Hace un par de meses atrás, varios medios destacaban el hallazgo de un legendario tren nazi lleno de armas, oro, joyas, dinero y archivos, escondido en las entrañas de un túnel olvidado en la región de Baja Silesia, Polonia.
Se cree que el tren también contendría el producto del saqueo de la Cámara de Ámbar del palacio de Catalina la Grande, cuyo valor estimado sería de $ 385 millones.
Esta semana comenzará la búsqueda oficial por parte de expertos de la academia de minería de Cracovia que utilizarán tecnología «no invasiva»; no obstante, una historiadora y escritora polaca asegura que el hallazgo del tren del oro nazi «es falso».
El cazatesoros polaco Piotr Koper y el alemán Andreas Richter aseguraron que la leyenda del tren cargado de oro que nunca llegó a su destino no solo es real, sino que ellos sabían dónde había que excavar para llegar al botín. Para dar más credibilidad a su supuesto hallazgo, presentaron una borrosa imagen realizada por georadar en la que se muestra la silueta del tren de 100 metros de largo enterrado bajo las montañas de la Baja Silesia, entre las ciudades de Walbrzych y Walim.
Los medios de comunicación hicieron el resto y de repente el pequeño municipio polaco se pobló de cazatesoros y aficionados hambrientos de hallar el fabuloso tesoro. Sin embargo, es posible que la historia del fantástico trofeo no sea más que la reactivación de la leyenda que recorre Silesia desde hace 70 años. Y como leyenda, sea totalmente irreal y quimérica.
Falsas evidencias
El Periódico ha contactado con la escritora e historiadora local Joanna Lamparska que ha publicado varios libros sobre leyendas polacas y ha trabajado con revistas como National Geographic. «El supuesto hallazgo del tren es totalmente falso», ha declarado Lamparska, «no hay evidencias reales y la imagen que presentaron los investigadores es un montaje».
La teoría de Lamparska se sustenta sobre todo en las fechas en las que supuestamente desapareció el tren. Según la leyenda, durante el enero de 1945, los nazis llenaron varios trenes blindados con joyas, lingotes de oro y obras de arte en un desesperado intento de llevarlos a Alemania. Por esas fechas, el Ejército Rojo de la URSS avanzaba por Europa del Este con destino Berlín liberando en su camino pueblos y ciudades del terror nazi.
«El ejército de Hitler llevaba en Polonia desde 1939 y el ejército de la URSS comenzó la liberación en 1944», asegura Lamparska. «Resulta evidente que los nazis tenían mucho tiempo para transportar su botín y según la leyenda esperaron supuestamente a enero del 45, cuando el Ejército Ruso ya había llegado a Varsovia». Trabajadores inspeccionan lingotes de oro tomados por los nazis de los judíos y almacenados en las minas de sal de Heilbron.
Aún así, las autoridades polacas declararon tras el hallazgo de los aficionados que había claras evidencias de que la leyenda pueda ser real. Diversos medios europeos publicaron que este lunes 9 se iniciarían las excavaciones para llegar al tren. «Esto es mentira», afirma la escritora. «Lo que se va a realizar —añade— esta semana son más pruebas e imágenes por georadar para escanear el lugar en el que supuestamente se localiza el tren. No se van a realizar excavaciones».
Un siniestro botín
Otras personalidades como Igor Prelin, un antiguo miembro del KGB, expresaron también sus dudas sobre el supuesto hallazgo. Prelin declaró que desconfiaba de la veracidad del descubrimiento ya que tras el fin de la segunda guerra mundial, los servicios secretos de la URSS estuvieron en Polonia hasta 1989-1990. Según el exagente, el KGB realizó junto al ejército búsquedas y excavaciones en el área y no encontraron nada.
Aún así, Prelin asegura que si el tren llegara a existir, lo más probable es que en vez de contener tesoros contenga los cadáveres de miles de judíos que estaban siendo trasladados por los túneles al cercano campo de concentración Gross Rosen, a pocos kilómetros de Walbrzych. La realidad es que estos túneles fueron creados precisamente para el transporte de prisioneros durante el holocausto nazi y no para llevar tesoros.
Por el momento, se esperan más pruebas para confirmar o desmentir la existencia del tren. «Hay muchas leyendas por esta zona de Silesia, ¡ya nos gustaría que alguna fuera cierta!», afirma Lamparska.
Artículo publicado en MysteryPlanet
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