Mientras que las autoridades ucranianas y la oposición proestadounidense se enfrentan en las calles de Kiev, los vecinos de Ucrania se preparan a repartir sus territorios y este proceso ya ha provocado discrepancias entre ellos.
A día de hoy, existen tres fuerzas que en mayor o menor medida confeccionan planes para revisar sus fronteras con Ucrania. La fuerza principal es una alianza improvisada de los miembros del Grupo Visegrad - Polonia, Hungría y Eslovaquia. Los acontecimientos que se desarrollan en Ucrania ponen a los líderes de estos países en una situación incómoda. Por un lado, éstos deberían apoyar la revuelta proestadounidense, por otro, pueden afrontar serios problemas en el ámbito de la política interior, porque los actores principales de los disturbios ucranianos son los xenófobos y neonazis. Los electores patriotas de Polonia, Hungría y Eslovaquia no entienden por qué los mandatarios de sus países apoyan a las fuerzas políticas que no disimulan su odio hacia los polacos, húngaros y eslovacos que viven en Ucrania. En esta coyuntura, parece lógico el encuentro de los diplomáticos de estos países con el fin de elaborar de una estrategia común, en caso de que el desarrollo de los acontecimientos en Ucrania salga fuera de control.
La élite política de Rumanía mantiene una postura agresiva también. La prensa rumana baraja activamente cómo se podría aprovechar la crisis ucraniana para devolver a Rumanía las regiones de Besarabia y el norte de Bucovina anexadas a la Unión Soviética en 1940. Los expertos le aconsejan al presidente rumano, Traian Basescu, a ir a Kiev y ofrecer a la oposición ucraniana “un apoyo completo del rumbo proeuropeo de Ucrania” a cambio de concesiones territoriales. Es fácil adivinar qué quiere decir “el apoyo completo”, en vista de que ya se ha hecho todos los pasos diplomáticos para apoyar la revuelta proestadounidense en Ucrania.
Aprovechando la crisis ucraniana, Bucarest puede activizar los esfuerzos dirigidos a anexar a Moldavia, lo que confirmó de manera indirecta el embajador de Rumanía en Chisinau, Marius Lazurcă, al declarar que Rumanía puede hacer a Moldavia una “oferta política”, en caso de que su rumbo proeuropeo esté bajo amenaza. Tomando en consideración que el presidente Basescu considera el anexo de Moldavia como el “proyecto nacional más importante”, es evidente qué “oferta” hará Rumanía a Moldavia.
La coyuntura actual preocupa a Bulgaria. La organización Búlgaros de Ucrania que representa los intereses de la minoría búlgara en el territorio ucraniano ya reaccionó a los planes de los revisionistas rumanos: "Rechazamos todas las reclamaciones territoriales por parte de Rumanía y exigimos el mantenimiento de la condición política territorial actual”.
La crisis ucraniana puede propagarse por toda la región y convertirse en un conflicto armado multilateral. La inestabilidad en Kiev aumenta cada vez más las posibilidades de los vecinos de Ucrania a repartir sus territorios y anexárselas.
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