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miércoles, 18 de agosto de 2021

Excavaciones cerca de la Misteriosa «Piedra de Arturo» revelan su verdadero origen


Los arqueólogos finalmente han descubierto cómo surgió la Piedra de Arturo, el famoso monumento neolítico que inspiró la «mesa de piedra» en Las Crónicas de Narnia.


Crédito: Universidad de Manchester.

Desde que se ensamblaron por primera vez las grandes rocas del dolmen, en algún momento alrededor del 3700 a.C., esta tumba de doble cámara ha permanecido como un faro misterioso del pasado, encaramada en una ladera de Gales.

En todo ese tiempo, el sitio altamente protegido y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO —conocido localmente como Maen Ceti—, nunca ha sido excavado directamente, lo que significa que sabemos muy poco sobre cómo se erigió. Otros sitios similares en la región, encontrados con esqueletos, sugieren que probablemente sea una tumba de algún tipo.

Varios mitos que rodean la piedra involucran al rey Arturo. Por ejemplo, una de las leyendas dice que el monumento fue levantado para conmemorar y marcar una de las batallas libradas por el monarca mientras que otra indica que en ese lugar Arturo mató a un gigante que cayó sobre las piedras y dejó hendiduras en una de ellas. Una tercera referencia dice que que las muescas en uno de los megalitos fueron dejadas por las rodillas o los codos de Arturo mientras se arrodillaba allí para orar.

Otra historia involucra al obispo galés del siglo VI, San David, quien se dice que rompió la piedra con un golpe de su espada, enojado por la adoración local de los druidas.


Inspirada en la Piedra de Arturo, la «Mesa de Piedra» forma parte del mundo ficticio de Las Crónicas de Narnia, creada por C.S. Lewis; aparece en dos libros de la saga: ‘El león, la bruja y el armario’ y ‘El príncipe Caspian’. Situada dentro de las lindes de los Grandes Bosques, originalmente es una enorme losa de piedra gris sostenida por cuatro piedras verticales que se utiliza para llevar a cabo sacrificios.

Sin embargo, aparte de estos mitos y leyendas, los historiadores y arqueólogos han tenido poco más con qué trabajar. Ahora, las primeras excavaciones adecuadas, ligeramente al sur del monumento, han revelado una historia diferente —una que se extiende mucho más allá de una sola ladera solitaria—.

Los hallazgos, que aún no se han publicado en una revista revisada por pares, sugieren que la Piedra de Arturo fue una vez parte de un paisaje ceremonial mucho más grande.

Cuando se construyó la tumba por primera vez, los arqueólogos dicen que probablemente estaba cubierta por un montículo de césped comprimido, con una serie de postes para mantenerla en su lugar. Este gran montículo se extendía hacia el campo cercano, pero la podredumbre hizo que colapsara con el tiempo.

Luego, el montículo se reconstruyó con una orientación ligeramente diferente.

Si bien los arqueólogos dicen que la segunda estructura apuntaba a un área entre Skirrid Hill y Garway Hill, el primer montículo probablemente se enfrentaba a Dorstone Hill.

En 2013, también se descubrió que la ladera de Dorstone alberga tres túmulos funerarios similares, que contienen dos «salas de los muertos», construidas hace aproximadamente 6.000 años.


Los trabajos arqueológicos cercanos a la Piedra de Arturo. Crédito: Universidad de Manchester.

La fecha, estructura y orientación de la Piedra de Arturo sugieren que estos dos sitios de ladera estaban estrechamente conectados.

«Cada uno de estos tres montículos de césped se había construido sobre la huella de un gran edificio de madera que había sido quemado deliberadamente», dice el arqueólogo Julian Thomas de la Universidad de Manchester. «De hecho, el bloque de tierras altas entre el Valle Dorado y el Valle de Wye ahora se está revelando que alberga un paisaje ceremonial neolítico integrado».

La Piedra de Arturo no es el único apilamiento extraño de rocas que se encuentra en el Reino Unido, pero probablemente sea el más famoso. Y si bien el monumento parece obra de un gran esfuerzo, su apariencia es algo engañosa. En lugar de apilar estas grandes piedras una encima de la otra, el suelo debajo de la piedra principal probablemente fue excavado para permitir que las rocas de apoyo se deslizaran por debajo.

Luego se agregó un gran montículo de tierra en la parte superior, que se extendía hasta el campo hacia el sur, que es donde ocurrieron las excavaciones recientes.

Lo que queda hoy es probablemente solo una fracción de lo que alguna vez existió.

«Aunque es un monumento megalítico icónico de importancia internacional, sus orígenes no estaban claros hasta ahora», explica Thomas. «Poder arrojar luz sobre esta asombrosa tumba de 5.700 años es emocionante y ayuda a contar la historia de nuestros orígenes».

Fuente: ScienceAlert. Edición: MP.

domingo, 1 de agosto de 2021

Algo muy extraño ocultan en este Lugar Prohibido


El tepuy o tepui es un tipo de meseta bastante abrupta, sus paredes son, totalmente, verticales y sus cimas, por lo general, son casi planas.

Su nombre significa “montaña” o “morada de los dioses”, porque según dicen las leyendas de los aborígenes, allí habitan terribles seres con apariencia no humana, que causan terror entre los lugareños, algunas tribus los llaman dioses, otras espíritus.

domingo, 27 de junio de 2021

San Pedro Manrique: caminar sobre fuego… y no quemarse

En esta pequeña localidad soriana, las hogueras encendidas en la fiesta de San Juan permitirán que la noche más breve del año sea también la más mágica.

San Pedro Manrique: caminar sobre fuego… y no quemarse


Como cada noche de San Juan, en San Pedro Manrique –pequeña localidad situada en la comarca de Tierras Altas, al norte de la provincia de Soria y cuyo censo no cuenta más de setecientos habitantes–, tendrá lugar un rito extraño.

 Con paso firme, un grupo de sampedranos cruzará un lecho de ascuas. Lo hará conteniendo la respiración y clavando sus pies entre los carbones incandescentes. Algunos lo hacen cargando a horcajadas a un niño, a su pareja o a un familiar adulto, probablemente respondiendo a una "promesa" o ruego a la Virgen (o a San Juan Bautista). 

La marcha dura escasamente cinco segundos, que es lo que se tarda en dar las cuatro o seis zancadas que conducen hasta fuera de la orilla de lengüetas llameantes. Luego, tras recibir los abrazos de sus más allegados, muestran con orgullo las plantas de los pies, tiznadas, eso sí, de carbón, pero absolutamente indemnes de quemaduras.

Una mujer cruza las brasas sin quemarse (Foto: Toni Granada)

FORASTEROS Y SACERDOTES NO CRUZAN LAS BRASAS

Durante trescientos sesenta y cuatro días al año, no merece esta villa más atención hasta que llega el solsticio de verano. Es entonces cuando televisiones de todo el mundo centran sus focos en los sampedranos y su capacidad para cruzar una incandescente alfombra de brasas de fuego… ¡sin quemarse! 

Quiere la tradición atribuir su incombustibilidad a una virtud que sólo tienen los nacidos o residentes en esta villa, a los que concedería su protección la Virgen de la Peña. Argumento que se antoja difícil si se acepta la versión que retrotrae este rito a épocas celtiberas… cuando no existía advocación a Virgen alguna.

De hecho, han sido varios los religiosos que, señalando el carácter pagano de esta fiesta, han desafiado el ígneo manto de ascuas. Refiere el cronista de Soria, Ruiz Vega, la anécdota sobre un cura "de los de antes de la guerra" que, pretendiendo demostrar a sus feligreses que no había prodigio del que admirarse, sino simple artimaña en la forma de caminar, desafió los carbones incandescentes. La mala fortuna quiso que tuviera que ser asistido en el dispensario por quemaduras de tercer grado en las plantas de los pies.

