miércoles, 24 de julio de 2019

Mary King, el Callejón de las Almas en Pena

Mary King, el callejón de las almas en pena, está en la ciudad de Edimburgo por la que pasean miles de turistas cada día. Allí existe otra ciudad oculta de callejones y pasadizos, donde, según aseguran los cronistas, habitan las almas perdidas. 



Más allá de los supuestos fenómenos extraños que allí se manifiestan, es impactante ver en qué condiciones vivían los apestados en este mismo lugar siglos atrás.

Mary King, el callejón de las almas en pena

Hay que remontarse al 1347, cuando la peste negra asolaba Europa y los callejones de Edimburgo se transformaron en guetos en los que se hacinaban miles de personas procedentes de toda Europa, aislados para evitar los contagios.

En 1665, el callejón de Mary King, en el corazón de la ciudad antigua, continuaba siendo un lugar donde se recluía a los enfermos, aunque la población disminuyó cuando el consistorio decidió levantar un muro para evitar que los apestados escaparan y extendieran la epidemia más allá de los barrios pobres. 





Tiempo después, cuando fue derribado, se descubrieron los cadáveres amontonados y comenzó su leyenda como lugar maldito.

Al Mary King’s Close se puede acceder desde el edificio City Chambers, bajando por una escalera que parte de una tienda de souvenirs. Así se entra en un mundo anclado en un tiempo pasado, lleno de dolor y de sufrimiento. 

El intento de recrear aquellos días está muy logrado y no es un lugar apto para claustrofóbicos. Los silencios retumban entre las bóvedas.

En los siglos siguientes no han faltado en este lugar las apariciones extrañas que hoy son recreadas de una forma bastante convincente. El más célebre de todos los espectros es el de la niña Annie, el fantasma más conocido de la capital escocesa. 

La misteriosa presencia saltó a las portadas de los medios de comunicación británicos a raíz de las investigaciones de la parapsicóloga japonesa Aiko Gibo.

 Durante el rodaje de un documental fue invitada a pasar unas horas en una pequeña casa del Mary King’s Close y allí, en un rincón apenas iluminado por los farolillos que colgaban de las desconchadas paredes, apareció una niña, en silencio, sin mover un músculo.

 La misteriosa chiquilla aseguró a la médium que había sido abandonada en aquel lugar en 1644, cuando la última epidemia de peste comenzó a causar un mayor número de bajas.

Ella murió en aquella habitación en la que hoy se la recuerda con un arcón lleno de juguetes polvorientos, que conforme se llena son enviados a los orfanatos de la ciudad.

Los callejones de las almas perdidas son uno de los reclamos turísticos más importantes de la ciudad de Edimburgo. 

El callejón de Mary King está bajo la Milla Real de Edimburgo. Permanece abierto todo el año.


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