No lo sé Rick… Una completa investigación de una de las colecciones más valiosas de fragmentos de Manuscritos del mar Muerto, ha revelado una impactante verdad: ninguno de los fragmentos analizados es auténtico.
Los Manuscritos del mar Muerto, también conocidos como Rollos de Qumrán, son una serie de textos religiosos del siglo III a.C. que contienen los fundamentos del Antiguo Testamento.
La mayoría de estos fragmentos se exhiben en Jerusalén, pero muchos otros se encuentran en manos privadas.
Lamentablemente, muchos investigadores en el campo de la arqueología bíblica sospechan que algunas de estas supuestas reliquias —especialmente aquellas descubiertas a principios de este siglo— son fraudes cuidadosamente elaborados que podrían engañar hasta al más experto.
Y esto fue confirmado en parte en 2018, cuando el Museo de la Biblia en Washington D.C. reveló que al menos cinco de los fragmentos que poseía en su colección eran de hecho falsificaciones.
Algunos de los fragmentos analizados.
Desde entonces, el museo ha buscado ayuda de científicos y especialistas para averiguar si el resto de los fragmentos de rollos —cuyos rumores ponían a su valor en millones de dólares— eran genuinos. Para escarnio del museo, resultó que tampoco lo eran.
«Luego de una revisión exhaustiva de todos los resultados de las imágenes y análisis científicos, es evidente que ninguno de los 16 manuscritos de la colección del Museo de la Biblia es auténtico», señaló Colette Loll, investigadora de fraudes en el arte y directora de la compañía Art Fraud Insights.
«Cada uno muestra características que sugieren que son falsificaciones deliberadas creadas en el siglo XX con la intención de imitar fragmentos auténticos».
Los resultados de los análisis están disponibles en un reporte de 212 páginas publicado aquí. Allí se explican los métodos utilizados; entre ellos, imagen de transformación multiespectral y de reflectancia, microscopia 3D, pruebas microquímicas y más.
«En todos los fragmentos que contenían escritura, observamos ejemplos donde la tinta moderna fue aplicada sobre depósitos superficiales preexistentes y a lo largo de grietas y áreas de delaminación ya presentes en el material», explica el reporte.
«En algunos casos, la variedad de depósitos minerales sueltos estaban dispersos sobre la falsificación, puestos allí cuando la tinta aún estaba fresca para dar la impresión que se trataba de fragmentos auténticos de las cuevas de Qumrán.
Es nuestra opinión que todos estos métodos fueron usados con un expreso deseo de engañar».
Los manuscritos están redactados en hebreo y arameo casi en su totalidad, solo con algunos ejemplares en griego.
Los primeros siete manuscritos fueron descubiertos accidentalmente por pastores beduinos a finales de 1946, en una cueva en las cercanías de las ruinas de Qumrán, en la orilla noroccidental del Mar Muerto.
Posteriormente, hasta el año 1956, se encontraron manuscritos en un total de once cuevas de la misma región.
Por su parte, el jefe de curaduría del museo, Jeffrey Kloha, explicó que «los métodos sofisticados y costosos empleados para descubrir la verdad sobre nuestra colección podrían usarse para arrojar luz sobre otros fragmentos sospechosos y tal vez incluso podrían ser eficaces para descubrir quién es responsable de estas falsificaciones».
Fuente: ScienceAlert.
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