miércoles, 15 de julio de 2020

“Donald Trump carece de las herramientas para ejecutar a Facebook. Solo fueron disparos al aire sin éxito contra la censura globalista de izquierda”.


El poder de los medios audiovisuales y las redes sociales de los Rothschild y el sionismo sobre la Casa Blanca cuando lograron que Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell tuvieran bien pillado por sus partes al presidente de los EEUU.

Todos asentimos con simpatía cuando Trump anunció que intervendría Facebook y Twitter sin seguían con la censura globalista de izquierda.

Y al final como disparos al aire de disuasión que no funcionaron, Trump tuvo que meter su cabeza bajo el ala y esconderse en la Casa Blanca.




Personajillos como Maria Ferreras de Netflix (apadrinada de George Soros y el sionismo), o Newtral de Ana Pastor, o el Poynter Institute comienzan a tener más peso audiovisual que el propio Hollywood y las decisiones de la Casa Blanca de Trump.

Tump comenzó con anuncios de ejecutar las redes sociales y se ha quedado en agua de borrajas donde el imperio de Soros sigue controlando y censurando las comunicaciones y dónde Trump no puede hacer otra cosa que asentir y mirar para otro lado.

 Parece de ciencia ficción que personajillos tengan más peso específico en las comunicaciones y mass media que un gobierno pero así es si se está bajo al gran paraguas sionista dónde Trump no deja de ser otro chuzo estalactita colgando de un tejado helado. 

Desde que en capital de Hollywood entraron China y los satanistas pedófilos del pizzagate aquello es una puerta cerrada a la Casa Blanca, un gobierno paralelo aparte del que tienen pillado por sus parte al propio presidente por sus apaños con Jeffrey Epstein y sus archivos comprometidos.

Los menores y la izquierda, la izquierda y los menores, y otros, aguas del mismo costal.


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