Desinformación, odio y propaganda, los grandes ejes de actuación de la administración autonómica en plena pandemia.
Pablo Planas (Barcelona)2020-04-0217
El separatismo catalán lo tiene claro: la pandemia del coronavirus debe convertirse en una nueva arma contra España.
A tal efecto ha lanzado una masiva campaña de desinformación, odio y propaganda cuyo objetivo es crear las bases para un nuevo embate contra el Estado una vez pase la emergencia sanitaria.
Un informe elaborado por el Instituto de Seguridad y Cultura sobre la actividad comunicativa de los miembros del Ejecutivo catalán y de los principales líderes del independentismo arroja luz sobre la maniobra.
"La entrevista concedida por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al servicio mundial de la BBC el 19 de marzo es un buen ejemplo, pero sólo uno más dentro de este planteamiento que, como es sabido, además de tratar de deslegitimar la democracia española, anhela la 'internacionalización del proceso' separatista", afirma el autor de dicho informe, el investigador Nicolás de Pedro.
"No es un asunto coyuntural o algo que tenga que ver sólo con Torra o algún otro líder nacionalista, sino una cuestión estructural y estratégica. Por consiguiente, una vez superada la fase crítica de la pandemia del coronavirus, el asunto debería ser abordado sin estridencias, pero en profundidad.
De lo contrario, la quiebra territorial y del orden constitucional de España a medio y largo plazo no es, en absoluto, un escenario que resulte inconcebible", abunda el trabajo.
Noticias falsas y medios públicos
El informe alude a la ingente generación de noticias falsas por parte de la administración autonómica en los siguientes términos: "En Cataluña se asiste a un fenómeno inédito de desobediencia institucional desde dentro y desde fuera del mismo Estado democrático al que se pertenece y se combate. El procés ha tenido mucho de simulación, impostura y ambigüedad, pero si algo ha quedado constatado en el último lustro es que las noticias falsas generan efectos reales".
Además, responsabiliza a los medios públicos de la Generalidad de sentar las bases del odio a España. "Los medios de comunicación públicos como TV3 o Catalunya Ràdio juegan un papel central en la articulación de esa narrativa nacionalista incontestada y trufada de agravio y victimismo permanente con relación a una España caracterizada siempre como autoritaria, zafia, agresiva y hostil.
Y no se trata solo de los espacios informativos o de análisis. Es un relato que permea los espacios de producción propia y resulta evidente en exitosos programas de humor como Polònia o APM. Para evitar malentendidos, no se trata de una burda imposición de directrices desde arriba, sino del resultado natural y normalizado de esa hegemonía discursiva nacionalista", se asegura en el texto.
En el informe se destaca también que "la entrevista de Torra con la BBC continúa con el empeño de apelar a la intervención exterior. Se busca pasar así de un conflicto interno entre catalanes a una cuestión entre Cataluña y España concebidas como dos entidades ajenas y que precisan de mediación internacional por unos supuestos déficits democráticos del Estado español".
El "coronavirus madrileño"
Se alerta además de que a pesar de la influencia de la campaña de desinformación en Europa pueda no ser de calado, "tampoco se debe infravalorar el impacto de la entrevista y palabras de Torra y otros miembros de su Gobierno sobre una parte significativa del nacionalismo catalán".
Y añade el informe: "Para comprobarlo, basta visitar Twitter estos días y constatar, por un lado, el consenso generado entre activistas y académicos respetados y respetables y de sensibilidad nacionalista con respecto a la 'recentralización' en marcha o el '155 encubierto' como única respuesta del Estado frente al coronavirus.
Y, por otro lado, constatar con qué profundidad ha calado un discurso de odio hispanófobo en un segmento no desdeñable de este independentismo impermeable a cualquier otra narrativa, alimentado ahora con la teoría de que el coronavirus 'viene y es culpa de Madrid', de un Estado al que no le importan la 'muerte de catalanes' o que, simplemente, con la 'independencia, habría menos muertos'".
A modo de conclusión, el autor afirma: "Si no se alteran el marco y las dinámicas descritas, lo que cabe preguntarse es si el tiempo y la demografía juegan a favor de España o del independentismo".
A modo de decálogo
El autor también aporta un decálogo con las claves para entender la estrategia separatista:
Cuarenta años de proceso de 'construcción nacional' han generado una hegemonía política y cultural a nivel institucional, mediático y educativo.
Silenciamiento de la fragmentación y de la división política en Cataluña.
Monopolización del espacio público con lazos amarillos y otras campañas.
Sistema clientelar de subvenciones a afines.
Papel central de los medios públicos como TV3 o Catalunya Ràdio como "estructuras de Estado".
Articulación de una omnipresente narrativa victimista con respecto a España.
Permanente caracterización de España como 'autoritaria, zafia, agresiva y hostil' en el conjunto de la producción propia, incluyendo los espacios de humor (Polònia, APM).
Deslegitimación de la democracia española y apelación a la mediación exterior para presentar un conflicto 'entre Cataluña y España'.
Promoción de un discurso de odio con relación al coronavirus como pandemia que 'viene y es culpa de Madrid' dado que al Estado no le importa la 'muerte de catalanes'.
Efecto acumulativo y erosionante de la desinformación y de la hegemonía discursiva nacionalista. Sobre el Instituto de Seguridad y Cultura El Instituto de Seguridad y Cultura es una asociación sin ánimo
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