Una versión interpreta esta práctica como un simulacro de las antiguas ordalías o 'juicio de Dios' del Medievo, con el que la Inquisición ponía a prueba la inocencia del reo

ORÍGENES PARA UN RITO ANCESTRAL

Los antropólogos todavía no se ponen de acuerdo en los orígenes de esta fiesta que parece ser única, no sólo en España, sino casi también en toda Europa. Hay quienes le adjudican un origen reciente, pues las fuentes escritas no se remontan más allá de un siglo. 

Al tradicional rito, que se celebra en tantas localidades, de saltar las hogueras de San Juan, es probable que el paso del tiempo añadiera ese elemento dramático de cruzar las ascuas con los pies descalzos. Otra versión interpreta esta práctica como un simulacro de las antiguas ordalías o "juicio de Dios" del Medievo, con el que la Inquisición ponía a prueba la inocencia del reo haciéndole cruzar la alfombra incandescente.

Retrocediendo aún más en el tiempo, hay quienes sitúan su origen en épocas anteriores a la llegada del cristianismo. En los festejos que se desplegaban durante la Parilia o fiestas pariles, celebradas cada 21 de abril, se hacían encender tres hogueras que eran saltadas o atravesadas por un sacerdote o los mismos ganaderos en rogativa que dispensara protección a sus rebaños. Mientras, los campesinos ofrendaban canastos de pan a la diosa Ceres (Deméter en su versión griega), de las cosechas y la fecundidad.

La Parapsicología etiqueta la capacidad manifiesta de andar sobre brasas encendidas sin quemarse


Antes de que comience el ritual, los vecinos danzan en corro alrededor de las brasas (Foto: Toni Granada)

Sin respaldo académico es la versión más popular –tal vez porque retrotrae esta festividad a tiempos todavía más remotos– la que sugiere que se trata de ritos de culto solar practicados por los celtíberos hace unos dos mil quinientos años. El tránsito por las brasas se correspondería con un antiguo rito iniciático de purificación ofrendado al "padre sol". 

En este mismo contexto se asocia también con la festividad de Beltane, celebrada por los antiguos celtas y cuyo encendido de hogueras en la noche de 1 de mayo marcaba el inicio la época estival. Paulatinamente, y a partir de la romanización de la península, la fiesta sería trasladada hasta el solsticio de verano.

PIROBASIA, ¿CAPACIDAD PARANORMAL?

Pero, ¿qué mecanismos permiten lograr esta insensibilidad a la combustión de las brasas? "Explicaciones –dicen los sampedranos– se dan muchas; pero pasarlas, sólo nosotros". Con el término Pirobasia –del griego caminar (basis) sobre fuego (piros)– la Parapsicología etiqueta la capacidad manifiesta de andar sobre brasas encendidas sin quemarse. Aunque, lejos de atribuirse a pretendidas facultades paranormales, la Pirobasia encuentra explicación en el terreno de la Física. Varios son los factores que hacen posible este fenómeno de incombustibilidad.

La invulnerabilidad frente a las brasas depende de factores físicos

Uno de ellos tiene que ver con la conductividad térmica. Como es sabido, la madera presenta una baja conductividad (podemos coger un trozo de madera por un extremo mientras el otro está al rojo vivo, lo que no podríamos hacer si se tratara de un metal). 

En el caso de las ascuas, su capacidad de transmitir calor es tanto más baja si se considera que, al pisarlas, se sofocan momentáneamente al interrumpirse el oxígeno que las mantiene incandescentes. En esta incombustibilidad también desempeña un papel importante el alisamiento de los carbones, lo que permite un contacto más uniforme con toda la planta del pie, diluyendo la transmisión del calor.


El más veterano de los 'pasadores' es el último en cruzar las brasas (Foto: Toni Granada)

Tal y como advierte Henri Broch, profesor de Física de la Universidad de Niza (Francia), la invulnerabilidad frente a las brasas depende de factores físicos (y no parapsicológicos), pero siempre existe un riesgo pequeño de quemadura… que no es lo mismo que riesgo de quemadura pequeña. 

En todo caso, y como concluye el cronista de Soria, Ruiz Vega: “Todo lo antedicho está bien y tiene incluso sus visos de autoridad científica… pero deja de convencer cuando se está a unos dos metros de la hoguera”.

https://www.espaciomisterio.com/lugares-magicos/san-pedro-manrique-caminar-sobre-fuego-no-quemarse_53994

lunes, 21 de junio de 2021

La Cueva Balankanchè, es la Entrada al Mundo Maya


20 JUNIO, 2019 - 15:40 ANCIENT-ORIGINS

Las cuevas son fundamentales para las cosmologías de muchas culturas del mundo, utilizadas por los humanos desde los albores del tiempo. Están asociados con poderosas fuerzas naturales y se cree que son lugares de vivienda para deidades benevolentes y malévolas, protectores y perturbadores de las comunidades y las vidas de los individuos.

Un ejemplo de esto es la cueva Balankanchè, ubicada a 2.5 millas (3.9 kilómetros) al suroeste de la antigua metrópoli de Chichén Itzà, Yabnal en la antigua Maya, cerca de la ciudad de Pistè. La proximidad de la cueva a este importante sitio precolombino subraya el hecho de que Balankanchè era una parte integral de la ciudad teocrática para los rituales y ceremonias religiosas.

La cueva fue llamada el "Trono del Tigre Sacerdote" por E. Willis Andrews, en su informe de campo arqueológico de 1970. Su significado se puede entender completamente en contraste con el sitio secular monumental sobre el suelo. La interacción entre los elementos superficiales y los de la cueva, nos da una luz inusual sobre la vida de Chichén Itzá.


Chichén Itzá, Pirámide Kukulcán. (© georgefery.com)

La conquista de la península de Yucatán por los mayas-Chontales o Putunes tuvo lugar en 918; Eran las personas que ya controlaban las rutas comerciales de la península. Ocuparon la isla de Cozumel y desde allí, cruzaron a la península y llegaron a Yaxuná e invadieron Chichén Itzá.

Un segundo grupo de invasores migrantes-soldados, junto con los toltecas que hablan nahualtl, llegaron a Chichén alrededor del 987, introduciendo el culto a Quetzalcóatl de Tula, en el estado actual de Hidalgo, en el centro de México. Establecieron una dinastía militar que gobernaba la península norte. El Chilam Balam de Chumayel, de hecho, se refiere a los dos grupos como el "pequeño descenso" en 918 y el "gran descenso" en 987.


Todos los cenotes, o pozos naturales abiertos, se usaban a veces para ceremonias religiosas. El gran Cenote Sagrado, también conocido como Pozo de los Itzaes o Pozo del Sacrificio, se encuentra al final de un sacbe de 600 pies (180 metros) o "camino blanco", que une la Gran Plaza y la pirámide de Kukulcán con el Pozo Sagrado.

Se creía que el cenote era la puerta de entrada al inframundo y la casa de Cha’ak, la deidad de la lluvia de los tiempos pre-toltecas. El Cenote Sagrado estaba estrictamente dedicado a rituales y ceremonias religiosas, que a veces involucraban sacrificios humanos, como lo demuestran los restos en su parte inferior. El segundo cenote, el Xtoloc (Iguana) en la ciudad, entre otros en la vecindad, suministra agua a la comunidad.


El pozo sagrado o bien del sacrificio. (© georgefery.com)

Entre las cuevas conocidas en las tierras bajas mayas, Balankanchè ha recibido menos atención de la que merece. Su importancia fue señalada por primera vez en 1958 por José Humberto Gómez, cuyo pasatiempo durante más de diez años había sido la exploración de la cueva. Finalmente descubrió lo que parecía ser una sección falsa de una de las paredes.

En el examen, se dio cuenta de que estaba hecho de mampostería cruda sellada con mortero y que cubría una pequeña cámara de acceso. Las anteriores expediciones arqueológicas habían llegado a pocos pies de la pared, probablemente selladas durante la última parte de la ocupación tolteca, sin darse cuenta de lo que había más allá.

