¿Nos está enviando alguien algún tipo de mensaje desde otro punto del Universo? La prensa internacional se hacía eco hace un par de años de una noticia sensacional: el proyecto de Escucha Avanzada (Breakthrough Listen, en inglés) aseguraba haber detectado quince nuevas señales procedentes de una fuente muy lejana.
¿Proceden de una inteligencia extraterrestre?
6 de Julio de 2020 (11:30 CET)
Breakthrough Listen es un ambicioso proyecto privado impulsado por el magnate y filántropo ruso-israelí Yuri Milner desde enero de 2016, que cuenta con el respaldo de científicos de renombre mundial como Stephen Hawking (D. E. P.) o Frank Drake.
Con un presupuesto inicial de 100 millones de dólares pusieron en marcha una nueva iniciativa científica para la búsqueda de señales procedentes de inteligencias extraterrestres que ya ha empezado a dar sus frutos.
Con un presupuesto inicial de 100 millones de dólares pusieron en marcha una nueva iniciativa científica para la búsqueda de señales procedentes de inteligencias extraterrestres que ya ha empezado a dar sus frutos.
El proyecto quiere llegar a examinar un millón de estrellas cercanas así como el centro de un centenar de galaxias.
Un vasto espacio de observación que, al menos sobre el papel, se tardaría décadas en explorar con la ayuda de las ondas de radio del Observatorio de Green Bank y el Observatorio Parkes , así como observaciones de luz visible del Automated Planet Finder pero, inesperadamente, al año de su funcionamiento, se ha anunciado la detección de 15 breves pero intensos pulsos de radio procedentes de una lejana fuente, conocida como FRB 121102.
Un vasto espacio de observación que, al menos sobre el papel, se tardaría décadas en explorar con la ayuda de las ondas de radio del Observatorio de Green Bank y el Observatorio Parkes , así como observaciones de luz visible del Automated Planet Finder pero, inesperadamente, al año de su funcionamiento, se ha anunciado la detección de 15 breves pero intensos pulsos de radio procedentes de una lejana fuente, conocida como FRB 121102.
El nombre se descifra como el acrónimo de Fast Radio Bursts (estallidos rápidos de radio). Este remoto lugar del espacio se ubica nada menos que a una distancia de ¡3.000 millones de años luz de la Tierra! ¿Se lo imaginan? Pónganse el cinturón de seguridad, arranquen la nave y circulen durante ¡3.000 millones de años a 300.000 Kilómetros por segundo!
Hoy por hoy esta distancia es inasumible y, además, nos sitúa en una fascinante paradoja porque las señales que ahora recibimos –que viajan por el espacio a la velocidad de la luz– fueron emitidas hace 3.000 millones de años. Cabe preguntarse entonces, si la transmisión procediera de una inteligencia alienígena, ¿seguirá existiendo tantos eones después de su emisión? O, por el contrario, ¿se habrá autodestruido?
Hace 3.000 millones de años, la vida en la Tierra se limitaba a organismos unicelulares. Las primeras formas complejas de vida emergerían más de mil millones de años después, lo que confirmaría que la creación de formas de vida en el Universo no fue uniforme sino que los seres humanos vivimos hoy –tal vez junto a otras lejanas formas de vida– cuando otras ya se extinguieron… y otras pueden estar en formación. Esta circunstancia invalidaría la paradoja de Fermi.
En cualquier caso, antes hay que demostrar que las señales procedan de una fuente inteligente porque los astrofísicos de todo el mundo llevan años tratando de entender el mecanismo por el que se generan estos rápidos estallidos de radio.
Desde 2012 se han recibido más de 150 aunque, reconoce Andrew Siemion, director del Centro de Investigación SETI de Berkeley y del programa Breakthrough Listen, «nunca habíamos visto estallidos de esta fuente a unas frecuencias tan altas».
Los portavoces del proyecto explicaron que cabe la posibilidad de que «se trate de fuentes energía, quizá en forma de potentes rayos láser, utilizadas por una civilización alienígena para impulsar sus naves al espacio». De hecho, el mismísmo Stephen Hawking tenía previsto implementar algo parecido en sus micro sondas espaciales para propulsar la Próxima Centauri, la estrella más cercana a la Tierra, en un plazo de 15 años.
Otros son menos optimistas y circunscriben las señales a la colisión de asteroides, estrellas de neutrones, que se cree produce rayos X, o explosiones especiales de rayos gamma. El debate científico está sobre la mesa aunque son muchos los que piensan que estamos cerca de un momento histórico.
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