Más de 250.000 personas participaron hoy en Berlín el sábado en una manifestación contra el acuerdo de libre comercio entre la Unién Europea y Estados Unidos, que afectará a la seguridad alimentaria, las normas laborales y ambientales del continente.
La oposición a la llamada Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) ha aumentado en el último año en Alemania, donde los críticos temen que el pacto dé demasiado poder a las grandes multinacionales a costa de consumidores y trabajadores.
El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) es un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos que pretende equiparar las normativas a ambos lados del océano, algo similar al NAFTA firmado por EEUU, Canada y Mexico. La Comisión Europea, el Gobierno Estadounidense y las grandes empresas están vendiéndonos el acuerdo como el antídoto definitivo contra la crisis. Sin embargo, el TIIP representa, en realidad, una enorme perdida de derechos, !todavia mas!, para los ciudadanos europeos y las estados, supuestamente soberanos.
¿Qué implica? El objetivo es eliminar las barreras al comercio para crear un gran mercado que beneficie a las grandes empresas, pero regulando a la vez los derechos sociales de los europeos y las leyes ambientales de los paises firmantes. No obstante, por algo será que se negocia en completo secreto, reuniéndose desde junio de 2013, la Comisión Europea, el Gobierno estadounidense y los grandes lobbies empresariales completamente a espaldas de los ciudadanso, para negociar las condiciones del tratado.
El TTIP es una nueva limitación de la democracia y de la libertad de decisión de los pueblos, frente a los intereses de las grandes corporaciones. Por ejemplo, en Canada, los habitantes de Quebec votaron en un referendum el rechazo del fracking como método de explotación, y las multinacionales afectadas, en base al NAFTA, la equivalencia del TIIC en América del Norte, denunciaron al estado exigiéndoles millones de dolares por los "perjuicios sufridos"... Y, en base a la legislación del acuerdo, ganaron... ¿Quién pagó? Los ciudadanos con sus impuestos.
¿Qué sucedió?
Que se hizo pagar a los contribuyentes su rechazo a que las grandes empresas envenenaran su medio ambiente.
Igualmente, se limitarán, más aún de lo que ya están, los derechos laborales de los trabajadores, porque a los acuerdos entre la U.E., EE.UU. y las grandes multinacionales habrá que supeditar el resto de legislaciones europeas o nacionales.
Es decir, el acuerdo TTIP presupone un paso más hacia la instauración del fascismo de las corporaciones, donde las grandes corporaciones económicas serán las que deciden mientras los trabajadores tendrán que limitarse a enriquecerlas con su trabajo, contentándose con votar de vez en cuando al gobernador de turno.
http://cuestionatelotodo.blogspot.com.es/2015/10/250000-contra-el-tiip-en-berlin.html
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