El yacimiento de la cueva de la Gran Dolina, en la sierra de Atapuerca, es una fuente inagotable de información sobre lo acontecido en la meseta Norte de la península Ibérica durante casi un millón de años. El sondeo arqueológico de seis metros cuadrados, que se llevó a cabo entre 1993 y 1999, ya nos dejó un conjunto de datos extraordinario, que se sigue usando en la actualidad y no tan solo para planificar la excavación en extensión de todos los niveles.
El nivel TD8, que volveremos a excavar dentro de tres o cuatro años, contiene centenares sino miles de restos fósiles de diferentes especies de mamíferos. Entre los grandes herbívoros destacan los bisontes, ciervos (de varios tamaños), gamos, caballos, hipopótamos, rinocerontes y jabalíes. Los carnívoros más llamativos están representados por la hiena moteada (Crocuta crocuta) y otra especie (todavía por identificar) muy similar a la hiena rayada (Hyaena hyaena). También destaca la presencia de pantera (Panthera gombaszoegensis). En este nivel, del que solo se han excavado unos 15 metros cuadrados, no ha proporcionado herramientas de piedra. Tampoco se han encontrado restos de homininos. Los expertos opinan que cuando se depositó este nivel en la cueva, hace en torno a los 600.000 años, es posible que la entrada fuera muy estrecha. Esta situación, unida al exceso de humedad y la escasa cantidad de luz habría sido un motivo importante para el desinterés de los humanos por la cueva. En esta situación, Gran Dolina podría habría sido un lugar de refugio para los carnívoros y, de manera alternante, un buen cubil para las hienas. Pero hay otra interpretación: quizá en aquel momento no había humanos en esa región y tal vez tampoco en el resto de Europa.
Para contrastar esta hipótesis, Guillermo Rodríguez (que acaba de defender su tesis doctoral) ha realizado una comparación entre los niveles TD6 y TD8. La diferencia fundamental entre los dos niveles es que en TD6 se han encontrado numerosos restos de Homo antecessor. Es evidente que hace 850.000 años la cueva de la Gran Dolina era perfectamente accesible tanto para los humanos como para los carnívoros. En ocasiones pudo ser un refugio para estos últimos, pero la entrada de la cueva también sirvió de campamento a los humanos. En TD6 se ha recuperado un conjunto de mamíferos herbívoros similar en su composición al de TD8, además de la hiena moteada y la pantera. Falta la otra hiena, que hace 850.000 años aún no había entrado en Europa.
Guillermo Rodríguez se planteó en su tesis doctoral una pregunta, que está muy presente entre los prehistoriadores europeos: ¿desaparecieron los homininos de Europa durante los períodos glaciares que dominaron el hemisferio norte hace entre 760.000 y 600.000 años? Para responder a esta pregunta, Guillermo Rodríguez diseñó un modelo, en el que se simulaba la cantidad de energía necesaria para alimentar a los carnívoros del ecosistema de la meseta Norte de la península Ibérica. No quiero ser prolijo en la exposición del modelo (publicado por la revista PLOS ONE en 2014), sino tratar de ser lo más sintético posible en explicar los resultados del estudio.
Los datos obtenidos en el modelo sugieren que la cantidad de carne disponible en la sierra de Atapuerca para el consumo de los predadores habría sido insuficiente hace 600.000 años, caso de que los humanos hubieran formado parte del ecosistema. Su presencia habría significado una dura competencia con las dos especies de hiena y con las panteras. Por el contrario, hace 850.000 años Homo antecessor solo tenía que competir con una especie de hiena y la cantidad de carne disponible era más que suficiente ¿Significa esto que la competencia con los carnívoros –y en particular con las hienas- fue la causa de la ausencia de humanos hace 600.000 años en la sierra de Atapuerca?
No es sencillo responder a esa pregunta. Los dataciones más fiables de los yacimientos europeos de finales del Pleistoceno Inferior sostienen que pudo haber una vacío de población hace entre 800.000 y 700.000 años. Las condiciones climáticas en ese período fueron muy duras en el hemisferio norte. Quizá los miembros de Homo antecessor pudieron sobrevivir en refugios de las penínsulas de sur de Europa, como sostienen algunos expertos. Pero de momento no hay evidencias consistentes para asegurarlo. Por ahora solo podemos saber que hace unos 700.000 años Europa comenzó a ser re-colonizada por homininos portadores de una nueva tecnología de tradición africana, quizá procedentes del suroeste de Asia.
El caso particular de la sierra de Atapuerca, la posible ausencia de humanos durante un largo período de tiempo pudo estar condicionado tanto por la competencia con otros predadores como por las condiciones climáticas de la Meseta. En la actualidad (un período interglaciar) la temperatura media anual (la máxima) de la ciudad de Burgos es de 10,5º ¿Cuál pudo ser esa temperatura media en un período glacial? No olvidemos que la cota más elevada de la meseta Norte es de 1.024 metros, una altitud nada despreciable en las condiciones glaciales del hemisferio norte.
http://reflexiones-de-un-primate.blogs.quo.es/2015/11/26/humanos-hienas-y-glaciares-que-sucedio-en-la-sierra-de-atapuerca-hace-600-000-anos/
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