Al ingresar a las cámaras en 1959, los investigadores encontraron una gran cantidad de cerámicas ceremoniales, más allá de dos muros de piedra cruda colocados a 99 pies (30 metros) y 361 pies (110 metros) respectivamente desde la entrada. En los pasillos y cámaras laterales, se encontraron incensarios de efigie de piedra caliza tallados, colocados en cavidades en la compleja formación de estalagmitas de la cueva, así como simplemente colocados en el suelo. Estaban entre muchos artefactos similares encontrados en la cueva.

Los inquilinos de Balankanchè

Los arqueólogos creen que el primer "inquilino" de Balankanchè fue probablemente Cha'ak, la deidad maya asociada con la agricultura y la lluvia. Sus atributos son similares a los de Tlaloc, conocido como el Señor del Tercer Sol en la mitología tolteca, cuyas raíces se remontan a la antigua ciudad de Teotihuacán y, más allá, a la cosmología olmeca.

La segunda invasión desde el centro de México (987) explica la presencia de las cerámicas Tlaloc y Xipe Totec, la enigmática deidad muerte-muerte-renacimiento tallada en incensarios de piedra caliza en Balankanchè. La erradicación total de las representaciones de Cha’ak, subraya la proscripción del viejo dios por el nuevo. Los invasores toltecas se asentaron en centros de poder y pueblos, mientras que el Cha'ak y otras deidades tradicionales mayas-yucatecas permanecieron sin cambios en el campo, como lo están hasta hoy.

El segundo 'inquilino' de Balankanchè fue Tlaloc, la deidad tolteca de la lluvia, la tormenta, los rayos y los truenos. La deidad provenía de Tula, en la meseta central de México, y está asociada con cuevas, cenotes, manantiales y cimas de montañas, todos ellos considerados guardianes y poseedores de lluvia y maíz en las mitologías mesoamericanas pasadas y presentes.


Tlaloc, el dios de la lluvia fue el segundo inquilino de Balankanchè. (David Flores / CC BY-SA 2.0)

Los incensarios de Tlaloc y Xipe Totec que se encuentran en la cueva están hechos de cerámica pintada y piedra caliza respectivamente. Representan deidades que llegaron a la península de Yucatán con los invasores toltecas. Si bien se sabe relativamente poco sobre las deidades pre-toltecas y los dioses de la fertilidad de Yucatán, los registros indican que la cueva puede haber sido el foco de un culto popular (Edward B. Kurjack, 2006 - comunicación personal).

La Estructura de Balankanchè

Los montículos de superficie de Balankanchè y otros restos estructurales se ven dispersos en el sitio sobre el suelo. La entrada de la cueva, en el centro del complejo, estaba rodeada por un tulum circular de 115 pies (35 metros) o muro defensivo, de 12 pies (4 metros) de ancho en la base y se elevaba a 4 pies (1,3 metros) sobre la base de la roca. 

Fue superado por un recinto de 6 pies (2 metros) hecho de material perecedero ahora perdido en el tiempo. La razón de un muro defensivo tan fuerte no se conoce y puede ser anterior a la llegada de los toltecas.

La entrada de hoy se encuentra en el centro del área amurallada circular. Puede que no haya sido la ubicación de la entrada original, ni su único acceso. Desde el nivel del suelo, los pasos llevan al visitante moderno a una profundidad de 30 pies (9 metros) y luego el corredor se ramifica.

La parte accesible de la cueva está formada por más de una milla de pasajes que varían considerablemente en forma y tamaño, desde amplios y planos (hasta 30 pies (9 metros) de ancho y 15 pies (5 metros) de alto), hasta espacios estrechos de rastreo. Otros pasajes ya no son pasables. La cueva está dividida en seis grupos, uno de ellos ahora está cerrado y puede contener el otro acceso antiguo a la cueva.

Limitaciones de entrar en la cueva de Balankanchè

Los pasillos y escalones para los visitantes están bien construidos, iluminados, mantenidos y son fáciles de caminar, pero existen limitaciones para la admisión a la cueva. Por falta de ventilación en los pasillos, se recomienda que las personas de edad avanzada o que padecen ciertas afecciones de salud (en particular pulmonares y coronarias) o impedimentos físicos no ingresen a la cueva. 

Secciones de los corredores principales no pueden ser visitadas; algunos alcanzan el nivel freático a 70 pies (22 metros) debajo de la superficie en al menos cuatro lugares. La profundidad del agua varía con las lluvias estacionales y la entrada a la cueva a veces se suspende después de repentinos aguaceros. Hay otro corredor debajo del principal, medio sumergido y muy difícil de acceder, que está reservado para los arqueólogos profesionales de las cuevas.

La cámara principal de la cueva (Grupo I) es una enorme e impresionante sala con cúpulas circulares con miles de estalactitas que cubren el techo. El suelo, levantado naturalmente como un montículo, sostiene columnas de piedra caliza gemelas hechas de estalactitas y estalagmitas unidas en el centro, en forma de un tronco de árbol masivo.
Los altares de Balankanchè

La cueva es una obra de la naturaleza sorprendentemente hermosa; el lugar alto de una cultura que consignaba sus mitos y creencias en sus dioses y deidades al mundo mineral. La columna central es un recordatorio del tronco de la Ceiba, el mitológico Wakah Chan o "Árbol de la vida", cuyas ramas alcanzan los cielos, mientras que sus raíces se hunden profundamente en el inframundo maya Xibalba. La veneración del "Altar del Tigre Sacerdote" solo puede entenderse en el contexto de la visión de una doble percepción de la vida.


Altar del Tigre Sacerdote en Balankanchè. (© georgefery.com)

Este impresionante santuario creado por la naturaleza, pero concebido por el hombre como un altar para sus dioses fue amurallado hacia el final de la fase Clásica Terminal de los mayas (850-1000). Las cerámicas en el "altar" son representantes de dos deidades no mayas de la meseta central de México. 

Veintinueve incensarios grandes de cerámica bicónica Tlaloc-efigie e incensarios de piedra caliza tallada Xipe Totec se encontraron en el montículo del altar, junto con mini-metates (molinos de piedra) y manos, placas de cerámica en miniatura, cuencos y otras ofrendas, que datan de Flores fluorescentes (625-800) a las fases fluorescentes modificadas (800-950). 

Las deidades mayas femeninas, Chak’Chel y Ix’Chel, representaciones de la luna menguante y creciente respectivamente, patrones del parto, la sexualidad y la fertilidad están presentes en la cueva. Es de destacar el hecho de que las antiguas deidades mayas siempre tienen una función binaria, esencialmente la de los opuestos.

El "Altar de las aguas prístinas" (Grupo II) hasta el día de hoy ocupa un lugar especial en los rituales mayas. Los arqueólogos llaman al lugar el "almacén". Al pie de las columnas de piedra caliza se colocaron urnas de cerámica, colocadas allí para recolectar agua virgen, llamada zuhuy’ha en Yucatec, que gotea de las estalactitas de arriba.

Hoy como en el pasado, se cree que zuhy’ha es el agua más sagrada en los rituales mayas, ya que se recolecta de estalactitas, llamadas "pezones de la tierra". Está santificado porque nunca toca el suelo y, al ser transferido directamente de la naturaleza (la roca) a la cultura (las urnas de cerámica hechas por el hombre), adquirió el valor ritual más alto.


Altar de las aguas prístinas en Balankanchè. (© georgefery.com)

La importancia del dios de la lluvia Cha’ak y sus múltiples representaciones en la cosmología mesoamericana, esencialmente giran en torno a una palabra simple: agua. La península se encuentra diecinueve grados al norte del ecuador. Su ubicación geográfica y sus tierras más al sur disfrutan solo de dos estaciones: seca y húmeda.

Si las lluvias no llegan a tiempo, los cultivos son cortos o fallan por completo. El hambre puede entonces soportar con su séquito de deidades malévolas y trastornos sociales, junto con el hambre y el miedo al mañana.

Lago subterráneo de Balankanchè

En la orilla subterránea del lago se encuentra el Grupo IIIa, donde los arqueólogos encontraron un arreglo peculiar de pequeños incensarios de cerámica, platos y espirales de huso pequeño, así como mini metates de piedra y manos. 

