De acuerdo con los diarios locales de
China, tras la aplicación de este método poco ortodoxo la asistencia a las clases ha aumentado “significativamente” y los estudiantes “están más animados y atentos en clase”.
Una de las estudiantes incluidas en el cambio, Xu Xueting, aseguró al diario Want China Times que siente en las clases “una extraña sensación de placer” y que ha hecho muchos amigos en su nueva clase, en la que el resto de compañeros comparten signo con ella.
Curiosamente, el horóscopo usado para la división en clases es el occidental (en el que cada signo depende, aproximadamente, del mes en el que una persona ha nacido) y no el zodiaco chino, que es determinado por el año, por lo que gente de igual edad suele compartir un mismo signo.
Uno de los profesores de la universidad, Zhang Erjin, señaló que el objetivo de la iniciativa es sobre todo resolver el creciente problema de absentismo entre los jóvenes chinos nacidos después de 1990, quienes, a ojos de buena parte de la sociedad del país asiático, padecen una crisis de valores.
Junto a la mera división en aulas, los profesores han recibido órdenes de dirigirse a cada clase, es decir, a cada signo zodiacal, de manera diferente: por ejemplo, a los tauro, más prácticos, se les debe impartir poca teoría.
Fuera de la universidad, la idea ha generado debate en las redes sociales chinas, donde algunos han criticado a un centro de enseñanza superior por adoptar supersticiones, mientras algunos le acusan de hacerlo sólo para darse publicidad.
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