Mientras la caravana de migrantes centroamericanos con destino a los Estados Unidos se utiliza como fútbol político antes de las elecciones de mitad de período, hay un factor que recibe poca atención: el papel que desempeñaron los propios Estados Unidos en la desestabilización de la región.
© Reuters / Ueslei Marcelino
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó a los migrantes, muchos de los cuales comenzaron su viaje en Honduras, y calificó a algunos de ellos de «criminales endurecidos» mientras sugería que «desconocidos de Oriente Medio» se encuentran entre las aproximadamente 14.000 mil personas que hacen el largo camino hacia la frontera con Estados Unidos.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, también lanzó la voz de alarma y lo denominó un «momento de crisis» para EE.UU.
Los migrantes ya han llegado a la frontera entre Guatemala y México y algunos han estado rompiendo las cercas y cruzando a México, donde se enfrentaron con la policía antidisturbios. Según informes, otros intentan cruzar a México por el río utilizando balsas y cuerdas improvisadas.
El debate público sobre la inmigración en Estados Unidos se centra casi exclusivamente en «qué hacer» acerca de los migrantes a medida que se acercan a la frontera. Una parte está dispuesta a recibirlos como refugiados con los brazos abiertos, mientras que la otra no siente la obligación de dar cabida a aquellos que ingresarían ilegalmente, independientemente de las circunstancias en las que huyeron de sus países de origen.
Pero lo que falta en la conversación política y de los medios tradicionales es que los migrantes no se materializaron de la nada: provienen de países que, una y otra vez, han sido desestabilizados por la política exterior estadounidense.
Hablando con nosotros, la organizadora de la Coalición ANSWER, Gloria la Riva, dijo que las políticas estadounidenses de «guerra, ocupación, sanciones y narcotráfico» en la región han «afectado gravemente» a los países desde donde viajan los migrantes y «obligan a la gente a irse».
De hecho, durante décadas, EE.UU. ha tratado a las naciones de América Latina y América Central como colonias en lugar de vecinos, interviniendo en sus políticas internas, cambiando el equilibrio de poder con dinero, armas y presión política para servir a los intereses geopolíticos de los Estados Unidos (y raramente ha deliberado acerca las consecuencias humanas, si alguna vez siquiera).
Tomaría mucho tiempo enumerar todas las injusticias perpetradas en la región durante las décadas de un política exterior antidemocrática y neoliberal estadounidense, pero dado que la mayoría de los migrantes que ahora se dirigen a la frontera de los Estados Unidos provienen de Honduras, ese es un buen lugar para empezar.
En 2009, durante el mandato del ex presidente Barack Obama, EE.UU. respaldó tácitamente un golpe militar contra el presidente democráticamente elegido Manuel Zelaya, de Honduras. Hoy en día, el país aún sufre las consecuencias de este evento. En lugar de condenar enérgicamente el golpe, la secretaria de Estado Hillary Clinton abogó por nuevas elecciones.
Dan Cohen: Años después de apoyar un golpe de estado contra el presidente democráticamente elegido de Honduras, Estados Unidos acusa a los refugiados que huyen de la violencia producida por violar la "soberanía" de otros países.Zelaya había implementado algunas reformas moderadas, incluyendo un salario mínimo, pero era visto como un socialista al estilo de Chávez para el gusto de Washington.
También había enfurecido a la élite con la promesa de resolver disputas territoriales de larga duración entre los agricultores pobres y la poderosa industria de los agronegocios.
Rania Khalek: Los refugiados que huyen de Honduras, un país que la administración Obama desestabilizó con un golpe de estado, están siendo ahora demonizados por una administración republicana racista. Y los demócratas fingirán que su partido no tiene nada que ver con la creación del problema.
Donald J. Trump: Lamentablemente, parece que la Policía y las Fuerzas Armadas de México son incapaces de detener la Caravana que se dirige a la Frontera Sur de los Estados Unidos. Hay criminales y gente desconocida de Oriente Medio mezclados allí. He alertado a la Patrulla Fronteriza y a las Fuerzas Armadas de que se trata de una Emergencia Nacional. ¡Hay que cambiar las leyes!
Comentario: Decir que la administración Trump es racista es un poco exagerado, pero sin duda todos están evitando hablar del rol de EE.UU. en generar situaciones miserables en los países donde ha intervenido.
Pronto comenzó una brutal represión contra los simpatizantes de Zelaya, donde los manifestantes que salieron a las calles exigiendo su regreso fueron golpeados, torturados y encarcelados.
Muchos hondureños boicotearon las nuevas elecciones mientras continuaban las protestas masivas. Para 'sorpresa' de todos, el nuevo gobierno de la derecha respaldado por EE.UU. introdujo políticas favorables a sus negocios y comenzó a vender los recursos nacionales del país, convirtiéndolo en una trampa mortal para los activistas ambientales.