No se sabe cómo y por qué se mostraron, ni el motivo del ensamblaje y sus respectivos números. Sus tamaños pequeños son particulares a las ofrendas de Tlaloc; Su propósito apunta a su uso por niños pequeños. Es de destacar el hecho de que su exhibición de hoy fue organizada por arqueólogos, ya que no conocemos su disposición en los tiempos antiguos.

Las cuentas etnográficas en todo Mesoamérica documentan objetos en miniatura como ofrendas, a menudo asociadas con rituales de lluvia. Los niños pequeños, particularmente las niñas, fueron favorecidos por Tlaloc, dios de la lluvia y el trueno.

La presencia de espirales de huso subraya el significado simbólico del tejido que se ha documentado como asociado con las hembras y con Chak'Chel (gran o arco iris rojo), la diosa anciana de la curación y el parto en los tiempos clásicos. También es conocida como Ix Chel (dama arco iris), de sus santuarios en las islas de Isla Mujeres y Cozumel. Para los antiguos mayas, los arco iris provenían del inframundo y eran temidos presagios de enfermedad y muerte.

El "Canal" (Grupo IIIb) está casi completamente inundado ahora, porque está ubicado cerca de la parte superior del nivel freático. El lago subterráneo se extiende a unos 115 pies (35 metros) de la orilla, luego desciende por debajo del techo de la cueva y gira al noreste por otros 330 pies (100 metros), antes de elevarse nuevamente sobre el nivel freático hasta llegar al Grupo IV, que no es accesible hoy. Los investigadores encontraron cerámicos e incensarios de piedra en el agua y en afloramientos de piedra caliza.

Al final del lago alargado hay una cámara que parece ser el límite de la penetración humana en esta dirección. La profundidad promedio es de 5 pies (1.5 metros) con aproximadamente la mitad de esa profundidad en lodo.


La cámara de agua de Balankanchè. (© georgefery.com)

Pasajes a las piscinas de agua

En el suelo fangoso de la vía fluvial, los arqueólogos encontraron ofrendas dispersas, como los incensarios de efigie de Tlaloc, los incensarios con clavos y una variedad de ofrendas de cerámica, con una distribución más densa cerca de la costa. Según Andrews, al menos cuatro pasajes conducen a piscinas de agua subterráneas, las principales razones del largo período de uso de la cueva para esta área, donde el nivel freático se encuentra a 65> 76 pies (20> 23 metros) debajo de la superficie.

Mucho antes de Tlaloc, la cueva fue utilizada para los mismos propósitos por su primer inquilino, Cha’ak, la deidad de la lluvia maya. La cueva fue "devuelta" a Cha’ak durante una compleja y compleja ceremonia ritual, el "Reverente Mensaje a los Señores" que comenzó en las primeras horas del 13 de octubre de 1959 y duró tres días y noches. Fue precedido por antiguos rituales y ceremonias realizadas por hombres mayas o chamanes de las aldeas vecinas, con la intención de pacificar a las deidades en la cueva, el Yum Balames, para permitir que los no mayas ingresen de manera segura al recinto sagrado.
Balankanchè - El Mundo Abajo

Se creía que las cuevas eran el lugar donde los humanos nacían y se establecían en la tierra al comienzo de los tiempos y a donde regresarían al final de sus días. Las pirámides son el Mundo Arriba, imágenes opuestas de cuevas, el Mundo Abajo, que son los santuarios del ciclo interminable de la vida y la muerte. 

Cada mañana, los rayos del sol, que salen de su viaje en Xibalba al mundo inferior, iluminan primero la cima de la pirámide, como la bendición de la Cultura por la Naturaleza, para santificar los poderes conferidos por los dioses a los señores y sacerdotes.

No menos que la tierra sagrada, se cree que las cuevas son los lugares de reunión entre los humanos y lo divino.


El castillo alias Kukulkán. (© georgefery.com)

Imagen de Portada: Entrada a la cueva de Balankanchè. Fuente: Artix Kreiger 2 / CC BY-SA 2.0.

Autor George Fery
https://www.ancient-origins.es/artefactos-otros-artefactos/cuevas-mayas-005345

viernes, 18 de junio de 2021

San Juan de la Peña: la tentación del diablo

El investigador Carlos Ollés nos propone en '50 lugares mágicos de los Pirineos' (Ediciones Cydonia) un viaje por los más sorprendentes lugares de la zona. Por cortesía de la editorial, os ofrecemos este extracto sobre San Juan de la Peña, un lugar marcado por el demonio y el Santo Grial.
Carlos Ollés

18 de junio de 2021 (12:55 CET)


San Juan de la Peña: la tentación del diablo (Fuente: Wikimedia Commons)

El monasterio rupestre de San Juan de la Peña está situado en la provincia de Huesca, en la comarca de La Jacetania (A Chacetania en aragonés), cuna de la corona de Aragón. Este impresionante cenobio, panteón real y lugar de reposo de muchos nobles de esta tierra, albergó durante largo tiempo el controvertido y escurridizo Santo Grial, mandado traer por San Lorenzo, por entonces obispo en Roma, en un afán de colocar a este objeto sagrado fuera del alcance de manos impías y por temor a que cayera en manos sarracenas.

Fue parada obligatoria para los peregrinos de lo que hoy es el Camino de Santiago

Los inicios de este cenobio se sitúan, según referencias escritas, sobre el año 720, cuando un reducido grupo de ermitaños se afincan en la gruta donde se encuentra ubicado a día de hoy el monasterio "viejo", creando un foco de vida eremítica que duró hasta el siglo XIV. Este emblemático lugar fue parada obligatoria para los peregrinos de lo que hoy es el Camino de Santiago y posiblemente también lo fue antes incluso de la era cristiana, cuando el itinerario era recorrido por iniciados en un saber ancestral vinculado a la madre tierra.

San Juan de la Peña (Fuente: Wikimedia Commons)

En la segunda mitad del siglo XII se inicia la decadencia de este mágico rincón, pero fue en el siglo XIV cuando se pone fin a las donaciones que sustentaban este lugar. Además, y como agravante, se inician múltiples pleitos con distintos obispados donde se hallaban ubicadas sus propiedades, (Jaca, Pamplona y Zaragoza) acrecentando aún más las deudas del monasterio. 

En todo caso, el fin de la vida monacal fue a causa de los múltiples incendios acaecidos en el monasterio, el último de ellos en el 1675, que destruyó en gran parte el edificio, por lo que se decidió abandonar esta ubicación y crear otro nuevo en la parte superior de la roca que albergaba el viejo.

LUCIFER TIENTA AL NOBLE

Juan de Atarés, un influyente noble aragonés nacido en la cercana población de Atarés, decide un día renunciar a sus lujos y, vistiéndose con humilde hábito, se interna en el bosque para refugiarse en una cueva situada en las faldas del monte Pano y cercana a su población natal. Allí, este santo varón pasaba los días orando en austera vida eremítica, viviendo de los frutos que la madre naturaleza le ofrecía.

En una ocasión estaba orando, cuando escucha pasos en el exterior de la cueva donde vivía. Juan sale al exterior para ver de quién se trataba y comprobó que fuera estaba esperándole un caballero ricamente vestido y sonriente, que le dice: "¿Qué haces vestido con telas de saco? Tu lugar está entre las finas sedas, como corresponde a tu nivel de nobleza. Ven, te mostraré el destino que te aguarda".

Mira de lo que soy capaz, reniega de tu fe y todo cuanto quieras será tuyo

El extraño caballero, que no era otro que el mismísimo Lucifer, rodeó con su brazo los hombros del encorvado ermitaño e hizo un simple gesto con su otra mano. Tras un fuerte estruendo, las rocas de las laderas de la montaña empezaron a juntarse solas como por arte de magia, formando columnas, arcos y bóvedas, de tal manera que en poco tiempo tuvo ante él un majestuoso palacio. 

