¿Son whatsapp del más allá?
Seguramente no, pero se están recibiendo mensajes misteriosos de personas fallecidas a través de mensajes en nuestros celulares.
«En una conversación de WhatsApp normal y corriente entre mi madre y yo, en un momento dado recibo una nota de audio muy cortita. La escucho y sonaba como la típica psicofonía. Le mandé un mensaje preguntándole: “¿Mamá, qué me acabas de mandar?”. Ella me respondió que no me había enviado nada.
Ella estaba aprendiendo a utilizar el WhatsApp y no tenía ni idea de cómo se enviaban audios. Y me insistía en que no me había mandado nada». Este testimonio es habitual en las personas que están sufriendo llamadas o recibiendo mensajes de familiares que ya han fallecido.
Su nombre es Celeste Apolinario y vive en las Islas Canarias (España). Incluso añadía que, puesto que su hermana se hallaba junto a la madre, decidieron que ésta revisara el celular. «Le dije que se fijara, que mi madre me había mandado un audio.
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Recuerdo que le hice una captura de pantalla de mi móvil para que viera que era verdad. “Aquí no hay ningún audio, mamá no te mandó nada”, me dijo mi hermana». Así pues, pese a que la voz aparecía como enviada desde el terminal de su madre, lo cierto es que únicamente se encontraba en el de Celeste.
Ella, con la intención de averiguar qué ocurría, se puso en contacto con el experto en Transcomunicación Instrumental y colaborador de Año/Cero Carlos G. Fernández, a quien cedió la grabación para su análisis.
Según Fernández «sometimos el audio a un proceso de filtrado y lo enviamos a varias personas anónimas que nada sabían del asunto. Todas señalaron que lo entendían perfectamente. Con un ritmo irregular, la voz parece decir “me ahogué”, con una “e” muy prolongada al final.
Esta frase tiene una especial relevancia, ya que la abuela de Celeste había fallecido asfixiada seis años antes, precisamente en la misma sala donde se encontraba su madre cuando se registró la supuesta psicofonía». La sorpresa llegó cuando Celeste, entre sollozos, afirmó que «es la voz de mi abuela, la reconocí al instante».
Ahora bien, si el caso en cuestión es extraño, imaginemos si, además, el teléfono de un fallecido está apagado, sin batería, y de repente, llama a un familiar… Esto ocurrió con el cuñado de Antonia Dédalo, en Lugo (Galicia, España).
Éste había fallecido tiempo atrás, cuando de repente, «una noche sonó el teléfono del salón y, cuando mi hermana iba a responder, advirtió que la pantalla marcaba que la llamada se estaba realizando desde el teléfono móvil de su marido fallecido. Contestó, pero al otro lado nadie hablaba, así que colgó».
Un error, eso es lo que pensaríamos cualquiera. Pero poco después se produjo una segunda llamada: «Otra vez en la pantalla se podía leer “papá móvil”, que era como tenían registrado el número del difunto en la memoria del terminal fijo. Contestó, y de nuevo silencio. Esta vez, ya muy asustada, mi hermana acudió de nuevo a su hija, y empezaron a inquietarse.
Ambas tomaron la decisión de quitarle la batería al móvil». Y aún así, la llamada volvió a producirse. Durante esa madrugada madre e hija estuvieron juntas en la habitación, intentando dormir y sin moverse. Al día siguiente pudieron comprobar que unos ladrones habían entrado en la casa y habían robado unas herramientas muy valiosas que pertenecían al difunto. ¿Intentó avisarles desde el más allá? Ellas están convencidas de que fue así.
Algo tan cotidiano como es consultar las redes sociales a través de nuestro smartphone se han convertido en el último método de contacto entre personas. El problema es que algunas ya no están vivas…
Podríamos seguir narrando más casos, porque aunque parezca increíble los hay cada vez más. De momento debemos quedarnos con la idea de que, como ha ocurrido a lo largo de la historia reciente, sea lo que sea que se comunica parece tener una habilidad extraordinaria para adaptarse a las nuevas tecnologías, de las que se sirve para establecer el contacto, en este caso vía Whatsapp.
Porque, para quienes han sufrido esta experiencias, no hay duda de que el contacto es real.
Porque, para quienes han sufrido esta experiencias, no hay duda de que el contacto es real.
31 de Marzo de 2020 (12:30 CET)