En los años posteriores al golpe, Honduras fue catalogado como el país más violento del mundo que no es una zona de guerra oficial. Pero los principales medios estadounidenses mostraron poco interés en explicar el papel del gobierno de Obama en todo esto.
Nos adelantamos a más de una década después, cuando el gobierno de Trump respaldó la reelección del presidente Juan Orlando Hernández, quien ha liderado los escándalos de corrupción y los abusos de los derechos humanos. La votación se vio empañada por los informes generalizados de fraude electoral de las Naciones Unidas y la Unión Europea.
La activista hondureña de derechos humanos Dunia Montoya recientemente le dijo a Al Jazeera que Estados Unidos es «responsable de la situación» en Honduras.
"Lo que está sucediendo en Honduras es la acumulación de las consecuencias de legitimar a un gobierno fraudulento. Ellos provocaron esta migración masiva desde Honduras".
Montoya dijo que la amenaza de Trump de cortar la ayuda a Honduras «no alarma» a las personas que huyen porque la ayuda «nunca llega a sus manos» de todos modos.
A medida que la administración Trump incrementa la retórica antiinmigrante, los demócratas están ansiosos por desempeñar el papel de liberales compasivos, fingiendo, o quizás creyendo de verdad, que el problema realmente no tiene nada que ver con ellos.
Comentario: Y quizás esa sea la razón por la cual estos migrantes han pasado a ser el centro de atención 'de repente', justo cuando se acercan las elecciones de medio término, dando a los demócratas una excusa más para atacar a Trump por un problema que ellos mismos han ayudado a crear.
Pero como hemos visto durante décadas, la política exterior cruel y devastadora junto con leyes de inmigración aparentemente racistas no es solo un problema republicano, sino uno bipartidista.
La Riva citó la «Ley de inmigración responsable» del ex presidente Bill Clinton en 1996, y dijo que era una política «calculada, racista» y «anti-latinoamericana» que facilitó la deportación de las personas que cruzaban la frontera sur en crisis, mientras que a las personas que ingresaban a los EE.UU. desde Europa pero se quedaban más tiempo que lo permitido por sus visas se les permitió permanecer y apelar contra la decisión.
El Salvador y Guatemala, otros dos países de donde ahora están huyendo los migrantes, también han sido receptores de las aventuras de la política exterior estadounidense durante décadas, puesto que Washington apoyó dictaduras represivas, derrocó a los gobiernos elegidos democráticamente y alimentó guerras civiles..., todo en un esfuerzo para asegurar la capacidad de explotar esta región vulnerable y sus recursos.
Cynthia McKinney PhD: Si la "Caravana Migratoria" comenzó en Honduras, recuerden que allí se produjo el primer golpe de estado de Obama para el cambio de régimen. ¡Dejen al resto del mundo en paz y concéntrense en resolver los problemas de Estados Unidos!
Comentario: Casualmente, esto es lo que Trump propuso durante su campaña. "Hacer a EE.UU. grandioso otra vez" y por a "EE.UU. en primer lugar" son eslóganes que significan precisamente eso.
Desde el golpe de estado diseñado por la CIA que eliminó al presidente guatemalteco Jacobo Arbenz en 1954, un evento que hundió al país en décadas de guerra civil; a los escuadrones de la muerte «anticomunistas» financiados por Reagan en El Salvador en la década de 1980, Estados Unidos ha procurado activamente aplastar los esfuerzos para construir una democracia real en la región.
Mientras los demócratas y los republicanos continúan atacándose y discutiendo sobre cómo lidiar con las consecuencias, ambos ignoran las causas. En lugar de utilizar la caravana de migrantes como fútbol político, sería mejor que reconsideren las décadas de políticas injustas, apoyadas sin reservas por ambas partes, que en primer lugar han llevado a estas crisis humanitarias.
Comentario: La situación es sumamente compleja y debe analizarse sin aferrarse a ideologías e intereses políticos puramente egoístas. Tanto "abrir los brazos" y recibir a los inmigrantes, como "crear un muro" y reprimir a todos con violencia, son respuestas que ignoran esta complejidad, la cual incluye, es cierto, la política desestabilizadora estadounidense bajo administraciones tanto demócratas como republicanas. Pero cabe preguntarse también qué es lo que lleva a los hondureños a migrar a EE.UU. justo ahora, ¿por qué no antes? ¿O es que antes simplemente no se hablaba tanto de esta migración masiva? ¿Por qué ahora es el foco de atención?
La respuesta a esta pregunta nos muestra que, al parecer, hay quienes utilizan esta 'crisis' para desestabilizar al propio gobierno estadounidense, tal como este país lo ha hecho en otros lugares del mundo anteriormente.
mie, 24 oct 2018 20:01 UTC
Traducción tomada de Noticias del Frente
No hay comentarios:
Publicar un comentario