LOS TRABAJADORES DENUNCIAN FALTA DE MEDIOS Y DE FORMACIÓN
Fachada del Hospital Carlos III. (EFE)
El sacerdote español
infectado por ébola, Miguel Pajares, volará la tarde del miércoles desde Liberia hacia Madrid, donde será tratado para intentar combatir a la letal enfermedad que ya
ha acabado con la vida de más de 900 personas en los cuatro países africanos donde está presente. Hasta las tres de la tarde, una hora y media después de que el avión ya hubiera salido de Torrejón de Ardoz rumbo a Monrovia, aún no se sabía dónde iba a ingresar el paciente. Finalmente, se tratará en el Carlos III, un hospital que cerró a principios de año la planta donde será atendido el enfermo.
Todos los pacientes ingresados hasta la fecha en el recinto hospitalariohan sido trasladados a la tercera planta del hospital La Paz, un espacio reservado para el área traumatología, cerrada durante el período estival. El Carlos III se queda así única y exclusivamente con el paciente infectado en Liberia, para extremar al máximo las precauciones y evitar un contagio al personal médico encargado del caso.
Vídeo: El enfado de los pacientes ingresados en el centro
Entre los trabajadores del centro reina una polémica en torno al estado que se encuentra la sanidad en la región, particularmente en el centro hospitalario que recibe al primer español contagiado de ébola y que, en su día, fue centro de referencia nacional en enfermedades infecciosas y tropicales. Sin embargo, desde que la Comunidad de Madrid decidió transformarlo en un hospital de media estancia para enfermos crónicos, se cerró su Unidad de Cuidados Intensivos y los laboratorios, esenciales para un centro de referencia de pandemias. Los trabajadores también denuncian falta de medios y de formación. “Se ha dejado de trabajar en los protocolos de alertas y ya no se hacen simulacros con los trajes de riesgo biológico, que ni siquiera tienen un comité al respecto. Ahora el Carlos III es un pequeño hospital en el que están ingresando pacientes de media estancia sin que se hayan realizado las obras de acondicionamiento necesarias”, añaden. Una decisión que tomó a comienzos de año el Gobierno de Ignacio González y que fue muy criticada por los sindicatos de la sanidad madrileña.
El traslado del paciente desde la base aérea de Torrejón de Ardoz se realizará mediante una unidad móvil del SUMA, una ambulancia que cuenta con los medios médicos necesarios para el desplazamiento adecuado de este tipo de pacientes. Una vez en el Carlos III, será internado en la planta sexta, donde hace un tiempo estaba el servicio de atención a infecciosos, cerrada a cal y canto hasta el miércoles por la mañana, cuando altos cargos del hospital ordenaron a varios operarios acondicionar “a toda prisa” la planta, según confirmaron a este medio fuentes del sindicato CSI-F. “Era la planta que mejor funcionaba en todo el hospital, hasta que decidieron cerrarla. Todo estaba protocolizado y el personal sabía cómo tenía que actuar en un caso como éste, pero se cerró, porque nunca pasaba nada. ¿Y ahora qué?”, se quejan las mismas fuentes.La ministra de Saniada, Ana Mato, coordina desde el lunes el traslado. (EFE)
En un principio, la opción que manejaban tanto en el Ministerio como en la Consejería de Sanidad cuando se activó el protocolo de repatriación el martes por la noche era trasladarlo a La Paz, donde también se dio órdenes durante toda la mañana de este miércoles para dejar a punto el séptimo piso, el lugar donde tienen localizada una especie de 'UCI Vip', para casos extraordinarios.
Estas previsiones se tumbaron a una del mediodía, cuando se decidió por unanimidad en una reunión que altos cargos mantuvieron en La Paz que el paciente debía ser tratado en la sexta planta del Carlos III, la única en toda la red de hospitales de la Comunidad de Madrid donde cinco de sus 16 habitaciones cuenta con presión negativa. En otras palabras, son salas con un circuito especial de entrada y de salida de los sanitarios, que están habilitados con ducha para antes y después de quitarse el traje de seguridad, y con un ciclo de aire evita que el virus salga al exterior de la habitación. También cuenta con puertas de doble aislamiento, imprescindible para tratar un enfermo con esta patología.
“¿Cómo podemos acoger un caso de ébola sin tener UCI, sin laboratorio de microbiología, sin protocolos autorizados y vigentes, sin la seguridad que otorgan los simulacros, sin disponer de un banco de sangre con el que asegurar el tratamiento correcto a un paciente con hemorragias severas constantes?”, se pregunta el personal sanitario. Pese a las deficiencias que las enfermeras en particular y los sindicatos en general achacan al “desmantelamiento de la sanidad pública”, aislar al enfermo en el Carlos III era la mejor de las opciones posibles: “es un hospital pequeño en el que se puede establecer, si fuera necesario, una cuarentena, incluso cerrarlo entero”, reconocen las mismas fuentes.
“Se está actuando a golpe de improvisación”
Los sindicatos al unísono han respaldado la versión que, en privado, ofrecen los trabajadores de la sanidad pública madrileña. Victoria Trujillo, presidenta de la Asociación Madrileña de Enfermería Independiente (AME), hace hincapié en los recortes puestos en marcha hace unos meses y que ahora, “cuando la enfermedad está aquí, se está actuando a golpe de improvisación”. Como ejemplo pone los trajes de aislamiento, imprescindibles para proteger al personal y para evitar la propagación. “Se llevaron a La Paz porque su gerencia dijo que se harían cargo de estas alertas allí, y luego volvieron al Carlos III, justo antes de que se le declarase referencia en dichas alertas”.
El delegado de CSI-F en este centro, Manuel Torres Coco, alertó que ya envió una nota a la gerencia del centro el 8 de mayo donde subrayaban que la forma de atención ante casos sospechosos de enfermedad por virus ébola “seguía sin estar definida, así como la formación que deben recibir los profesionales”, tras el proceso de integración con la Paz. El portavoz del sindicato de Enfermería SATSE, José Manuel Freire, remarcó que hace un par de meses se hizo en La Paz una “especie de ensayo” para testar protocolos en caso de recibir un paciente de ébola y un “minicursillo” para los empleados. Actuaciones que tildó como “totalmente insuficientes e inadecuadas”.
El médico radiólogo del Hospital de La Paz y presidente de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), Daniel Bernabéu, alertó de los riesgos que conlleva traer a Pajares a Esaña, y se pregunta si "alguien puede garantizar al 100% que el virus no se va a escapar". El especialista compara el caso español con Estados Unidos, donde han llegado dos infectados, cuenta con diez hospitales con nivel 4 de aislamiento. "Aquí solo el Carlos III cuenta con un nivel 2 y elementos de nivel 3 para manejo de muestras". Bernabéu también critica que el acondicionamiento del hospital se haga "a toda prisa, acelerado y urgente".
Vídeo: Sanidad asegura las mejores garantías para todos
Por su parte, la directora general de Salud Pública y Calidad e Innovación, Mercedes Vinuesa, aseguró este miércoles que la seguridad de los españoles está “absolutamente garantizada” con la repatriación a España de Miguel Pajares. “La seguridad está garantizada y el transporte cumple con todos los protocolos para atender al paciente y a los que viajen con él”, aseveró Vinuesa.
http://www.elconfidencial.com/espana/2014-08-06/madrid-reabre-a-toda-prisa-una-planta-del-carlos-iii-para-atender-al-enfermo-de-ebola_173087/