Juan, que ya se había percatado de quién era el desconocido, se apartó de él mirándolo asustado. El diablo le comenta: "Mira de lo que soy capaz, reniega de tu fe y todo cuanto quieras será tuyo". El ermitaño se hinca de rodillas y empieza a rezar lleno de temor por cuanto había contemplado y, perdiendo el sentido, cayó al suelo.

Cuando volvió en sí, vio que se encontraba ante él un ser angelical que le ayudó a levantarse y le hizo contemplar la obra del maligno y levantando su brazo hizo que toda su obra fuera engullida por el suelo, donde se abrió una gran sima.

Verás una gran cueva, en la que por voluntad de Dios levantarás un altar en honor a San Juan Bautista

Finalmente, el ángel se dirigió a Juan de Atarés diciéndole: "Mira lo que queda de la manifestación del enemigo de Dios que vino a tentarte. Ve y desciende al valle. Acércate al monte Uruel (Oroel) donde verás una gran cueva, en la que por voluntad de Dios levantarás un altar en honor a San Juan Bautista, a quien encomendarás tu alma". 

El eremita, siguiendo las indicaciones, encontró la cueva. Modeló con sus manos una tosca imagen de San Juan Bautista, que colocó en un improvisado altar, pasando allí el resto de sus días hasta que la muerte le alcanzó. Estando en el tránsito cercano a su muerte, esculpió en una losa de piedra la siguiente inscripción:

"YO, JUAN. PRIMER ANACORETA DESTE LUGAR Y HABIENDO DESPRECIADO EL SIGLO POR AMOR A DIOS, FABRIQUÉ SEGÚN ALCANZARON MIS FUERZAS ESTA IGLESIA EN HONOR A SAN JUAN Y AQUÍ REPOSO".

Muchos años más tarde, en un día de otoño del siglo VIII, unos hermanos de noble cuna llamados Félix y Voto se encontraban cazando montados en sus caballos por la zona donde hoy se encuentra el monasterio nuevo. Voto observó un majestuoso y desafiante ciervo en las lindes de la espesura del bosque. No se lo pensó dos veces y arrancó en loca carrera hacia el animal, adentrándose en el bosque. De pronto, el ciervo desapareció de su vista, ya que había caído por un precipicio.

 Voto, creyendo que iba a correr la misma suerte, dada la velocidad del caballo, se encomendó a San Juan Bautista. Justo en ese mismo instante, el corcel se detuvo y evitó el mortal accidente. Habiendo visto la muerte muy de cerca, bajó del caballo e hincándose de rodillas rezó una oración a San Juan, dando gracias por haberle librado de una muerte segura.


Los capiteles del claustro pueden llegar a admitir más de una interpretación, según los ojos que lo vean (Fuente: Wikimedia Commons)

Voto quiso ver el lugar donde había caído el ciervo, para ver si podía recuperar su presa, por lo que bajó la empinada ladera del monte. Ante sus ojos apareció la gran cueva donde a día de hoy se encuentra ubicado el viejo monasterio de San Juan de la Peña. 

El noble se internó en la gran oquedad, descubriendo los restos óseos del anacoreta Juan de Atarés, allí fallecido, con la cabeza sobre la losa con la inscripción antes citada. Voto se apiadó de los restos de este humilde ermitaño y decidió darle cristiana sepultura, amontonando piedras sobre sus restos. Cuando terminó, subió de nuevo la empinada ladera para encontrarse con su hermano Félix para tranquilizarlo, dado que había permanecido un tiempo más que considerable en la gruta enterrando al anacoreta.

Con el tiempo, Voto, impresionado por la visión de los restos del ermitaño, decidió donar los bienes a los pobres y retirarse a vivir a la cueva que había descubierto casualmente. Este hecho conmovió a su hermano Félix, que decidió hacer lo mismo, acompañando a su hermano en su nuevo estilo de vida eremítico.
EL SANTO GRIAL

San Lorenzo, natural de Huesca (Osca), fue el obispo que, estando afincado en Roma, mandó traer la santa reliquia del Grial a su tierra natal para ponerla a salvo de las incursiones sarracenas de muchas ciudades del Mediterráneo, viendo en los Pirineos un sitio seguro para guardarla ya que la mayoría de los ataques eran perpetradaos por la costa.

 Así, el Santo Grial deambuló durante siglos por los Pirineos, siempre por territorios aragoneses, entre los que figuran: La cueva de Yesa, San Pedro de Siresa, San Adrián de Sasabe, San Pedro de la Sede Real de Bailo y la catedral de Jaca, hasta que llegó finalmente a San Juan de la Peña en los primeros años del siglo X.


Por otra parte, el investigador Louis Charpentier "intuye" que toda la impresionante riqueza escultórica de este monasterio, sobre todo la de los capiteles del claustro, pueden llegar a admitir más de una interpretación, según los ojos que lo vean. Incluso apuesta por que toda la gran cueva que alberga el complejo monacal es un punto de energía y por ello empleado en la antigüedad para la celebración de ritos iniciáticos, donde culturas anteriores ya celebraban cultos sincréticos a la madre tierra.

CÓMO LLEGAR

Tomaremos Jaca como punto de partida, circulando por la carretera N-240 durante unos 12 kilómetros. Seguidamente, encontraremos un desvío que tomaremos por la A-1603, que nos conducirá a Santa Cruz de la Serós, que rebasaremos y continuaremos por esta misma vía unos 11 kilómetros hasta que lleguemos al monasterio de San Juan de la Peña.

Siempre circularemos por carreteras en buen estado y bien señalizadas. El aparcamiento está prohibido en esta zona, así que tendremos que llegar hasta al monasterio nuevo para estacionar y tomar un autobús que nos llevará de nuevo al monasterio viejo.

Y si quieres descubrir este y otros lugares, vente de viaje con nosotros para descubrir los misterios del Pirineo oscense.

https://www.espaciomisterio.com/lugares-magicos/san-juan-pena-tentacion-diablo_53931

sábado, 22 de mayo de 2021

Los fuertes circulares de Irlanda: ¿estructuras defensivas o portales al mundo de las hadas?


Una misteriosa bruma se cierne sobre los fuertes circulares (‘ringforts’) que salpican el paisaje irlandés. Se han documentado más de 45.000 fuertes circulares en todo el norte de Europa, y aún sabemos muy poco sobre la datación, función y ocupación humana de estas estructuras. 

Quizás este misterio persiste a causa de los mitos que giran en torno a ellos; que existen como portal al reino de las hadas y constituyen una parte protegida de la historia de Irlanda en la que muy pocos se atreven a aventurarse. 

Relatos de reses que desaparecen, trances, muertes y otras desgracias han facilitado la protección de los fuertes de hadas durante muchos años. Sin embargo, un puñado de valerosos historiadores y arqueólogos están empezando a rascar la superficie del misterio en busca de respuestas a los interrogantes que plantean estas antiguas estructuras.

Fuerte circular, o ringfort en inglés, es un término que se aplica a un espacio circular que puede encontrarse en ocasiones elevado sobre el terreno circundante, y en otros casos rodeado de una zanja poco profunda como demarcación. El “círculo” de los fuertes circulares era una frontera que delimitaba el área que albergaba la vivienda o conjunto de viviendas que se encontraban en su interior. La zanja que rodeaba el fuerte estaría en su época fortificada por una empalizada de madera, un seto o un espeso cerco de árboles y arbustos. 

Aunque las medidas habituales de los fuertes circulares tienden a oscilar entre los 27 y los 30 metros de diámetro interior, se ha descubierto que su diámetro exterior a menudo alcanza los 75 metros. El tamaño de un fuerte circular, según algunos investigadores, estaba directamente vinculado a la población de su asentamiento. Los fuertes circulares más grandes habrían acogido a las clases más altas de la sociedad, mientras que alrededor de estos fuertes de mayor tamaño surgirían numerosos fuertes más pequeños.

