WASHINGTON, EE.UU., Junio 24 2013 – El ejército mercenario más grande del mundo, Blackwater (ahora llamado Xe Services) vendió servicios clandestinos de espionaje a la trasnacional Monsanto. Blackwater cambió de nombre en 2009, luego de hacerse famosa en el mundo por las denuncias sobre sus abusos en Iraq, incluidas masacres de civiles.
Sigue siendo el mayor contratista privado del Departamento de Estado de EE.UU. en “servicios de seguridad”, es decir para practicar el terrorismo de Estado dándole al gobierno la posibilidad de negarlo.
Muchos militares y ex oficiales de la CIA trabajan para Blackwater o alguna de las empresas vinculadas que creó para desviar la atención de su mala fama y generar más lucro vendiendo sus nefastos servicios –que van desde información y espionaje hasta infiltración, cabildeo político y entrenamiento paramilitar– a otros gobiernos, bancos y empresas trasnacionales. No asombra que una empresa de “ciencias de la muerte” como Monsanto, que se ha dedicado desde sus orígenes a producir tóxicos y desparramar venenos, desde el Agente Naranja hasta los PCB (policlorobifenilos), agrotóxicos, hormonas y semillas transgénicas, se asocie con otra empresa de matones.
Bill Gates compró 500 mil acciones de Monsanto, (Fundación Bill y Melinda Gates), que con esto se quita definitivamente su disfraz “filantrópico”. Se trata de un casamiento entre los dos monopolios más brutales de la historia del industrialismo: Bill Gates controla más de 90% del mercado de programas patentados de computación y Monsanto cerca de 90% del mercado mundial de semillas transgénicas y la mayoría del mercado global de semillas comerciales. No existen en ningún otro rubro industrial monopolios tan vastos, cuya propia existencia es una negación del cacareado principio de “competencia de mercado” del capitalismo. Tanto Gates como Monsanto son muy agresivos en la defensa de sus mal habidos monopolios. Aunque Bill Gates intente decir que la Fundación no está ligada a sus actividades comerciales, todo lo que ésta hace demuestra lo contrario:
Gran parte de sus donaciones terminan favoreciendo las inversiones comerciales del magnate, además de que en realidad no “dona” nada, sino que en lugar de pagar impuestos a las arcas públicas, invierte sus ganancias donde le favorezca económicamente, incluida como propaganda de sus supuestas buenas intenciones. Por el contrario, sus “donaciones” financian proyectos tan destructivos como la geoingeniería o la sustitución de medicinas naturales y comunitarias por medicamentos patentados de alta tecnología en las zonas más pobres del mundo. Qué coincidencia, el ex secretario de Salud Julio Frenk y Ernesto Zedillo son consejeros de la Fundación. Al igual que Monsanto, Gates se dedica también a tratar de destruir la agricultura campesina en todo el planeta, principalmente a través de la llamada “Alianza para una Revolución Verde en África”
Ésta funciona como caballo de Troya para despojar a los campesinos africanos pobres de sus semillas tradicionales, sustituyéndolas por semillas de las empresas primero, y finalmente por transgénicos. Para ello, la Fundación contrató en 2006, justamente a Robert Horsch, un director de Monsanto. Blackwater, Monsanto y Gates son tres caras de la misma figura: la máquina de guerra contra el planeta y la mayoría de la gente que lo habita, sean campesinos y campesinas, indígenas, comunidades locales, gente que quiere compartir información y conocimientos o cualquier otro que no quiera estar en la égida de lucro y destrucción del capitalismo.
Se destapa la estrecha relación entre organizaciones dedicadas a la muerte y la destrucción. Jesucristo Hombre, el Dr. José Luis De Jesús profetizó, que el mundo conocería las maldades ocultas de los hijos de perdición que hoy gobiernan el mundo y que pronto serán erradicados de la tierra.
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