martes, 26 de noviembre de 2013

El acuerdo nuclear con Irán es un preludio de guerra, no un avance.


"...Cualquier operación militar contra Irán probablemente será muy impopular en todo el mundo y requiera un buen contexto internacional, tanto para asegurarse el apoyo logístico que la operación requeriría y para reducir al mínimo las consecuencias de la misma. 

La mejor manera de minimizar el oprobio internacional y maximizar el apoyo (ya sea a regañadientes o encubierto) es atacar sólo cuando exista la convicción generalizada de que a los iraníes se les ha dado una oferta tan excelente que solo un régimen decidido a hacerse con armas nucleares y adquirirlas por las razones equivocadas podría rechazar.

 Bajo esas circunstancias, los Estados Unidos (o Israel) podrían representar sus operaciones como obligadas por el dolor y no por la ira, y por lo menos algunos miembros de la comunidad internacional concluirían que los iraníes se las han "traído sobre sí mismos" al negarse a firmar un buen acuerdo." 

-Informe de Brookings Institution de 2009: "Which path to Persia?", página 52.

Escrito hace años, mientras los EE.UU., Arabia Saudita e Israel ya estaban planeando invadir el vecino y aliado de Irán, Siria, con Al Qaeda para debilitar a la República Islámica antes de la inevitable guerra, esta cita expone plenamente la farsa actual, que supone el "acuerdo nuclear de Irán." 

Occidente no tiene ninguna intención de firmar ningún acuerdo duradero con Irán, mientras la capacidad nuclear, incluso la adquisición de armas nucleares por parte de Irán nunca fue realmente una amenaza existencial para las naciones occidentales ni para sus socios regionales. El problema de Occidente con Irán es su soberanía y su capacidad de proyectar sus intereses en las esferas tradicionalmente monopolizadas por los EE.UU. y el Reino Unido a través de Oriente Medio. A menos que Irán planee entregar su soberanía e influencia regional junto con su derecho a desarrollar y utilizar la tecnología nuclear, la traición a cualquier "acuerdo nuclear" que se firme es casi inevitable, como lo es la guerra que va a seguir en breve. 

Exponer la duplicidad que acompaña a los "esfuerzos" occidentales para llegar a un acuerdo socavará gravemente su intento a continuación de utilizar el acuerdo como medio para justificar operaciones militares contra Irán. Irán y sus aliados deben estar preparados para la guerra, más aún cuando Occidente finge interés en la paz. Libia sirve como un ejemplo perfecto de la suerte que le espera a las naciones reprochadas por Occidente que bajan la guardia. Es literalmente un asunto de vida o muerte tanto para los líderes como para que sus naciones en su conjunto. 




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