Las antiguas crónicas irlandesas se refieren a los fuertes circulares como “rath” o “lios”. Un “rath” sería un fuerte circular hecho de tierra, mientras que los términos “caiseal” o “cathair” designaban a un fuerte circular de piedra. Estos últimos habitualmente no tenían zanja externa y tendían a ser de menor tamaño que sus equivalentes de tierra. La palabra “lios” se refiere al interior del fuerte, mientras que “urlann” es la zona circundante, es decir, todo aquello que “no es el lios”. 

Se ha descubierto que algunos fuertes circulares disponían de un “souterain” o pasadizo subterráneo, generalmente excavado en la roca o arcilla natural sobre las que se asentaba el propio fuerte, aunque en algunos casos estaban construidos con piedra. Algunos investigadores apuntan que estos elementos eran utilizados como refugio por los habitantes del fuerte, además de como almacén en épocas más seguras.


Fuerte circular de Lisnagade. (CC BY-SA 2.0)

Se pueden encontrar fuertes circulares en todo el norte de Europa, pero más especialmente en Irlanda y el sur de Gales. En toda esta zona geográfica hay documentados 45.000 ejemplos de fuertes circulares. 

Tienden a encontrarse sobre las elevaciones de terreno de las llanuras, presumiblemente por su facilidad de drenaje. Aunque existen miles de estos fuertes esparcidos por el paisaje irlandés, muy pocos se han aventurado a estudiar en detalle estas estructuras. El historiador Dr. Matthew Stout, sin embargo, ha empezado a llenar esta laguna con su estudio de los fuertes circulares irlandeses. 

Stout sugiere que la mayor parte de estas estructuras fueron construidas en un período de trescientos años, desde principios del siglo VII hasta finales del IX. Ha basado su teoría en dataciones realizadas mediante carbono-14 y el estudio de los anillos de los árboles en 47 fuertes circulares excavados. De este modo, no se dispone de una cantidad de datos suficiente como para confirmar esta teoría, lo que da pie a teorías alternativas muy diversas.

 Otras ideas que han salido a la superficie sugieren que los fuertes circulares se remontan a épocas mucho más antiguas, hasta la Edad de Hierro (800 a. C. – 100 d. C.), mientras que otras apuntan a que su construcción se prolongó hasta mucho más tarde, finales de la Edad Media o incluso ya la época moderna. No obstante, una amplia mayoría de expertos coincide en que la mayor parte de los fuertes circulares fueron construidos y habitados dentro del marco temporal sugerido por Stout.


Grianán Ailigh, Condado de Donegal, Irlanda (Public Domain)

Al igual que se ha discutido su época de ocupación, la función de los fuertes circulares también ha sido objeto de debate. Tradicionalmente se entendía que estos fuertes eran propiedad de un hombre libre y su familia, y que solían consistir en una granja dedicada habitualmente a la ganadería y la cría de reses. 

No obstante, existen nuevos indicios que apuntan a que ésta no era la única función de los fuertes circulares. Como su propio nombre indica, los fuertes presentan asimismo un aspecto defensivo. Sus empalizadas y fosos poco profundos sugieren que los fuertes circulares eran utilizados como protección en las antiguas comunidades agrícolas. 

Aunque no les protegerían de una guerra a gran escala, sí suponían una defensa suficiente contra incursiones o ataques por sorpresa de saqueadores o ladrones de ganado.


Restos de un pequeño fuerte circular de tierra, empleado en la actualidad para guardar el ganado. (CC BY-SA 2.0)

Aparte de su función práctica y su arqueología, los fuertes circulares incluyen un aspecto cargado de tradición y significado mitológico. Los “raths” son conocidos también en Irlanda como “fuertes de hadas”, ya que se decía de ellos que eran hogar de criaturas mitológicas como hadas, duendes y gigantes. Se contaba de los fuertes que estaban imbuidos de la magia de los druidas, y que por esta razón las hadas se encontraban protegidas en su interior. 

Los antiguos habitantes de Irlanda según las leyendas, las razas conocidas como “Tuatha De Danann” y “Fir Bolg”, supuestos arquitectos de los fuertes, acabaron siendo conocidos como “Las Buenas Gentes” y se les asociaba con mitos e historias de hadas. 

De este modo, los propios fuertes eran considerados portales que comunicaban con el mundo de las hadas. Se dice también que los duendes o leprechauns eran capaces de encontrar el oro supuestamente oculto en el interior de estas estructuras.


Retrato de un hada, obra de Sophie Gengembre Anderson (1869). (Public Domain)

En el Labor Gabala, el “libro de las invasiones” irlandés, los “Tuatha De Dannan” son derrotados por los ancestros de los irlandeses actuales, y desterrados posteriormente al inframundo. Al apoderarse los vencedores del país que había pertenecido en el pasado a las “buenas gentes”, o hadas, los fuertes circulares se convirtieron en el único rastro de las hadas que quedó en nuestro mundo. Es por esta razón por la que las hadas defienden enérgicamente estas estructuras. 

De esta leyenda provienen los relatos de gente que ve u oye luces y música procedente de los raths durante la noche. Por esta razón, mucha gente no se atrevía ni siquiera a acercarse a estos lugares, y ni se les pasaba por la cabeza perturbar su paz. 

Cuando ocurre esto último es cuando surgen los rumores de reses que se pierden y gente que cae en trance o en un profundo sueño, pudiendo llegar incluso a morir. Históricamente ha sido quizás esta superstición la que ha impedido que los fuertes circulares fueran estudiados en mayor profundidad.


Folio 53 del Libro de Leinster. El Lebor Gabála Érenn se encuentra en más de una docena de manuscritos medievales, siendo el Libro de Leinster únicamente una de las fuentes principales por las que conocemos su texto. Dublín, TCD, MS 1339 (Public Domain)

Al estar los fuertes de hadas protegidos por la magia, se cuenta la leyenda de que cualquiera que se atreva, por ejemplo, a cortar los arbustos que rodean uno de estos fuertes, encontrará la muerte. Existen numerosos mitos en torno a estos fuertes, que van desde el pasado más remoto hasta nuestros días. En 1992, Sean Quinn profanó la tumba en cuña de Aughrim, un fuerte circular irlandés del condado de Cavan, cuando procedía a la ambiciosa ampliación de una cantera. 

El monumento fue trasladado a pesar de las advertencias de que debería afrontar la “cólera de las hadas”. Desde entonces, Quinn perdió sus fábricas de cemento, su hotel y otras empresas y negocios, lo que le hundió en la bancarrota. 

Aunque muchos se niegan a aceptar que estas desgracias fueran obra de las hadas, hay quien cree que Quinn pagó con su ruina el no haber prestado atención a las advertencias que le habían lanzado en relación con las hadas que habitaban en el interior del fuerte circular de Aughrim.

Imagen de portada: Fuerte de hadas de Rathrar, condado de Roscommon, Irlanda (CC BY-SA 4.0)


Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

Fuentes:

A Folklore Survey of County Clare, Thomas Johnson Westropp. Clare County Library. Disponible en: http://www.clarelibrary.ie/eolas/coclare/folklore/folklore_survey/chapter4.htm






24 NOVIEMBRE, 2016 - 01:14 ANCIENT-ORIGINS

jueves, 6 de mayo de 2021

Cueva de Montesinos: el Rito Iniciático de don Quijote

En la provincia de Albacete se encuentra la cueva donde don Quijote habría experimentado un ritual de iniciación

Cueva de Montesinos: el rito iniciático de don Quijote

Perfectamente señalizada a lo largo de la carretera C-30 que atraviesa las lagunas de Ruidera, llegamos hasta la misteriosa cueva de Montesinos, en las proximidades de Ossa de Montiel, en la provincia de Albacete. 

En esta gruta, que se abre en la explanada de una sima clareada entre espesos matorrales, transcurre uno de los episodios más enigmáticos en las andanzas de don Quijote y que se narran a partir del capítulo XXII de la segunda parte. Emulando los antiguos rituales iniciáticos, el hidalgo desciende hasta el interior de la cueva para sumergirse en una especie de sueño que se prolongará, según su percepción, hasta tres días… aunque en realidad no hubiera transcurrido más de una hora.

