ALARMA: EL COMERCIO GLOBAL SE CONTRAE DRAMÁTICAMENTE
A pesar de lo que digan muchos medios de comunicación, el mundo está entrando en una importante recesión económica global, de imprevisibles consecuencias.
Hay gente que aún sigue negando la gravedad de la situación, quizás intoxicada por las noticias de los grandes medios. Pero aquellos que afirman que la situación económica va de mal en peor, no están especulando: su razonamiento se basa en hechos tangibles y comprobables.
Todos sabemos que cuando la actividad económica mundial se incremente, hay una mayor demanda de bienes y servicios en todo el mundo, y que cuando la actividad económica mundial disminuye, hay menos demanda de bienes y servicios.
La economía real, la tangible, la que se basa en intercambio de bienes reales y no en especulación financiera, funciona así.
Pues bien, en lo que llevamos de este año, el comercio mundial ha bajado un 8,4% y en los últimos 30 días, el Baltic Dry Index se ha desplomado por completo.
Para quien no lo sepa, el Baltic Dry Index, es un índice de los fletes marítimos de carga a granel seca de hasta 20 rutas clave marítimas y por lo tanto, es un indicador adelantado del mercado y se revela como un eficaz termómetro de la evolución de la economía mundial.
Y eso sucede porque cuando la economía mundial entra en crisis, se reducen los contratos de transporte de materias primas y en consecuencia el Baltic Dry Index desciende.
Hace un mes, el Baltic Dry Index estaba en un nivel de 809, pero ahora ha caído hasta un nivel de 628.
Sin embargo, es cuando nos fijamos en las cifras comerciales de países específicos, que los números resultan más sorprendentes.
En los últimos días, se han revelado las nuevas cifras comerciales de China. China representa aproximadamente una quinta parte de todas las exportaciones mundiales de fábricas, y durante muchos años el crecimiento de las exportaciones de China ha ayudado a impulsar la economía mundial en general.
Pero ahora las exportaciones chinas están cayendo. En octubre, las exportaciones chinas cayeron un 6,9% en comparación con el año anterior. Y eso siguió a un descenso del 3,7% en septiembre.
Los números para las importaciones chinas resultan aún peores.
Las importaciones chinas en octubre bajaron un 18,8% en comparación con las de hace un año, tras caer un 20,4% en septiembre. La creciente clase media china se suponía que debía ayudar a liderar la recuperación económica global, pero eso simplemente no está sucediendo.
El siguiente gráfico publicado por Zero Hedge muestra lo dramáticas que son estas últimas cifras si se comparan con lo que estamos acostumbrados a presenciar.
Como se puede ver, los números comerciales chinos sólo habían estado en una situación parecida y eso fue durante la gran recesión mundial de 2008 y 2009…
Hay otras cifras que confirman la magnitud de la desaceleración económica en China.
Últimamente se ha hablado bastante de la caída en el Índice de Carga en Contenedores de China, pero la situación ahora acaba de llegar a un nuevo mínimo histórico…
La debilidad de la economía de China y sus exportaciones al resto del mundo, se están reflejando en el Índice semanal de carga en Contenedores de China (CCFI): el viernes, cayó hasta su nivel histórico más bajo.
El índice, operado por el Shanghai Shipping Exchange, refleja cuánto cuesta, en base a los contratos y a las tasas de mercado, enviar contenedores desde China a 14 grandes destinos de todo el mundo. A diferencia de muchos de los datos oficiales que publica generalmente China, este índice representa un reflejo de la realidad económica sin manipulaciones ni adornos.
Pues bien, el índice se ha estado desplomando desde febrero y desde entonces ha caído un 31%. Actualmente se encuentra en los 742 puntos, un 26% menos que en el momento de su creación en 1998, cuando estaba alrededor de 1000 puntos.
Acompañaremos estos indicadores con algunas otras cifras que demuestran que estamos en una auténtica recesión económica global:
-La demanda de acero chino se ha reducido un 8,9% en comparación con hace un año.
-El volumen de mercancías por ferrocarril de China se ha reducido un 10,1% por ciento en comparación con el año pasado.
-En Octubre, las exportaciones de Corea del Sur cayeron un 15,8% respecto al año anterior.
-De Acuerdo con el índice del gobierno holandés, hace un año el comercio mundial de productos básicos estaba los 150 puntos; sin embargo, ahora ha caído hasta los 114. Lo que esto significa es que se intercambian comercialmente menos productos en todo el mundo, y eso es una señal muy clara de que la actividad económica mundial está realmente desacelerando.
Por si esto fuera poco reflejo de una realidad tangible, los pedidos de exportación alemanas bajaron un 18% en septiembre, y las exportaciones de Estados Unidos se han reducido un 10% este año.
