En la Biblia Septuaginta, la versión griega temprana del Antiguo Testamento, la serpiente se llamaba "drakon". En la antigua Grecia, la palabra drakon se usaba para todas las temibles criaturas tales como serpientes, reptiles grandes y otros animales terroríficos.
Así, el término "drakon" se trasladó a través de canales semánticos a la asociación de la serpiente de alas grandes y patas como un dragón en la literatura y la cultura occidental.
Del culto a la serpiente surgieron dos símbolos: el Caduceo y la Vara de Esculapio; los dos incluyen una vara con una serpiente enroscada, que según diversas opiniones representa una varita mágica, un báculo, un cayado de pastor o un símbolo fálico.
Generalmente se considera que significa el árbol de la vida, pero todo eso pertenece a la mitología.
La palabra caduceo deriva del griego “kadux” que significa heraldo o embajador, conocido también como Caduceo de Mercurio (Apolo).
Semejante al caduceo es la vara de Esculapio con una serpiente enroscada. Este emblema apareció unos 800 años a.C. en tiempos de Homero.
Según la mitología, Esculapio era hijo de Apolo y de Coronis; ésta era hija de Flegias, rey de Tesalia. Encolerizado Apolo porque Coronis estaba enamorada del hijo de Eratos, cuando nació su hijo lo dejó abandonado en el Monte Titón, donde fue amamantado por una cabra.
Un pastor encontró al niño y lo entregó al cuidado del centauro Girón, quien le enseñó la medicina.
A este dios de la Medicina, los griegos le llamaban Asklepios, y los romanos Aesculapius. Esculapio acompañó al héroe Jason jefe de la expedición de los argonautas que iban en busca del vellocino de oro.
Según otra leyenda, Esculapio estaba asistiendo a Glauco, cuando bruscamente cayó éste mortalmente herido por un rayo. Apareció en la habitación una serpiente y Esculapio la mató con su bastón; otra serpiente entró y revivió a la primera, metiéndole unas hierbas en la boca.
Con estas mismas hierbas, se dice que Esculapio logró resucitar a Glauco.
A ruegos de Plutón, dios de los infiernos, Júpiter mató con el rayo a Esculapio porque curaba a los enfermos y resucitaba a los muertos, y el inframundo se quedaba desierto.
Por solicitud de Apolo, Esculapio quedó inmortalizado, permaneciendo entre las estrellas del cielo, ascendió a los cielos y se convirtió en la Constelación del Serpentario u Ofiuco (Ophicus serpens), que significa el portador de la serpiente o el cazador de serpientes.
En la actualidad el propio símbolo de la Organización Mundial de la Salud posee la Vara de Esculapio, asociada a este dios en su referencia romana.
Entre los resucitados por Esculapio se encontraba el famoso cazador Orión, de ahí que se diga que Ofiuco es la continuación de la leyenda de Orión y el Escorpión.
En la mitología, cuando el escorpión picó a Orión causándole la muerte, este último fue trasladado al cielo por los dioses, junto con el escorpión, pero separados para que no se volvieran a encontrar, por eso en el firmamento, cuando la Constelación de Orión resurge por el este, la de Escorpión desaparece por el oeste.
Esculapio con sus poderes resucitó al cazador, y este logró vengarse del escorpión que le había causado muerte en primer lugar.
http://cosmoecologos.blogspot.com/2018/07/la-vara-de-esculapio.html
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