sergio Frau en una conferencia que tuvo lugar poco antes de una exhibición en el museo de Sardara. Frau, quien en junio pasado visitó el lugar junto con una docena de científicos italianos, cree que Cerdeña es la misma isla que describe Platón como Atlantis, contradiciendo la teoría dominante que ubica la isla en algún punto cercano al estrecho de Gibraltar.
El experto sostiene que un maremoto provocado por un cometa exterminó la ancestral civilización de la isla durante algún momento del segundo milenio antes de Cristo.
El investigador dice que el sur de Cerdeña se asemeja a una «Pompeya sumergida en lodo», donde a mediados del siglo pasado se han hallado herramientas de metal, cerámica, tiestos, lamparas de aceite, etc… sugiriendo que los antiguos pobladores abandonaron el lugar apresuradamente. Si bien hasta hace unas pocas décadas atrás no se creía posible la existencia de maremotos destructivos en el Mediterráneo, recientes investigaciones han refutado esa noción y demostrado que al menos 350 maremotos se dieron en la zona en un período de 2.500 años.
Cerdeña es una de las tantas ubicaciones que han sido relacionadas con la famosa Atlántida. Los antiguos filósofos Platón y Aristóteles, al igual que el historiador griego Heródoto, pensaban que la moderna Cerdeña era «la isla de Atlas», situada más allá de los pilares de Hércules, en el estrecho entre Sicilia y Túnez. Esta creencia es compartida por el propio Frau. La hipótesis de un gran maremoto como destructor de la isla es avalada por varios documentos antiguos donde se habría registrado el suceso. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento,
Ezequiel escribe: «¿Qué ciudad es como Tyrus [posiblemente Tharros], que fue destruida en el medio del mar?». O también una inscripción en el templo de Ramses II en Egipto, que habla de gente foránea que fue testigo de cómo un terremoto y el agua hundieron su tierra debido a que un dios llamado Nun envió una ola masiva para destruir pueblos y aldeas.
El misterio de la civilización nurágica Hoy Cerdeña es una isla con numerosos sitios arqueológicos de interés. Contiene 7.000 fortalezas nuraghi (supuestamente los castillos más antiguos de toda Europa), cementerios, tumbas gigantes, cuevas con nombres como «Morada de Brujas», ruinas, y templos.
Sin embargo, toda esa riqueza arqueológica fue mantenida aislada del mundo de la investigación por largo tiempo debido a la gran cantidad de mosquitos portadores de la malaria de la isla. Recién a finales del siglo 20, cuando el compuesto DDT fue capaz de erradicar el problema, comenzaron las excavaciones arqueológicas intensivas, siendo una de las más recientes la que descubrió en 2012 miles de fragmentos de guerreros de piedra de tamaño real.
Uno de los guerreros de piedra hallados en Cerdeña. De acuerdo a un reporte de The Guardian, la investigación de Frau llamó la atención de muchas personas que asistieron a la conferencia donde anunció su hipótesis, entre ellos un ex alto cargo del Centro de Patrimonio Cultural de la UNESCO, Azzedine Beschaouch, quien expresó su opinión sobre lo expuesto por el investigador italiano. «Uno de los méritos de la investigación llevada a cabo por Sergio Frau es mostrarnos que la civilización nurágica constituyó uno de los puntos neurálgicos del mundo antiguo, tanto en términos de geografía como de cultura.
Ahora necesitamos darle un fondo científico, histórico, político y emocional a un pasado que aún permanece en el misterio», dijo Beschaouch. Sitio arqueológico de Su Nuraxi, Cerdeña, excavado en 1950 y cuya datación lo ubica en la Edad de Bronce. Stefano Tinti, un geofísico y experto en maremotos, también está convencido que la hipótesis presentada es correcta.
«A un cometa que impacta el mar a una velocidad de 20 km por segundo le toma menos de un segundo propagar una ola, con un incremento de cuatro a cinco veces del nivel del mar», declaró Tinti ante Le Monde. El próximo paso para los científicos es echar un vistazo submarino para hallar evidencia del impacto de un cometa.
Artículo publicado en MysteryPlanet
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