Esta semana hemos sabido que megatsunami destructivo azotó las costas del Mediterráneo oriental hace unos 10.000 años. Un estudio israelí-estadounidense, dirigido por investigadores de la Universidad de Haifa en Israel y la Universidad de California en San Diego, publicado en la prestigiosa revista científica PLOS ONE, encontró que el tsunami, que ocurrió durante la Nueva Edad de Piedra, causó la destrucción de la agricultura en el área, incluyendo campos, ovino y vacuno. Y aunque en ese momento las comunidades eran pequeñas y dispersas, también hubo innumerables víctimas.
Según el estudio, las olas del tsunami, creadas por deslizamientos de tierra cerca de la costa, alcanzaron una altura de 40 metros, y el agua se adentró en tierra adentro unos 3,5 kilómetros de la costa. En ese momento, el nivel del mar estaba al menos 16 metros más bajo de lo que está ahora, por lo que la ola tenía que ser muy grande y potente para poder devorar tanta tierra. Los investigadores también encontraron evidencia de que los deslizamientos de tierra masivos que ocurrieron en el mar en ese momento probablemente provocaron el tsunami. Y lo más alarmante de todo es que podría volver a ocurrir en cualquier momento.
Enjambre de terremotos
¿Pero y si te dijéramos que el momento podría estar más cerca de lo que nos pensamos? En los últimos años se han registrado varios enjambres o series sísmicas en el volcán Cumbre Vieja de La Palma, en el archipiélago de las Islas Canarias. La primera “gran crisis” ocurrió en octubre de 2017, seguida de otra crisis sísmica en febrero de 2018. Mientras tanto, este 2020 ya nos ha dado 4 enjambres sísmicos.
El
último enjambre comenzó el 23 de diciembre aproximadamente a las 21:26 hora local y terminó el 24 de diciembre a las 21:29 hora local. Dentro de estas 24 horas, más de 602 temblores sacudieron el área a una profundidad de unos 30 km y el terremoto más grande tuvo una magnitud de 2,3 MbLg. Este enjambre sísmico ha causado gran preocupación y tal aumento de la actividad ha desconcertado a los científicos, ya que el colapso de este pico volcánico podría matar a millones de personas en Europa y en la costa este de Estados Unidos.
Según algunos estudios, La Palma colapsará en el momento de alguna futura erupción volcánica del volcán Cumbre Vieja. Su última erupción fue en 1949, pero los volcanólogos dicen que un fenómeno tan catastrófico ocurre en promedio cada 200 años. Por lo tanto, pueden pasar muchas décadas antes de que tenga lugar la próxima erupción. Pero como hemos podido comprobar en otras ocasiones, la madre naturaleza es impredecible y si por desgracia el nuevo enjambre sísmico fuera una señal de la inminente gran erupción, nos encontraríamos con un escenario realmente aterrador.
El flanco occidental del volcán Cumbre Vieja se deslizaría hacia el oeste hacia el océano Atlántico, creando un megatsunami, una ola gigantesca que se movería hacia el oeste. Estados Unidos, Bahamas y el Caribe se verían gravemente afectados por enormes olas de hasta 50 metros. Y lo peor de todo es que no se puede hacer nada para detener el colapso de La Palma.
Ciclo sísmico
Lo cierto es que hasta el momento no sabemos si tiene relación o no, pero curiosamente días después del enjambre sísmico en el volcán Cumbre Vieja hubo cuatro fuertes terremotos sincrónicos frente a las costas de Chile (2 de magnitud 6,7 y 2 de magnitud 6,8). son los presagios de un terremoto devastador. Según los datos sobre eventos sísmicos en diferentes sistemas de monitoreo, el 27 de diciembre de 2020 a las 21:39 UTC, ocurrieron tres o cuatro fuertes terremotos en Chile. Estos se denominan terremotos sincrónicos, cada uno de los cuales tiene una “onda s” y una “onda p”. El epicentro se ubicó a una profundidad de 23 kilómetros. El terremoto ocurrió a 144 km al oeste de la comuna de Tolten, ubicada en la provincia de Cautín, Región de La Araucanía. Según varios medios locales, las réplicas del terremoto se sintieron en varias regiones del sur del país. Por suerte no hubo víctimas o daños a la infraestructura.
Y hoy día 29 de diciembre, un fuerte terremoto de magnitud 6,3 en la escala de Richter ha sacudido este martes la capital de Croacia, Zagreb, y sus alrededores, causando numerosos daños materiales y un número indeterminado de muertos y heridos. El terremoto también se sintió en la vecina Serbia, Bosnia y Herzegovina, e incluso hasta el sur de Austria. Los periodistas informando desde Petrinja, describieron escenas de caos mientras que los servicios de emergencia trataban a los heridos y buscaban sobrevivientes.
Según el Centro Sismológico Euromediterráneo, el epicentro del terremoto de magnitud 6,3 se localizó a 46 kilómetros al sureste de Zagreb. También hay que decir que la misma zona fue sacudida por un terremoto de 5,2 el lunes. Y en marzo, un terremoto de magnitud 5,3 sacudió Zagreb y causó una muerte y 27 heridos. Los sinólogos describen el terremoto como “extremadamente fuerte”.
¿Inminente megatsunami?
Como podemos comprobar está habiendo un dramático aumento de la actividad sísmica en gran parte del mundo, que podría coincidir con el enjambre sísmico volcán del Cumbre Vieja de La Palma. Hasta el momento ningún vulcanólogo se ha aventurado a dar una explicación o predicción, pero en el caso de una gran erupción nos encontraríamos con un megatsunami realmente destructivo que afectaría las costas de medio mundo.
Además, los países del Mediterráneo y el Atlántico nororiental llevan tiempo preparando simulaciones de tsunamis. La Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO denomina a estos ejercicios
NEAMWave, y se basan en un escenario en el que cuatro terremotos desencadenan dos tsunamis en el Mediterráneo, uno en el Océano Atlántico y un cuarto en el Mar Negro. Veinte de los 39 países que participan en el Sistema de alerta temprana y mitigación de tsunamis en el Atlántico nororiental, el Mediterráneo y los mares conectados (NEAMTWS) participan en el ejercicio.
Según explica la UNESCO en su web, estos ejercicios se deben a que existe la preocupación de que las ondas de choque del tsunami puedan golpear las costas del Mediterráneo y el Atlántico norte. También detalla que si bien estos desastres han sido menos frecuentes en esta región que alrededor del Océano Pacífico, en 1755, Lisboa, la capital de Portugal, fue destruida por un tsunami que siguió a un terremoto en la zona de falla de Azores-Gibraltar.
En 1908, un tsunami se cobró decenas de miles de vidas humanas en Messina (Italia). Más recientemente, el 21 de mayo de 2003, un terremoto en Argelia provocó un tsunami que azotó las costas de las Islas Baleares y la costa sur de Francia.
Sin duda alguna estamos viviendo unos momentos bastante complicados para la existencia de la humanidad, no solo estamos fuertemente afectados por una pandemia de coronavirus y sus mutaciones, repitiéndose el ciclo del pasado año, que ahora nos encontramos ante la posibilidad de un megatsunami provocado por la erupción de un volcán. ¿Qué más puede pasar?