El descenso de don Quijote a la cueva de Montesinos se interpretaría como una imitación de los antiguos ritos iniciáticos que exigían un período de aislamiento donde realizar un ejercicio de introspección

"A la derecha mano –describirá don Quijote cuando, amarrado a una soga, desciende a través de la gruta–, se hace una concavidad y espacio capaz de poder caber en ella un gran carro con sus mulas. 

Éntrale una pequeña luz por unos resquicios o agujeros, que lejos le responden, abiertos en la superficie de la tierra (…). De repente y sin procurarlo, me salteó un sueño profundísimo, y cuando menos lo pensaba, sin saber cómo ni cómo no, desperté de él y me hallé en la mitad del más bello, ameno y deleitoso prado que puede criar la naturaleza ni imaginar la más discreta imaginación humana…".

Acceso a la Cueva de Montesinos a través de la C-30 (Foto: Toni Granada)

En contraste con la descripción que desata la fantasía de don Quijote, la de Montesinos no deja de ser una simple y modesta cavidad formada por la penetración de aguas que han disuelto su roca calcárea. Tras franquear un acceso, que se ensancha a la izquierda en una oquedad que se conoce como ‘de los Arrieros’ por servir antiguamente de cobijo, en época de lluvias, a la gente del campo y sus caballerías, transitamos por una escueta garganta, de unos cincuenta metros. 

Ésta termina ensanchándose en lo que se conoce como ‘Sala Grande’, a unos dieciocho metros de profundidad, donde anida una pequeña colonia de murciélagos. Sus escasas estalactitas compensan su insuficiente interés espeleológico adoptando caprichosas formas que evocan en nuestra fantasía las siluetas de algunos de los personajes cuatro siglos antes imaginados por Cervantes. Se estanca una pequeña laguna de aguas oscuras, filtrada por las lluvias, y cuyas corrientes subterráneas acaban por comunicarse con las de Ruidera. En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1527-1598) se menciona que dentro de la cueva anegaba caudal de agua dulce que servía a los pastores "que andan en aquella ribera con ganados” para “beber y guisar la comida".
CERVANTES, ¿ESTUDIOSO DE LA KÁBALA?

Sólo a título de curiosidad debe mencionarse a Dominique Aubier (1922-2014), que pretende conectar a Cervantes (1547-1616) con la Cábala. Según la ensayista francesa, no es casualidad que el XXII –número del capítulo en el que se inicia esta aventura– pueda relacionarse con las veintidós letras del alfabeto hebreo o los arcanos del Tarot. En la Cábala judía, dos son los lugares que se relacionan siempre con la iniciación: el ascenso a la montaña y el descenso a través de una cueva. En este sentido, la experiencia de don Quijote se interpretaría como una imitación de los antiguos ritos iniciáticos que exigían un período de aislamiento donde realizar un ejercicio de introspección.

La 'iniciación' de don Quijote transcurre en el término albaceteño de Montiel, que deriva etimológicamente de “Monte de Él”, lo que relacionaría a este enclave con la divinidad

En la fantasía del hidalgo, este sueño profundo se prolongará nada menos que tres días –los mismos que duró el trance de Jesús de Nazaret tras su crucifixión–, aunque en realidad no transcurre más de una hora. Para más “inri”, esta “iniciación” de don Quijote transcurre en el término albaceteño de Montiel. 

En la particular interpretación de la ensayista francesa, el campo de Montiel deriva etimológicamente de “Monte de Él”, lo que relacionaría a este enclave con la divinidad. Por si no fuera suficiente, y en un caprichoso malabarismo de palabras donde todo parece converger de manera esotérica, el propio nombre de la cueva Montesinos, permite ser traducido como “Monte del Sino”, es decir, “del Destino”.

¿PUERTA A OTRA DIMENSIÓN?

Pero dejemos que sea el propio Azorín (1873-1967) en La ruta de don Quijote (1905) quien nos describa cómo encontró esta oquedad trescientos años después de que por ella descendiera el caballero de la triste figura: "Vamos bajando lentamente y encendiendo a la par hacecillos de hornija y hojarasca, un reguero de luces escalonadas se muestra en lontananza, disipando sus resplandores rojos las sombras, dejando ver la densa y blanca neblina de humo que ya llena la cueva. 

La atmósfera es densa, pesada; se oye de rato en rato, en el silencio, un gotear pausado, lento, de aguas que caen del techo. Y en el fondo, abajo, en los límites del anchuroso ámbito, entre unas quiebras rasgadas, aparece un agua callada, un agua negra, un agua profunda, un agua inmóvil, un agua misteriosa, un agua milenaria, un agua ciega que hace un sordo ruido indefinible –de amenaza y lamento– cuando arrojamos sobre ella unos pedruscos.

Y aquí, en estas aguas que reposan eternamente, en las tinieblas, lejos de los cielos azules, lejos de las nueve amigas de los estanques, lejos de los menudos lechos de piedras blancas, lejos de los juncales, lejos de los álamos vanidosos que se miran en las corrientes; aquí, en estas aguas torvas, condenadas, está todo a la sugestión, toda la poesía inquietadora de esta cueva de Montesinos…".

Cueva de Montesinos (Foto: Toni Granada)

En el interior de la cueva, y tras despertar de su letargo, don Quijote se halló en medio de una pradera sobre la que se alza un majestuoso palacio de cristal... Por si acaso, y ante la posibilidad de extraviarse en esos otros mundos que se desataron en la imaginación de don Quijote, recomendamos evitar en lo posible la tentación de explorar las profundidades de la Cueva de Montesinos…

Divulgador
6 de Mayo de 2021 (15:43 CET)

https://www.ancient-origins.es/noticias-historia-arqueologia/inscripci%C3%B3n-piedra-hace-3200-a%C3%B1os-narra-historia-relacionada-los-pueblos-mar-un-pr%C3%ADncipe-troyano-004537

lunes, 12 de abril de 2021

Calçoene, el Stonehenge olvidado del Amazonas

 ¿Qué antigua y avanzada civilización pudo ser la autora de este Stonehenge sudamericano? 


Comparación entre monolitos de Calçoene (Amazonas) y los de Stonehenge (Inglaterra). Calçoene (pronúnciese ‘Calsoene’) es un pequeño municipio —no llega a los 8.000 habitantes— situado al Noreste del estado de Amapá, en Brasil. 

A veinte escasos kilómetros del mismo, en pleno sertao, se encuentra una extraña agrupación de monolitos graníticos de formas que parecen surgidas de la afiebrada inventiva de H.P. Lovecraft. 

Es cromlech (círculo de piedras enhiestas) y alineación de menhires también. 

Y sobrepuestos a la sorpresa inicial de encontrar en medio de la nada ese Stonehenge sudamericano, las preguntas sobre su origen, antigüedad y propósito permanecen hoy en una sombra de especulaciones como cuando fue relevada científicamente por primera vez hace unos setenta años. 

Aunque en puridad, debería aclarar que no tan «en medio de la nada». 

Ya en mi artículo Kuhikugu: el secreto tolteca del coronel Fawcett señalé como el Amazonas —en Brasil, Bolivia, Paraguay, Perú, Ecuador, Colombia, etc.— ha guardado las preguntas de una avanzada civilización, sumamente extendida, que apenas comenzamos a entrever. 

Así que —después de todo— el paraje que se conoce también como Rego Grande no estaría (para seguir con el símil Stonehenge) más alejado de las conglomeraciones urbanas que lo que el sitio arqueológico famoso británico lo estaba de los centros poblados de entonces. 

Así que repasemos qué es lo que se afirma —que no necesariamente es lo que se sabe—. Se le fecha entre el año 1 y el 1000 de nuestra era pero, como sabemos y dado que los monumentos pétreos no se pueden datar, esas fechas corresponden a enterramientos funerarios que han sido hallados junto a los monolitos, lo cual lo hace sumamente discutible. 