Es evidente que algo muy grande está sucediendo a nivel económico, y que está afectando a todo el planeta.
El CEO de la compañía naviera más grande del mundo cree que la explicación de lo que está ocurriendo es bastante simple…
De hecho, según el director general de Maersk, Nils Smedegaard Andersen, la razón por la cual están sufriendo tanto las empresas que dependen del comercio mundial, como la suya, es bien simple: el crecimiento global real es sustancialmente peor que el que ofrecen las cifras y previsiones oficiales.
Es decir: “La economía mundial está creciendo a un ritmo más lento que lo que el Fondo Monetario Internacional y otras grandes pronosticadores están prediciendo”
Citado por Bloomberg, Andersen dice que “creemos que el crecimiento global se está desacelerando. El comercio es significativamente más débil de lo que debería ser si las previsiones económicas de crecimiento se cumplieran”
Sin embargo, las bolsas y los mercados financieros globales parecen ir viento en popa, aunque la realidad tangible sea bien diferente.
Uno de los factores que están contribuyendo a esta nueva desaceleración de la economía global es la pérdida de beneficios en el carry trade del dólar.
El carry trade es una técnica que los grandes inversores llevan practicando en el mercado de divisas desde sus inicios.
La idea es sencilla. La inversión en divisas supone comprar una divisa para simultáneamente vender otra, o lo que es lo mismo, nos financiamos en una divisa e invertimos ese dinero en otra. El inversor de esta forma apuesta a que una de las divisas se va a apreciar (divisa de inversión) respecto a la otra (divisa de financiación).
Cuando el Carry Trade del dólar daba beneficios, funcionaba de la siguiente manera:
Cuando la Reserva Federal recortó las tasas de interés a cero en 2008, inundó el sistema con dólares estadounidenses. El dólar estadounidense es la moneda de reserva mundial. No importa en qué país estés (con pocas excepciones): puedes pedir dinero prestado en dólares estadounidenses.
Si usted puede pedir un préstamo en dólares estadounidenses al 0,25% … y después invierte ese dinero en cualquier cosa que produzca más…consigue un gran beneficio.
Por ejemplo, un fondo de cobertura en Hong Kong podría pedir prestados 100 millones de dólares, pagando sólo 250.000 dólares en intereses y con ese dinero, comprar reales brasileños que rinden al 11%…el bloqueo da un retorno de 9.750.000 dólares.
Este es el punto de vista estrictamente financiero de las cosas. Por el lado de la economía real, esta práctica implica que los gobiernos, tanto soberanos como locales, pedían préstamos en dólares en todo el mundo para financiar diversos proyectos de infraestructura y municipales.
En pocas palabras, el gobierno de Estados Unidos estaba prácticamente dando dinero gratis y el mundo se dio cuenta, tomando dólares prestados a un ritmo récord.
Actualmente, el carry trade mundial (es decir, el dinero prestado en dólares y invertido en otros activos) se sitúa en más de 9 billones de dólares (más grande que la economía de Francia y Brasil combinadas).
Esto estaba bien cuando funcionaba.
Pero ahora resulta que el dólar de Estados Unidos está subiendo frente a otras monedas mundiales durante el año 2015, lo que ha provocado un enorme estrés en los mercados emergentes de todo el mundo.
De repente, el petróleo, otras materias primas y los mercados de valores en países como Brasil, han empezado a desplomarse.
Mientras tanto, los que habían pedido préstamos denominados en dólares estadounidenses, se han ido encontrando con que cada vez necesitan más dinero procedente de sus propias monedas para pagar esos préstamos.
Esta crisis financiera en los mercados emergentes va tardar unos años en acabar de desarrollarse plenamente, pero va a tener una repercusión tremenda en los mercados globales.
Por supuesto, ya hemos visto esto suceder con anterioridad.
Un dólar fuerte ayudó a provocar la crisis de la deuda latinoamericana de la década de 1980, la crisis financiera asiática de 1990 y la gran recesión global de 2008 y 2009.
Ahora volvemos a vivir lo mismo y los efectos empiezan a ser cada vez más evidentes.
Y por lo visto, esto solo es el comienzo: pronto serán demoledores.
Como alguna gente ya habrá intuido, esta gran crisis en ciernes, que en el fondo, es un capítulo de la crisis que ya llevamos viviendo desde 2007, corre en paralelo con una creciente tensión militar a escala global, que apunta, de forma cada vez más evidente, a una guerra mundial.
Quizás nada de todo esto acabe sucediendo, pero la realidad es que ahora, todo apunta en esa dirección…
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