Chan Chan fue la Ciudad del Sol y su civilización fue también conocida como el Imperio de Barro. Es la cultura chimú, que todavía hoy oculta sus secretos a los arqueólogos.
Chan Chan: el imperio de barro
Cuenta Jiménez del Oso en El Imperio del Sol (Ediciones Luciérnaga): "La que fuera orgullosa capital del Imperio Chimú sigue muriendo muchos siglos después de que perecieran sus habitantes. No ha merecido la suerte de otras ruinas, construidas con sólida y casi eterna piedra; por eso, recorrer sus restos condenados es casi un acto piadoso.
Pasado el tiempo, sus imágenes dormirán en algún archivo, en alguno de esos almacenes de fantasmas que son las filmotecas. Chan Chan no existirá ya entonces, se habrá reintegrado a la tierra…".
LA CIUDAD DEL GRAN SOL
Antes de que los incas extendieran su imperio, hubo en el Antiguo Perú otros reinos. El más inmediato fue el de la cultura chimú, que se extendió mil kilómetros desde Lima hasta la frontera con Ecuador, y cuya historia se escribe a partir del siglo X y hasta la llegada de los incas…
Acceso a Chan Chan, la ciudad de barro más grande de América (Foto: A. L. Moyano)
En el idioma hablado por los chimús, Chan Chan (en el departamento de La Libertad) se traduce como "Sol, Sol" esto es "Gran Sol". Sin embargo, no es éste el nombre con el que los chimús bautizaron su ciudad, sino que responde al arbitrio de los arqueólogos de finales del siglo XVIII, pues textos anteriores proponen el nombre de Chenchengo.
Es probable que Chan Chan se asentara sobre los vestigios de algún centro ceremonial erigido por algún pueblo anterior a la cultura chimú. A partir de ahí, la ciudad se iría ampliando paulatinamente con sus diez ciudadelas, cercadas por una fortaleza cuyas murallas de adobe (de tres metros de grosor) se alzaban unos diez y hasta quince metros de altura. Se estima que sus muros, que cercaron unos 25 kilómetros cuadrados debieron acoger a una población entre 12.000 y 36.000 habitantes.
LOS REYES QUE VINIERON DEL MAR
Como en tantas culturas preincaicas, en el origen de la primera dinastía Chimú encontramos a un personaje más mítico que real: Tacaynamo (o Taycanamo). Como es sabido, las culturas precolombinas no conocieron la escritura. Esta circunstancia nos obliga a confiar en las fuentes de época colonial que, aunque escritas muchos siglos después y repletas de inexactitudes históricas, nos permiten rellenar algunas lagunas en la historia de las culturas preincaicas.
Así que, lo poco que sabemos sobre el Imperio Chimú, lo encontramos en Historia Anónima de Trujillo (1604), texto escrito por algún español desconocido, y del que sólo se conservan algunos fragmentos: "Se cuenta que un tal Tacaynamo llegó hasta las tierras que luego se convertirían en la capital del gran reino Chimor. Nadie supo de donde vino, pero éste dio a entender que era un gran Señor, que había sido enviado a gobernar estas tierras, para lo cual llegó en su balsa de palos, desde la otra parte del mar".
Acompañado de su propio séquito, fue en el Valle de Moche donde, a partir de la segunda mitad del siglo IX, floreció el germen de la cultura Chimú, que tuvo su centro de poder en Chan Chan. Fue una sociedad fuertemente estratificada, cuyos miembros eran más súbditos que ciudadanos, gobernada por una élite aristocrática (los alaec), que ejercían como señores feudales. Extramuros de la metrópoli debieron vivir agricultores y pescadores que sustentaron una economía de intercambio a partir de actividades como la pesca, caza y ganadería.
Chan Chan, la ciudad de barro, capital del imperio chimú (Foto: A. L. Moyano)
A Tacaynamo, que fue monarca a la vez que sacerdote, insinuándose como mitad hombre mitad dios, sucedieron otros nueve monarcas cuyo legado sedimentan las estructuras palatinas de Chan Chan. Su último monarca, Minchancaman, el Gran Conquistador, fue también testigo del ocaso de su imperio…
Finalmente, los incas penetraron en Chan Chan, y el último rey chimú, Minchancaman, terminaría siendo exhibido como trofeo de guerra
EL OCASO DE LA CIUDAD DEL SOL
En algún momento entre 1462 y 1476, la política expansionista del Imperio inca va a terminar socavando los cimientos del reino chimú. El Inca Pachacutec comisionó hasta las puertas de Chan Chan un ejército de treinta mil hombres, esperando que los chimús se rindieran pacíficamente aceptando la anexión de sus territorios bajo el dominio inca.
Pero no fue así… Cuenta el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales (1609) que, durante la contienda, "hubo muchos muertos y heridos de ambas partes, cada cual de ellos hacía por salir con la victoria; (y) fue la guerra más reñida que los Incas tuvieron hasta entonces". Finalmente, los incas penetraron en Chan Chan, y el último rey chimú (Chimu Capac), Minchancaman, terminaría siendo exhibido como trofeo de guerra: "El bravo Chimu, domado ya de su altivez y soberbia, apareció ante el príncipe con otra tanta humildad y sumisión y, derribándose por tierra, le adoró…
El príncipe, por sacarle de la aflicción que mostraba, lo recibió amorosamente; mandó a dos capitanes que lo levantasen del suelo y, habiéndolo oído, le dijo que le perdonaba todo lo pasado y mucho más que hubiera hecho; que no había ido a su tierra a quitarle su estado y señorío, sino a mejorarle en su idolatría, leyes y costumbres (…) con que echados por tierra sus ídolos, figuras de peces y animales, adorasen al Sol y sirviesen al Inca".
Minchancaman fue obligado a contraer nupcias con una hija del Inca, llamada Chanquirguanguan. De este matrimonio nacería Chumun Caur, quien sería entronizado como soberano de Chan Chan, ciudad ahora asimilada al Imperio inca. Con la monarquía de Chumun Caur se iniciará un nuevo período dinástico de decadencia, donde el extinto imperio chimú rinde ahora vasallaje al Incanato. Así fue hasta el año 1534, cuando llegaron los españoles y fundaron la ciudad de Trujillo. Pero ésa es ya otra historia…
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