En efecto; es sólo una presunción sostener que su función es ceremonial y mortuoria y por lo tanto, contemporáneos de los enterramientos: éstos podrían ser muy posteriores, y los deudos haber elegido ese lugar precisamente en virtud de la importancia sagrada y ancestral q

Para seguir con la comparación inglesa: se han hallado sepulturas en su contexto, pero se entiende que Stonehenge tiene una razón ceremonial y calendárica y simplemente fueron allí sepultados dignatarios, sacerdotes o personas que incluso habrían peregrinado para fallecer allí. 

Hoy en día, algunos devotos eligen ser enterrados en catedrales medievales, y a nadie llama la atención encontrar bajo los pavimentos de la misma restos humanos que no corresponden en absoluto a los tiempos de las construcciones originales. 


Pero, otra vez, la mirada eurocéntrica del academicismo priva a los Pueblos Originarios americanos esa capacidad de abstracción simbólica que se le reconoce a contemporáneos del Viejo Continente. Es, una vez más, deformación cultural. 

Fuera de esas sepulturas mencionadas, nada cierto se sabe —y tampoco se han hecho estudios de larga proyección—. Lo mismo ocurre con su funcionalidad: como el orificio en una de las placas graníticas permite alinearla con el sol ascendente en la mañana del Solsticio de invierno (este estado brasileño se encuentra ya en el Hemisferio Norte) se le ha asignado ese significado calendárico. 

Pero para el total de los mismos no se ha podido encontrar ninguna otra correspondencia interesante. Sigo convencido que lo más impresionante es más bien sensorial: esa geometría bizarra, esos planos que parecen querer violar el espacio euclidiano. 


Sueño —no, más bien, proyecto— relevamientos radiestésicos, recoger algunos relatos orales de las cercanías, apoyar mis manos en la noche mirando las estrellas y confiando que tal vez ese sea el canal para tener algunas certezas… 

Ah, por cierto. Amapá es parte de la extensión territorial de la etnia kayapó, la misma que aún hoy conserva la práctica tradicional de recordar a su «iniciador en la civilización», Bep Kororoti, que habría descendido de las estrellas y al que representan, como vemos en la imagen, con un «traje» de cáñamo tejido que mucho recuerda al traje de un astronauta. 

Por Gustavo Fernández.

jueves, 4 de febrero de 2021

Los Guardianes de la Tierra rompen el silencio



Por todo el mundo, existen territorios sagrados de diferentes culturas, lugares que conectan a los seres humanos, no solo con los seres vivos del planeta, sino también, con el cosmos.

       

Zonas donde la energía vital de la Tierra fluye más intensamente.

Uno de esos lugares, se halla, al norte de Colombia, en el sistema montañoso litoral más alto del mundo, se trata de la Sierra Nevada de Santa Marta, cuyo pico más alto se encuentra a 5700 m sobre el nivel del mar.

http://selenitaconsciente.com/?p=304969

martes, 29 de diciembre de 2020

Lo que VIÓ este AVIADOR en el Triángulo de las Bermudas ES DE OTRO MUNDO

martes, 22 de diciembre de 2020

La Legendaria Isla de Es Vedra: Atlantis, La Odisea y una Atracción Magnética para avistamientos de ovnis


Es Vedra es una pequeña isla situada frente a la isla española de Ibiza. A diferencia de Ibiza, que es un destino turístico popular, Es Vedra está deshabitada. Este es uno de los factores que contribuyen a la rica vida salvaje de la isla. 

Además de destacarse por su flora y fauna, Es Vedrá también es objeto de muchas leyendas. Lo más famoso es que la isla se ha asociado con la legendaria civilización hundida de Atlantis. Además, Es Vedra se ha relacionado con la Odisea de Homero y muchos han afirmado avistamientos de ovnis sobre la isla.

La isla de Es Vedra se encuentra en el Mediterráneo occidental, a unos 32 km (2 millas) de la costa occidental de Ibiza. Compuesto principalmente de piedra caliza, el punto más alto de esta pequeña isla se encuentra a poco más de 400 metros (1310 pies) sobre el nivel del mar. 

Es Vedra forma parte de la Reserva Natural de Cala d'Hort y cuenta con una abundante vida salvaje. La isla alberga una subespecie de lagartija de la pared de Ibiza, además de varias especies de aves en peligro de extinción y hasta 166 especies de plantas raras.


                        

La leyenda de Atlantis de Es Vedra

Si bien Es Vedra es famosa por su vida salvaje, es aún más notable por ser un sitio de gran misterio. Aunque muchas leyendas se han relacionado con la isla, posiblemente la más conocida de todas es la de Atlantis

Se ha afirmado que Es Vedra es de hecho la punta de esta civilización perdida, la única parte que quedó sobre el agua después de que la isla se hundiera en el mar. Una posible explicación de esta conexión es que la isla se encuentra cerca de la cantera de arenisca de Sa Pedrera (en Ibiza), a la que los hippies que vivían en una enorme cueva natural allí durante la década de 1960 le habían dado el nombre de Atlántida.


Vista desde Sa Pedrera a Es Vedra. (CC BY-SA 3.0)

Origen de las sirenas

Es Vedra también está vinculado a la mitología griega antigua a través de la Odisea de Homero. Se cree que la isla es el hogar de las sirenas, criaturas míticas que atrajeron a los marineros a la muerte con su canción. 

En la epopeya griega, Odiseo quería escuchar el canto de las sirenas, por lo que, mientras su barco se acercaba a la casa de las sirenas, el héroe griego ordenó a sus compañeros que lo ataran firmemente al mástil y les taparan los oídos con cera de abejas. De este modo, Odiseo pudo escuchar el canto de las sirenas y vivió para contarlo.


Ulises Odiseo y las sirenas de Herbert James Draper. (Dominio público)

Cabe añadir que Es Vedra era considerada la isla sagrada de Tanit, diosa lunar de los fenicios. Se han encontrado estatuas de la diosa por toda Ibiza y se dice que se hicieron sacrificios a la diosa durante la luna llena.



Busto de la diosa Tanit hallado en la necrópolis de Puig des Molins. Siglo IV A.C. Museo del Puig des Molins en Ibiza, España. (Dominio público)

Una isla de energía inexplicable

Además de su asociación con la mitología antigua, también se dice que Es Vedra es un lugar de alta concentración de energía. Se ha afirmado que la isla es el tercer lugar más magnético del mundo, después del Polo Norte y el Triángulo de las Bermudas. 

Esta concentración de energía ha llevado a algunos a especular que la roca caliza de la isla se utilizó para la construcción de las pirámides en Egipto, que también se afirma tiene propiedades fenomenales de acumulación de energía. Algunos visitantes informan haber sentido una oleada de energía después de visitar la isla, algunos sostienen que Es Vedra posee energía curativa positiva.

Por último, pero no menos importante, se han informado avistamientos de ovnis sobre la isla a lo largo de los años. El famoso incidente OVNI de Manises, por ejemplo, tuvo lugar en 1979, cuando un vuelo comercial se vio obligado a desviar su rumbo debido a la aparición de un semáforo en rojo sobrevolando Ibiza. 

Los pescadores locales también han informado haber visto luces misteriosas que emergen bajo el mar. Algunos creen que existe un vínculo entre estos dos fenómenos extraños, lo que sugiere que hay una base OVNI submarina debajo de la isla. 

Imagen de portada: Isla de Es Vedrá. Fuente de la foto: © Joan Vadell

Autor: Wu Mingren

Foreign Policy News, 2013. Es Vedrà, the mysterious island. [Online]

Hahn, L., 2018. Es Vedra: The Mysterious Island Said to Be the Gateway to Atlantis. [Online]

Heavey, E., 2017. The Myths and Legends of Es Vedrá. [Online]

MEakin, R., 2015. Hidden Gem: Es Vedra Island. [Online]

Throup, J., 2013. The mystical island of Es Vedra. [Online]

20 DICIEMBRE, 2020 - 18:39 DHWTY
https://www.ancient-origins.es/lugares-antiguos-europa/isla-leyenda-atlantis-006701