La juez de los ERE, Mercedes Alaya (Efe)
La juez Mercedes Alaya se plantea retirarse como magistrada. Lo hará tras rematar el caso de los ERE, el mayor escándalo de corrupción de Andalucía. “Ha pensado varias veces en tirar la toalla. Abandonar la magistratura. Quizá lo haga cuando termine este proceso”, publica hoy la revista Vanity Fair en un extenso reportaje sobre la juez que incluye posado y entrevistas a la juez titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla.
Esta intención de la magistrada sevillana, puesta en boca de fuentes de su entorno “más íntimo”, según la publicación mensual, supondría un punto y seguido en su labor como juez tras una tres largos años de polémica instrucción salpicada de recursos de letrados, de Anticorrupción y resoluciones a favor y en contra de la Audiencia Provincial de Sevilla a sus resoluciones. También de coincidencias que han beneficiado el calendario político del PP.
“Los fiscales y abogados están en pie de guerra contra Alaya. Incluso se han reunido porque quieren adoptar alguna medida conjunta para frenar lo que consideran es ‘un abuso de poder excesivo’. Desde su punto de vista, la juez fuerza los límites de su función instructora. En el entorno de Alaya reconocen que las reprobaciones de sus compañeros son lo que peor lleva. “Con lo que estoy trabajando, ¿por qué tengo también que luchar contra ellos?”, argumenta la edición española de Vanity Fair. Para preimputar a los expresidentes Chaves y Griñán, Alaya burló la Constitución y dos leyes (Orgánica del Poder Judicial y de Enjuiciamiento Criminal).
La publicación incluye algunas de las frases más utilizadas por Alaya en sus interrogatorios en la sala: “Me está usted mintiendo descaradamente”; “Colabore... de una puñetera vez”; “Deje de hacer teatro”. También se entrevista a Jorge Francisco Castro García, su esposo y socio responsable de BDO Andalucía desde septiembre de 2010, es el administrador concursal del grupo Zent Inversiones, cabecera del holding patrimonial del empresario de la construcción Luis Portillo y su esposa, María Jesús Valero, como adelantóEl Confidencial el 31 de diciembre de 2012.
“Tiene un sentido de la instrucción preconstitucional e inquisitorial, donde no se respetan las garantías de la defensa de los investigados. Alaya padece garzónpatía; un síndrome de la instrucción; no quiere soltar el proceso, porque favorece su protagonismo público”, explica uno de los letrados del caso. “En 30 años de profesión jamás he asistido a un trato tan insólito por parte de un juez. Es despectiva y prepotente”, dice Juan Pedro Cosano en el reportaje
Fuente: http://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2014-06-20/alaya-se-plantea-ya-abandonar-la-magistratura-tras-rematar-el-caso-ere_149838/
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